Page 63 - RC_1966_09_N72

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esté bajo ~1 dpminio de SUs amigos m6s fieles y r;ie ma-yor confianza .

Los comisionados procedieron a embargar con arre– glo al decreto las propieoades dé los compañías y los depositaron en Joseph N Scott, despvés de haber r~n­

dido éste fianza cvmplida y a satisfaccion. los proce–

dimientos posteriores de los comisionados y lo conducto observado por los concesionarios de acuerdo con lo nue– vo concesion, se relataráh después En cuanto a este punto, el principal objeto que se tiene en miro es ha– cer ver como la política de Rivas, con respecto a la Compañía Accesoria del Tránsito, fué, por decirlo así, la clave del arca que sostenía su gobierno De haber seguido una político distinta, el presidente provisional se habría encontrado con una fuerza muy pequeña pa– ra oponerse a la trama que Jo amenazaba casi desde el mismo día de su tomC;l de poses ion

Bajo la influencia de estos medidas dictadas por el gobierno, el número de americanos había ido cre– ciendo rápidamente desdé el 1

Q de noviembre de 1855 Mr. Fabens, que se encontraba en Granada cuando Wal– ker tomo la ciudad, se fiJé a San Juan del Norte, poco después de la firma del,tratado, e indujo a muchos de

los americanos que estaban con Kinney a incorporarse al ejército de Nicaragua El" 'Qe noviembre llego a Granada el capitán W R Armstrong con una compañía de San Francisco y esto' dio a la tropa ameri<;ana un

aum~nto de m,ás de doscientos hombres Después, y hasta que llego el capitan Anderson el 17 de diciem– bre/ el aumento solo fué de pequeños grupos aislados Entretanto aparecio el colera en Granada Se habría dicho que el mal seleccionaba 19S qficiales más aptos y

útiles, y hubo sospechas de que "Ios habitantes de la ciudad, en su mayor parte legitimistas, no ignoraban del todo la causa de la "muerte de americanos distin, guidos 1 Entre las primeras víctimas de la enferme– c;lad se contaron el capitán Davidson y el coronel GiI– man¡ la muerte del último fué una gran pérdida. En seguida murieron el capitán Armstrong y el mayor Jes– se Hambleton. Por último, las defunciones se hicieron diarias y los frecuentes acordes de la marcha fúnebre que se tocaba al pasar la es¡;:olta por 'as calles, co– menzó a tener un efecto:> deprimente en las tropas El cuerpo de sanidad carecía de experiencia y algunos vo– luntarios prestaron valiosos servicios Los del Dr Ja– mes Nott fueron los más eficaces, y muchos ele los ni– caragüenses 2 que debieron la vida a los cuidados in– teligentes y bondadosos de este cirujono, se dolieron de su partida y lamentaron su muerte ocurrida en la tra– vesía de San Juan del Norte a Nueva Orléans No fué

~ino después de la llegada del Dr Israel Mases" a prin– cipios de febrero de 1856, cuando el cuerpo de sani– dad se organizo bien y cumplio como es debido con sus obligaciones Imprimio Mases tal orden y tal sis– tema a esta seccion del ejército, que los buenos efectos de su administracion se hicieron sentir aun después de haber cesado en el cargo de cirujano mayor Es lo cier· too que bien se puede decir que después del nombra– miento del Dr Moses, pocos hospitales militares esta– ban mejor administrados que los de Granada y Rivas Sin embargo, a pesar de los estragos terribles del mal, el número de los americanos siguio en aumento; -

. 1. Absu~da suposición, toda vez que si los glanlldinos hu-bIesen podldo escoger las víctimas del cólera, habl ian co– tnenzado de seguro por el tnismÓ Walker. N. del T. 2. WaIker Buele llamar "nicaragüenses" a secas a los

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la mgyor parte de los inmigrontes VIOIeron de Califor– nia hasta el meS de marzo de 1856 En enero y fe– brero llegaron unos pocos de Nueva York y de Nueva Orléans¡ pero no fué sino hasta que vino Goicouría, a principios de marzo, cuando se recibieron del lado del Atlántico partidas de alguna consideradon i .

Tan buen éxito tuvo la política del, gobierno de Rivas en lo tocante a la introduccion del nuevo elemen– to, que el 1

Q de marzo de 1856 había más de mil dos– cientos americanos en la República, entre soldados y

ciudadanos aptos para tomar las armas. Restónos aho– ra ver qué efecto había producido esta política interna del gobierno provisional en sus relaci9nes exteriores A raíz de la organizacion del gobierno de Rivas, el ministro de relaciones exteriores Jerez, envio circula· res a Jos diversos gobiernos de Centro América, comu– nicándoles el texto del tratado de 23 de octubre y ex– presando sentimientos de amistad a todos ellos El de San Salvador dio una pronta respuesta en que mani– festaba la satisfaccion que le había causado el resta– blecimiento de la paz en Nicaragua. los otros Estados no contestaron y su silencio resultaba significativo Era evidente que las cláusulas del trqtado que aseguraban y estimulaban la presencia de los americanos no eran del gusto de las repúblicas vecinqs¡ los periodicos de Costa Rica mostraban especial virulencia al comentar I.os acontecimientos de Granada. En aquel entonces Guatemala, Honduras y Costa Rica estaban gobernadas por hombres adictos al antiguo partido servil o aristo– crático, en tanto que en San Salvador dominaban in– fluencias liberales 1 El general Cabañas, expulsado de Comayagua con el awdlio de Guatemala, hallo refu– gio en la mina de Los Encuentros, cerca de los confines de HQnduras y San Salvador, y Guardiola estqba tra– tando de suceder en la presidencia de Honduras a su rival proscripto, cuyo período legal expiraba el 31 de enero dé 1856

El general Cabañas era el mós viejo y el más res– petad? de los liberales de Centro América Acompaño fielme'nte a Morazán en los esfuerzos que éste hizo pa– ra mantener la confederacion, y no obstante ser gene– ralmente desafortunado como militar, nadie dudaba de su valor ni de su devocion a los principios que susten– faba Americanos que le conocían lo proclamaban el hombre más honrado de las cinco repúblicas, y la con– ducta observada por él para con los demacratas nica– lagüenses era en verad la de un hombre abnegado El auxilio que dio a Castellon fué sin duda alguna la cau– sa de haber perdido el poder en Honduras, y después de recibirse en Granada la noticia de que estaba reti– rado en San Salvador, Walker fué fácilmente inducido a invitarle para que hiciese una visita a la capitol de Nicaragua

Cabañas llego a leon a fines de noviembre, Al saberse que venía de camino para Granada se ordeno al coronel Hornsby ir a Managua a fin de acompañar al expresidente hasta la capital El 3 de díciembre lo recibio Walker con grandes demostraciones de respeto

y fué tratado como huésped de la nacion. Se le dio una guardia de honor, dispensándole escrupulosamen– te todas las atenciones debidas a un hombre bueno en desgracia; pero el hondureño quería que le ayudasen

notteamelicanos natulalizados N del T.

1. Esta afhmación de Walker eS ineXacta en cuanto a Costa Rica, donde no existia la división de partidos a que Se refiere.N. del T.

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