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realmente cel ca, se entregClron a la desesperacion, cre– yendo que pronto se encontlOrían a merced del hom– bre a quien su fantasía les pintaba como un enemigo despiadado; pero al cabo de algunas horas se calmo el o/alma, y no obstante que don Pedro Aguirre, subde– legado de hacienda de Chinandega -el cual había mos– trado mucha aficion a los americanos dur'ante la pel– manencia de éstos en el pueblo-síguio a la Falange hasta El Realejo, la noticia de estar Guardiola todavía en Segovia le hizo quedal se en tierra en vez de irse a bordo del Vesta. A consecuencia del cambio de re– solucion (había traído su baúl para embarcarse) el vie– jo don Pedro fué atacado del colera en El Realejo y

mUI iD allí después de algunas horas de enfermedad El colera o colerín como lo llamaban las gentes del país, por ser una forma atenuada del colel a, apa– recio en Chinandega en el mes de julio Anteriormen– te había arrimado el hombro a los democratas hacien– do estragos en Granada y Managua, y después de ex– tenderse lentamente al nOlte acabo por llegar al depar– tamento Occidental En Chinandega solo ataco a las gentes del país, librándose de él todos los americanos Esta peculiaridad del mal no se manifesto solamente en Chinandega Después se verá que a pesar de haber estado ¡untos en el mismo barco natulales del país y americanos, la peste mato a muchos de los primeros, escapando todos los últimos Si esto de debio a la mayor vitalidad de los americanos, a su mejor¡ alimen– tacion o al maYal cuidado que ponían en su manera de dormir, no es fácil que lo resuelvan los ignorantes, ni es probable que tampoco los doctos

A1 embalcarse en el Vesta, Walker hizo con er la noticia de que iba para HondUlos, por cuanto el go– bierno provisional no quería ayudarle en la expedicion al departamento Meridional y por haber escrito el ge– neral Cabañas invitando a la Falange a trasladarse a dicho país En realidad el presidente de Honduras em– pe2:aba a sentirse muy estrechado por los invasores procedentes de Guatemala, y en varias de sus cartas a Castellon preguntaba sí no sería posible envial algu– nos de los americanos a Coma yagua, en pago del auxi· lio prestado al gobierno plovisional de Lean el año an– terior; pero a Walker no le gustaba mucho la idea de alejarse del Tránsito en vez de acercOlse a él, y menos aún estaba dispuesto, siempre que pudiese evitarlo, a dejar dividir a los americanos en pelotones para que se malgastasen sirviendo a jefes de facciones contra– rias En sus cartas a Castellol1, Walker le hablo de irse a Honduras, y el director, ya casi perdida la esperanza de que la Falange se quedase en el departamento Oc– cidental, se mostraba más bien favorable al ployecto

y remitía copias de extractos de carta. de Cabañas so– bre el asunto.

Una vez que estuvo la Falange a bordo del Vesta can todos sus bagajes y municiones, Valle, el cual ha– bía servido hasta hacía poco los cargos de comandan– te y subprefecto der distrito de Chinandega, empezo a reclutar su tropa Puso en su estado mayor a D Bru– no van Natzmer (más tar de el coronel Natzmel) y éste fué muy útil a Valle en sus nuevas funciones, lo mismo que a los americanos Las gentes principiaron a hablar inmediatamente de la recluta de Chelon y no tardaron

e~ circular muchos rumores de revolucion contra el go– bierno Valle deseaba efectivamente pronunciarse y establecer un nuevo gobierno provisional, por haberse acostumbrado a tales procedimientos durante los últi·

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mas veinticinco años, sintiéndose en elros como el pez en el agua; pero Walkel lo disuadío de hacerlo y al fin pudo lograr que llevase su gente al Realejo y de allí a bordo del Vesta Van Natzmer, cuyos deseos eran que Walker se trasladnse a Honduras y además des– confiaba de la expedicion al departamento Mel idional, se fué Cl caballo a Lean y entero al director ele lo que estaba pasando Muy alar mado, Castellon escribio a Valle rogándole, como a su antiguo amigo, y or d0nán– dale, como a su subalterno, que desis1iese de la idea de irse con Walker; pero Cholon se encontiaba ya a borelo del Vesta, había tomado su cam'l11o y el dilector no pudo hacelle volvel sable sus rosos Al regresa! van Natzmer a Chinandega, Walker le anesto; pero co– mo había ob;ado movido por buenas razones, aunque con miras erradas, pronto S0 le pus a en libertad y des– de luego dio pruebCls ele sel un militCll digno y, andan– do el tiempo, uno ele los lnE'¡OICS ofidules que ha habido en Nicaragua ,

Valle trajo de ChinCllclega entl e ciento sesenta y ciento setenta 110111bI05; pero durante el tiempo emplea– do en llevar a bordo los bCisiimentos y pertrechos, mu– rieron muchos del colerCl y desertaron varios cuando se les mando a tien a en Punta Icaco, pOi a evitar que se aglomerase demasiada gente en el barco estClndo éste en el puerto Momentos antes de zarpOl el Vesta llego un correo con cortas de Castellon comunicándole a Walker que había habido un combate entre Muñoz y Guardiola en El Sauce; que los dernoClatas hauíall ti iunfado después de varias hOI as de lucha; pero que Muñoz había muerto a consecuencia de una herida que \e dieron en \0 pelea Con todo, las pérdidas de los democlatas habían sido fuertes y el director, temiendo que los legitimistCls, no obstante su derrota, pudiesen marchar sobre Leon al enter arse de la muerte de Muñoz, se mosflaba ansioso de conservar todas IclS tropas que pudiese en el departamento Occiden1al Instaba nue– vamente a Walkel para volvel a Lean y le decía que no estClndo ya Muñoz de por medio, toda andaría bien; pero el Vesta se encontraba listo para salir y se dio la orden de desanclor El belgcmtín iba una vez más

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cargo de Morton, y como estaba repleto de gente, se empleo un queche de Puntarenas, mandado pOI un ale– mán, para llevar al departamento MeridionciI una POI–

te de la fuerza

Lq expedicion se hizo a la velCl el 23 de agosto y se ordeno al queche zarpar pOla San Juan del

SUI

Acababa el Vesta de dejO! atrás la entrada del puerto, cuando vio que la Son José venía acercándose a él con la cubierta llena al parecel de soldados Paso la gole– ta muy cerca del bergantín y algunos de los que iban en éste reconocieron a Méndez entre los pasajeros Wal– ker mando al Vesta que virase de bordo, y habiéndolo dejado cerca de Id entrada del puel to, él y Valle toma– ron un botecito, haciendo lo posible por alcanzar la go– leta mientras ésta nclvegaba despacio hacia el río; pe– ro no lo consiguieron hasta algunos minutos después de haber anclado Al aboldar Id goleta se supo qUEJ procedía de Puntarenas y que Ramírez, el cual estaba entre los pasajeros, había salido ya en un bote para la ciudad, por temor de encontrOlse con los america– nos después de la manera como se porto en Rivas Che– Ion no tuvo dificultad en persuadir a Méndez de que se transbordase al Vesta; pero como fué pleciso esperar la marea menguante, estaba ya obscuro cuando salie– ron para el bergantín Al pasar por el puerto, insistio

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