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« Previous Page Table of Contents Next Page »PUEBLO DE LOS ESTADOS UNIDOS
militares y otros crímenes Después fue traído o jui– cio por vuestros tribunales y absu¡¡lto, y todavítl reco– rre el país meditando una reaparición de esos villanos hechos que manchan los anqles de vuestra nac;ión, ¿Cómo puede, pues, v!Jesti'p Gobierno exigir de nuestros miserables recursos y oesvastado país, una indemnización por injurias hechas a vuestros pacíficos ciudadanos en medio de la guerra y carnicería, cuando vuestros ejércitos que marchan a Utah a castigar a los rebeldes Mormones y flotas que infunden respeto al poder de Europa, son impotentes para impedir las causas de aquellas, aunque diariamente eran adverti– dos por los diario:i públicos y por nuesras modestas representaciones a vuestra corte?
Si el mal hubiera tenido su origen de nosotros mismos seríamos vituperables, pero aun en nuestras peores revoluciones, los extranjeros y sus propiedades han sido respetados, a pesar de estar conspirando con– tra nosotros / No ha sucedido lo mismo en China en donde vuestros ciudadanos han siqo asesinados y mar– tirizados a sangre frío Los Chinos no os dan paso por su territorio y restringen vuestro comercio y rela–
ciones políticas, y sin embargo solo demandáis lo que puede obtener el cañón de Europa En China no te– néis un general Lomar pidiendo, mediante poderosas flotas, millones de indemnilaciones, yeso que recla– mar sesenta millones de S M 1 sería m'ás razonable que demandar seis de todos los Presidentes de Centro América juntos En China tenéis a M Reed que pa– rece rivalizar en tacto y delicadeza con los cultos ma– darines y hombres de letras de aquel. reino celestial, y aun valiéndose de intérpretes En Centro América hemos tenido que tratar con M Squier que procuró furbar nuestras buenos relaciones con el viejo mundo y casi lo logró, después con M Borland que sustrajo o un asesino del poder de lo justicia y promovió la des– trucción d~ Greytown, en seguida con M Wheeler, el consejero privado de Walker, luego M Carey Jones, cuyos defectos no necesitamos mencionar, y ahora te– nemos al general Lamar, cuya persuasión se extiende a recomendar a nuestra Asamblea Nacional que firme la pérdida de su independencia
Estad seguros hermanos republicanos, que si no tenemos la misma cultura que los letrados de la China, no carecemos del discernimiento suficiente para esti– mar la importancia de los palabras contenidas en el Tratado Coss-lrisarri Estad también seguros que si nuestras instituciones políticas son inestables, somos, a! menos, bastante apegados a ella para tolerar sus defectos antes que dar lugar a las escenas de luchas civiles, cuyas relaciones manchan constantemente las columnas de vuestros diarios llenos de pureza, creed– nos si una monstruosidad como el Mormonismo apare– ciera entre nosotros, nuestros indios cristianos purga–
¡ ion de él al país No contamos todavía con noventa años de antigüedad como nación y hemos tenido mas contratiempos en nuestra infancia que vosotros, no os apresuréis, pues, a condenar a nuestra raza calificán-
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dolo de inútil e incapaz, antes de que se nos presente una bella oportunidad para mejorar nuestra e~istencia
Estamos unos pocos años atrás en la escuela so– cial y política pero esperamos exced!;!rnos tan luego que podamos ponernos en contacto con la Europa, tan– to como vosotros lo habéis estado, más, permitidnos entretanto elegir nuestros protectores, porque no con– sideramos vuestro republicanismo como un guía segu– ro y un buen mentor que nos conduzca a la altura de nuestro futuro destino
'La doctrina Momoe puede ser muy buena, pero para nosotros es una anomolía, y su aplicación o las repúblicas hermanas prueba que una gran República, es un vecino mucho más peligroso que cualquier impe– rio por colosal que sea Siempre hemos creído que las instituciones republicanas están basadas en la justicia, igualdad, libertad, modercción y por ello nos parece bien extraño gue vuestrá República esté mezclada en tantas cuestiones a /0 vez con tontas Repúblicas peque– ñas
Sois celosos en extremo de toda infracción de
vuestros 'derechos y dig!1idad "en mar o en tierra" con la Gran Bretaña y sin embargo amenazas nuestra exis– tencia política España es nuestra madre patrio, ha
I econocido nuestro independencia, por qué razón que– réis vosotros destruirla? Poseéis más territorio del que vuestra población puede ocupar, por qué codiciáis esta infortunada fracción? Sois ricos en todos ros produc– tos de Jo tierra por qué tendéis la garra a nuestros po–
Cos ganados y a algunos miserables sacos de cacao que es lo que forma toda nuestra riqueza material? Venid a nosotros, viajeros, y bienvenidos seais! como comerciantes, cambiaremos con vosotros nuestra materias brutas! como artesanos os admiraremos y seremos siempre amigos! Pero no pretendáis que nuestro pueblo adopte como ley el cuchillo y el revól– ver, ni queráis implantar vuestras leyes y costumbres en un pueblo paro el cual no son adaptadas Ante todo tratadnos con igual consideración que a los Chi– nos, sois fuertes y necesario es que seáis tolerante con nuestra fe religiosa y con nuestros principios como procedéis respecto de los Mormones, aseguráos bien de que vuestro Gobierno es fiel a la ley internacional an– tes de que nos la impongáis con su consejo y con sus cañones
Necesitáis de una vía fácil y cómoda para vues– tra posesiones occidentales y podéis obtenerla, si te– néis entre vosotros un honrado especulador Así no
habrá motivo para que vengan a nuestros puertos las escuadras de M Cass, que a lo sumo s610 podrían des– truir unas cuantas poblaciones inermes como Greytown, de lo cual habrá siempre riesgo, mientras estéis repre– sentados por políticos que no saben ser moderados Entonces hermanos republicanos, volveremos a estre– charnos las manos en señal de amistad
Unos cien Nicaragüenses
Del "Stul & HClald" de Noviembre de 1858
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