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Estacíon Biologica que lleva el nomble del sabio y que funciona a cargo de un experto en Biología costeado por la Unesco Junto a las construcciones centrales de la Estacion se ha establecido, incluso, un cliadero de los célebres quelonios que están en camino de extincion, víctimas ayer de la depredadon del hombre, y pasto ahora especialmente de los perros y de los cerdos que han clecido en forma inusitada Cuando los ejemplo–

I es se han desarrollado suficientemente y se supone que no selán ya víctimas de esos enemigos, se los pone en libertad, en los mismos sitios donde se los lecog10 cuan– clo 1iernos

la preocupacion plimoldial del expelto de Jo Unes– co directol de la Estacion y de fa Fundacion Charles Darwin, es la pleservacion de las especies indígenas tanto de lo flora como de la fauna, pues muchas de las especies vivientes son desconocidas en el resto del mundo y su estudio ayudO! ía a encontrOl respuestas sel– tisfactol ias a muchísimos ploblemas biologicos

En 1964 se Iealizo en Galápagos uno de los acon– tecimientos científicos más trascendentes de estos últi– mos años

Con los auspICIOS de la Universidad de, California, el baldo de un barco equipado con cuanto se pudiera necesitar pOlo el caso, se realizo la más completa ex– pedicion científica internacional pOla continuar la obra iniciada pOI Darwin, y reanudada muchos allOS des– pués pOI la Fundadon de su nombre y pOi la Unesco los CC1mpos de estudio escogidos por los visitantes fue– ron diversos Tal vez su enumetacion fatigue, pero consideramos que ella ayuda, en cambio, a destacar la importancia que levistio la expedicion integrada por 60 científicos, la mayoría de ellos catedráticos de Universi– dades de celebridad mundial, y otros miembros de doc– tas Instituciones, como la Academia Nacional de Cien– cias de Estados Unidos,· de la Real Sociedad de Cien– cias de landres, Jo Academia de Ciencias de Patís, la

Academia de Ciencias de Berlín, la Real Academia de Bélgica y muchas atlas que sería lalgo enumelal

los aspectos investigados conespondieron, a estos campos: Geología, Petl agrafia, Vulcanología, Ecología, CI imatología, Energía solar, Corrientes aéreas, Corrien– tes marinas, Corrientes submarinas, Flora, Fauna, En, tomología, Herpetología, Olnitología, Biología Marina, Ictiología, Algología, Valiacion y evolucion de las es– pecies

los tlOb,,¡os plesentados al simposio celebrado en

1m Galápagos, en la Estacion a cargo de la Unesco, y luego en la ciudad de Guayaquil donde se realizo la ceremonia de claUSUla, llegaron a la sal ptendente ciflO de 50, que fueron después catalogados pOi lo Univel– sidad de California, para ser editados en varios volú– menes También el lesumen de los estudios y expe– riencias recogidos en el Congleso Científico universal de Galápagos, cuya circulacion se plometio palO el año po– sacio

OtlO CUt ioso dato que puede ayudal o la más ca– bu) complension del valol científico de' AIChipiélogo,

es el volumen titulado El Archipiélago de Colon, publi– cado por la Casa de la Cultuta Ecuatoriana, del gran políglafo Don Carlos Manuel larrea, quien leg;stro en él, en 1960, la sorprendente cifra de 746 títulos de li· bros, ensayos y artículos de algún valor científico so– bl e las Islas Galápagos, de los cuales el porcentaje co– rrespondiente a autores extlanjeros -ingleses, alema– nes, italianos, franceses y noruegos especialmente- es inmensamente mayor que el que conesponde a los na– cionales las informaciones de orden historico son ex– haustivas No hay dato ni documento que se refiera al descubrimiento de las Islas, a su inCOI poracion a I mun– do científico, a su acial acion geográfica o a su I epre– sentacion cartogláfica, desde las brurnosos leyendas pre, colombinas, hasta la intervencion de la Unesco pOlo salvO! ese invalolable patrimonio viviente de la cien– cia, que no haya sido inteligentemente registrado en tan valioso libiO En sus páginas se pueden leer, en síntesis clara y amena, las observaciones de Dalwin que robustecielon sus teOl íos evolucionistas; las del sa– bio naturalista suizo Ale;andro Agassiz; las del olnito– lago Simeon Habel; las del gran geografo y geologo Teodolo Wolf, que llego al Ecuadol para ejelcel la do– cencia en la célebre Escuela Politécnica CI eadc( en Quito por García MOIeno; las de Geolge Baur, quien con más claride(d que ningún otro ha expuesto las teorías sobre el origen de las apartadas Islas, a las cules un escritor las llamo las "Islas del Desamparo" Si a estos títulos lecogidos por Don Carlos Manuel laflea, se añaden los

de los estudios de la Expedicion Científica de 1964, más los de otros últimamente aparecidos pasa ya de 800 Ja cifla de los libros, ensayos y estudios aparecidos en pe– riodicos y revistas escritos sable Galápagos Uno de los últimos es el de MOIgret Wittmel, vecina de la islo Floreana, en que relata las experiencia de la solitaria leclusion de su familia, que elfo como madre activa e ingeniosa dirige en ese ambiente de folfetín y leyenda, que hace años fue escenario de la alorada colonia nu–

dista establecida por una mujer erotica y desequiliblO– da que se hacía lIamOl bOlonesa de Wagner El libiO de la señora Wittmel circula hoy por EUlopa y Amélica, en catorce idiomas, lo que da la medida del interés que ha logrado despertOl

Galápagos, a más de su impol tancia científica, tie–

nen un valor turístico enol me, que el Ecuador ,infol tu– nadamente, no ha podido explotarlo todavía debida– mente

Solo cinco islas están pobladas, porque son las únicos que disponen de un poco de agua dulce de ma– nel a permanente: San Cristobal, Santa Cruz, Isabela, Santiago y Floreana En la primelO que es la más fa– vorecida, se concentra por esta rozan los dos tercios de

la poblacion isleña, que en total llega a 3 000 habi– tantes En San Cristobal, o Chatham según los mapas no ecuatOl ianos, se asienta la diminuta capital del Ar– chipiélago, llamada Baquerizo Moreno, nomble que le– cuerda al Primer Plesidente que lo visito Cuenta con los elementales selvicios de la vida civilizada Dispo– ne, además, de un viejo muelle que data desde los tiempos de un señal feudal que sometio a los poblado– les de entonces, que no eran sino prOfugos de la justi– cia o criminales deportados pOI el Gobierno, a quienes

con disciplino fé/rea les hacía tlObajar en sus planta-

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