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Justo Rufino Barrios naClO en la finca de San Lorenzo, distante ires ~eguas del pueblo del Barrio de San Marcos, República de Guatemala, por los años de 1832 a 1834. Es hijo legíiimo de Don Igna– cio Barrios y na petronila Villagrán.

Pasó los primeros años de su juventud en San Marcos, donde aprendió las primeras letras bajo la dirección del Sr Cura López, y de Don Catarino Mé– rida, que fueron sus maestroS. En 1849 10 manda~

ron sus padres a la ciudad de Quezalienango, a es– tudiar en el liceo o colegio del Ldo. Don Marcelo Mo– lina, verificándose su examen en grámafica latina en

1852

Su padre, que poseia una pequeña forluna. co– nociendo los feroces insfintos de su hijo, quiso pro– bar si con la educación podía enderezar sus perver– sas inclinaciones, y para que continuara sus estu– dios en el Colegio Seminario, dispuso mandarlo a la ciudad de Guatemala Poco tiempo bastó para que los padres conocieran qué clase de alumno se les había encomendado, y tuvieron que lanzarlo del Colegio, por sus hábitos malos y falias escandalo–

~as, a fin de evitar la corrupción de los demás alum· nos.

Desde entonces pasó a continuar sus estudios a la universidad nacional, habitando diversas casas particulares, algunas de ellas en los barrios más aparlados de la ciudad, sin poder pennanf;'lcer largo tiempo en ninguna, porque sus malas costumbres y su caracter pendenciero lo hadan insoporlable. El año de 1861 se recibió de Escribano Público, siendo de notar que los únicos atestados que pre-

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APUNTAMIENTOS BIOGRAFICOS

DE

J. RUFINO BARRIOS

ENRIQUE PALACIOS

Don Enrique Palacíos, "joven, de cuerpo débil y peque. ño, silencioso; culto y fino en su trato, como nacido y criado erttre la sociedad plineípal de Guatemala, y, además, educado en Francia y en Inglaterra, en donde aprendió muchos idio– mas y adquirió vastos conocimientos en varias ciéncias y

artes" según lo describe don Jerónimo Pérez, fue Ministro de Guatemala en Nicaragua en tiempo de la Presidencia del Ge– neral Tomás Martinez. En León fue víctima de un atenta– do climinal que le tuvo al borde de la tumba, llevado a cabo por amigos del General Gerardo Barrios, de quien don Enri· que Palacios era enemigo personal. Recuperada su salud fue enviado a París por su Gobierno como rliplomático de valor

y de figuración politica. Allí intimó con Don Marco Aurelio Soto, quien conservó ell su Archivo los Apuntamientos Bio– gráficos de Justo Rufino Bauios que Don Enrique Palacios CIlcribieu.

sentó para acreditar su aptitud fueron dados y fir– mados por el famoso Don Mariano Michco, digno émulo de su favorecido Ese mismo año volvió a Su pais natal, San Marcos, sin que haya noticia de que jamás haya carlulado, ni ejercido su profesión, pues nadie ignoraba su ineptitud y m.alas costum.– bres.

Durante su permanencia en la ciudad de Gua– temala, cometió muchas fechorías, varias de eUas con notable abuso de confianza, con ingratitud y perfi– dia, por ejem.plo, cometiÓ el horrible crimen de es– tupro en la hija de la señora de la casa que habita– ba, y haber tenido la desfachatez de haberse pre– sentado en seguida en casa de dicha Señora ancia– na, con pistola en m.ano, amenazándola de m.uerle, si delataba su delito, por que le perjudicaría para su recibimiento de escribano.

Al regresar a San Marcos, su padre, hombre honrado, 10 m.iamo que toda su familia, óbservó que todos sus sacrificios habian sido inútiles e infruc– tuosos y que más bien el m.al había aumentado. con la supuesta educación que no recibió. para cor– tar, pues, éste cáncer que podía inficionar a su de– más hijos y parientes, buscó los medios adecuados, y entre ellos le ocurrió heredarlo en vida, entregándo– le, como lo hizo, la finca del Malacate, que le habia costado 3,500 pesos, una casa en San Marcos, que imporlaba 800 pesos, y algunos dineros más para que trabajase y manejase por sL El mismo Don Ignacio Barrios contó estas especies al que escribe estos apuntes.

Ya poseedor de su pequeña forluna, continuó