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color de gl ana graciosamente puesta en el hombro iz, quierdo, hizo salir la guardia y saludo Todos Jos sol– dados llevaban una cinta colorada con la leyenda

"Ejército Democrático" impresa en ella, y aunque ho tenían uniforme ni más música que un tambor muy destemplado, su porte marcial el a bueno y su marcha excelente, porque no la entorpecían zapatos ni sanda– lias Al pasal ros americanos por ras calles en direc– cion del alojamiento que les habían señalado, las mu– jeres, luciendo sus meío/es prendas y armadas de sus más seductoras sonl isas, se asomaban a los puertas

y ventanas, saludando con mucha 91acia natural a los exlranieros que venían a buscal entre ellas un hogol y a compaltir la suclte que estaban corriendo sus ma– ridos y sus novios, sus padres y sus hermanos Temprano de la mañana siguiente Walker y Croc– ker, acompañados del coronel Ramírez y del capitán Doubleday, un americano que había servido en el ejér– cito democrático dUlante el sitio de Granada, saliei on paro Leon Al entrar en la ciudad de Chinandega las campanas die/on un ¡epique de bienvenida y en todos los pueblos del camino fueron objeto de demostracio– nes de benevolencia y hospitalidad El camino que de Chinandega conduce a Lean, posando por Chichigalpa y Posoltega, atraviesa una comarca que debe mucho a la Naturaleza y poco al hombre, y hasl'a este poco lo echaban a perder los constantes huellas de las violen– cias revolucionarias A la sombra de un magnífico ceiba estaba una compañía de soldados con los pan– talones recogidos hasta más (lrriba de las rodillas; pe– ro al observarla con atencion, se notaba que Jos cabos

y sargentos vigilaban cuidadosamente, temelosos de que sus nuevos reclutas aprovechasen la parada para escurrirse un instante, librándose así del selvicio mili– tar abolfecido. Era un consuelo dejar de lado al hom– bre y sus OblOS para poneise a contemplar 10 Natura– leza blillante de helmosura con sus galas tropicaíes. A medida que s~ iban acelccmdo a Lean, los viaielOs

veían surgi' ante sus oios una vasta llanura que parece n?, t~ner límites, cuando se mila al SUI, en tanto que dlTlglendo la vIsta al norte se divisa la enéumbrada línea de volcanes-de un i<ldo El Viejo y del oUo el

Momotombo~que se extiende desde el golfo de Fonse– ca hasta el lago de Managua El mUlo meridional que cierra la lIanula, fOl modo por las montañas que rodean a Managua, solo se ve desde ro arto de la 10–

rre de la ca1edral de la ciuelad de Leon desde donde se divisa también el océano por entle el 'boquete abier– to en la seflanío costanera

. Pero, los compañeros del atezado Ramírez no ha–

blan venido a CantlO América pOla meditar sobre Ja Naturaleza ,o Cldmirar sus grandiosas proporciones en

~que\las latitudes meridIonales la vista de un pique– le ,1

e soldados en las afueras de la ciudad no obstante

l~zars~ a, tres cua~tos d~ legua cuando ~enos de la P, a, indicaba melar cuales el an los objetos que te– nl,t- en mila, y cabalgando rápidamente por calles y

c~ ,e1ue,Ias no tardaron en llegar a casa del director pro– VISIona

cordi~J~~~~lon recibio a los r,ecién llegados con franca cionaba / eX~resando el VIVO placel que le propor-nutos su venIda No fueron necesarios muchos mi-d 'lr' , para ver que aquel hombre no era el llamado a Iglr un m ' ,

Había' ~vlml~nt~ revolucionario o hacerlo triunfar.

Cierta mdeclsion, no solo en sus: palabras y fac-

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ciones, sino también hasta en su manera de andar y los movimientos generales de su cuerpo, y lascircuns– tandas que le rodeaban parecían agravar este rosgo de su carácter, Una breve conversacion revelo su impa– ciencia por que Walker se entrevistase con Muñoz, y desde luego dijo que tenía necesidad del auxilio militar de los americanos para asegulOr el triunfo del gobierno provisional Añadio que su deseo era verlos entrar a servir en calidad de cuel po separado y pi opuso darles el nombre de La Falange Americana.

POI la noche vino Muñoz de visita a casa del di– lector y Walker le fué presentado El contraste entre la manero de sel del jefe del eiecutivo y la del general era sorprendente Castellon resultaba modesto, suave, casi encogido al hablar; Muñoz tenía un aire de fatui– dad que delataba su creencia de ser supelior a todos los que re rodeaban No era difícil ver que aquellos dos hombres no se querían; pero Castellon disimulaba mejol quc Muñoz sus sentimientos y opiniones Ha– biencJo saludado a Walker, no tardo el genelaJ en po– nel se a hacer las más I idículas compOl acioneS entre los méritos militares del general Scott y los del genelal Tay–

101, descubriendo a cada fiase su ignolancia y la de– bilidad de su carácter Muñoz dio a entender a los americanos que el nuevo elemento propuesl'o por Cas– tallan no era de su gusto, y Walker, despUés de ha– berse letirado el general en jefe manifestó 01 director

que si él y sus cCimpañeros entraban a servir al gobier– no provisional, era bien entendido que no se les pon– dría bajo las ordenes de Muñoz Walker comprendio que de ningún modo se oponía Castellon a que alguien le ayudase a llevar la carga que para él representaba la pel Sona del general en ¡efe

Al siguiente día resolvio Walker volver aChinan– dega para enterar a los americanos del deseo de Caste– Ilon de que entraSen a servirle en calidad de soldados Antes de partir y por si éstos se enrolaban, propuso al director marchar inmediatamente sobre Rivas, a fin de ocupar el clepa/tomento Melidional Caso de tener buert éxito, este movimiento proporcionaría dinero al gobier– no, que a 10 sozon se veía obligado a .recargar los im· puestos y por consiguiente a c;rear el descontento en los habitantes del departamento de Occidente, y la ocu, pacion de la vía del Tránsito pondría a los amel iconos en aptitud de aUmentar su número con viajeros de ros que pasaban por allí El dilector dijo que comunicalÍa la proposicion a su ministlo de la guerra D Buenaven.

tura Selva y har ía sabe, a Walker lo que se resolviera en el asunto

Habiendo regresado Walker a Chinandega encono tia allí a los americanos y éstos se mostraron encanta. dos al saber que Castellon deseaba enganéharlos en el eiército, pudiendo ser llamados dentro de poco a marchar contra el enemigo El 20 de junio recibio Wal. ker un despacho de cOlonel del ejército democrático, y el secretario de la guerra le hizo saber que se darían atlas grcJdos a los oficiales americanos, de acuerdo con lo que él indicase Achilles Kewen recibia el de te.

n~ente coronel, Ci ockel el de mayor; y habiéndose orga–

nizado la Falange con dos compañías, se nombraron dos capitanes, siendo C C Hornsby el más antiguo Conforme a la constitucion de 1838, bastaba una sim– ple declaración hecha por un ciudadano nacido en una de las repúblicas americanos, para obtener su natura–

!izacion en Nicaragua la mayor parte de los de la Falange se hicieron nicaragüenses cón arreglo a esta

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