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populares a oradores extranjeros. Los primeros minis– tros y los ministros de relaciones exteriores expresan li. bremente sus opiniones a través de programas dedica– dos a 105 asuntos públicos,

la historia enseña que todo esto es bueno

En todo el mundo y o través de 105 siglos los gran– des avances del hombre en los ortes, las ciencias, el conocimiento de sí mismo y el arte de gobernar han te. nitlo lugar en épocas de libre overiguacion, de diálogo abierto y de empresa individual Los muros ..,.. sean físicos o mentales - y las cortinos - seon de hierro o de bambú - impiden la búsquedo por parte del hom· bre de un mundo pacífico y prospero. Sin indignos de lo mejor que existe en nosotros

Por esla y otras razones, tengo lo firme convic– don de que la mejor política para el Servicio de Infor– macion de los EE. UU. es decir lo verdad y dejar que sea otro quién se exponga detrás de la cortina. Estoy convencido de que la verdad es la mejor propaganda de los Estados Unidos En los Estados Unidos tene– mos nuestros fracasos, nuestras desigualdades, nues– tras manchas y nuestros defectos. Pero los norteame– ricanos también tenemos uno de los sistemas más di· mímicos que haya visto el mundo. La nacion avanza con determinacion y vigor para asegurar la forma más plena de libertad, justicia social e igualdad para todos los norteamericanos. Para el mundo en general solo buscamos paz y progreso ' Como todos sabemos demasiado bien, hay tamo bién en la actualidad, infortunadamente, sociedades cerradas. Algunas tienen sus ventanas algo entreabier· taso Se esfuerzan en regular el libre flujo de las ideas, tanto de las que van hacia su pueblo como de las que proceden de él, a fin de preservar las condiciones exis– tentes y evitar la comparacion con otros sistemas de vida

A pesar de estas condiciones, la política del go· bierno de los Estados Unidos es alentar y mantener los contactos más amplios que sean posibles entre su pue– blo y su gobierno, y el pueblo y 105 gobiernos de todas las naciones Sus vías de comunicacion están abiertas a los extranjeros que las deseen usar, ya sea oficial· mente o en otw forma

En marzo de 1966, los Estados Unidos firmaron un nuevo convenio cultural con la Union Soviética que per– mite un intercambio limitado de profesionales, revistas, exposiciones y programas de radio y television. Espe· ramos ansiosos el pleno desarrollo de estos programas de intercambio que SO/l tan importantes para construir lo que el Presidente Johnson ha calificado como "puen. tes de entendimiento" entre nuestro país y la URSS y otras nationes de la Europa Oriental

En la China Comunista, sin embargo, las ventanas a los Estados Unidos están prácticamente cerradas. En los EstCtdos Unidos se ha meditado mucho so– bre la forma en que pudiéramos de algún modo abrir las ventanas para permitir comunicacion entre nosotros y el pueblo chino. Solo existe comunicacion mediClIl– te comunicados, y entre nuestros embajadores, que se han reunido 130 veces en los últimos die:z: años. Existe comunicacion en una sola direccion del ré– gimen comunista al pueblo norteamericano. Es única– mente el pueblo chino el que permanece aislado bajo este régimen.

Los chinos comunistas envian a los Estados Uni– dos revistas, libros y panfletos por millones, que están

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borata y libremente al alcance del pueblo norteame– ricano En los teatro$ y pantallas de television de los Estados Unidos se presentan películas preparadas en China La prensa norteamericana ofrece matericd Trans· mitido por Radio Pekín o enviado por el Servicio de Noticias de la Nueva China

Pero todo esto es un monologo expresado en una sola direccion, sin reciprocidad Los chinos comunistas tratan de obstruccionar las transmisiones de la VOl' de las Américas Los Estados Unidos no obstruccionan na– da, y cualquier ciudadano norteamericano puede libre. mente sintonizclT Radio Pekín cuantas veces lo desee. Los esfuerzos de los EE. UU. para que se permita ir a China a intelectuales, periodistas, personal médico y otros norteamericanos han sido rechazados bruscamen– te. Los esfuerzos norteamericanos para permitir que vengan a los Estados Unidos sus colegas chinos se han ca· Iificados de "truco" para engañar a los crédulos chinos Cuando los Estados Unidos invitan a un intercambio de opiniones, los chinos "cuelgan el teléfono". Es nece–

sorio que haya dos personas para establecer comuni– cacion, y en los Estados Unidos solo podemos oír el eco de nuestras voces cuando tratamos de hablar al pue– blo de la China Comunista.

Pero no desistiremos. Continuaremos nuestros es– fuerzos para establecer un contacto significativo entre los chinos comunistas y el pueblo norteamericano, sin abandonar por ello o nuestros amigos ni nuestros prin– cipios

Los problemas reales de la actualidad no son po– lémicos; son prácticos, Son 105 problemas de la oli· mentClcion, la salud, la educacion, la justicia social y

la oportunidad. Y todos estos objetivos solo se pueden lograr a través de sociedades abiertas que trabajen jun– tas con comprension y cooperacion.

El libre fluio de informacion, conocimientos e ideas entre los pueblos del mundo es también de importanciQ cardinal para una par mundial duradera

Creo sinceramente que si a 105 pueblos de las so– ciedadcs cerradas se lcs permitiera leer la literatura de olras naciones - 105 diarios, las revistas, los libros –

y pudieran ver películas extranjeras e intercambiar opio niones con los pueblos de otras tierras, pronto desapa. recería una gran parte de su incomprension. Encon. trarían, por ejemplo, que los Estados Unidos es una na· cion pacífica, que no ambiciona territorios, que no de. sea dominar a las culturas extranjeras y que los nor· teamericanos solo buscan una mejor forma de vida pa– ra tocla la humanidad.

Actualmente hay en vigor muchos tratados inter– nacionales. Los Estados Unidos, la Union Soviética y

muchas otras naciones son partes en un convenio de prohibicion limitada de pruebas nucleares Porque no existe también un tratado que garantice la libertad in– ternacional de informacion?

¿Es un total y absoluta ingenuidad pedir ésto? No lo creo.

Alcáncese o no este objetivo en el curso de mi vi– da, no se puede escapar al hecho de que las maravi– llas de la tecnología de las comunicaciones modernas -telégrafo, teléfono, frecuencias de radio, television, cables submarinos, satélites - están golpeando las cor– tinas de hierro y de bambú de nuestro mundo. Algún día penetrarán éstas y otras barreras, y el hombre -lle– gará a conocer a sus vecinos y aprender a compartir este pequeño planeta en paz y armonía.

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