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nes de v(veres, abandonaría la plaza poro ir a reunirse

con la fuerza que estaba en el río de Son Juan; y que se consideraba en la posibilidad completa de llevar o cabo esto maniobra" Macdonald dijo después a Wal– ker que nunca recíbio este recodo De lo cual se de– duce que el oftecimiento de Davis solo era una añaga– za para hacel que Walker escribiese algo que pudiera justificor en apariencia la conducta posterior del co– mandante de la Sto Mary's,

Por la mañana del 24 las mujeres y los niños sa– lieron de Rivas al cuidado del teniente Huston y boio \0

protección de la bandera de los Estados Unidos Entre ellas estaban varias señOlas que arrostraron los peligros y las privaciones con un valor y una entereza que ha– nlÍan avelgonzado a muchos hombres Su partida fué paro Walker un gran alivio, porque así desaparecía uno de los mayores obstáculos para moverse de Rivos, yero razonable suponer que su ausencia infundiría nuevo ánimo y resolucion a (o tropa, a quien se le quitaba con esto un peso aflictivo de !encima; pero lejos de ser así, tos deserciones, que casi habían cesado desde el 11, comenzaron de nuevo después del 24, y, hacia e!

26, Johnson, Titus y Bostwick habían desaparecido de Rivas Al atardecer de ese mismo día, Walker fué in– formado de que a Bell, comandante de Santa Ursula, no se le había visto desde hacía varias horas, y cuan– do hubo reaparecido, las ordenes que dio stibre el cam–

bio de centinelas palecieron sospechosos Se le man– do presentarse en el cuartel general; pero poco después de haberle comunicado el edecán \0 orden, Bell monto en su mulo y cabalgando de prisa paso por frente de tos centinelas y se fué huyendo 01 campo de los Aliados Pero a la vez que los americanos daban estos prue– bas de deslealtad para consigo mismos y sus compa– triotas, fos nicaragüenses naturales del país que se en– contraban en Rivas, estaban dando un ejemplo de fi– delidad y entereza digno de la raza que se había na– turalizado entre ellos La mayor parte eran demacra·

tos de San Jorge y se hallaban en Rivas por familias; padres e hi¡os peleaban juntos contra los enemigos que habían violado sus campos y sus hogares Soportaban con paciencia y buen humor la escosa alimentacion de la plaza, diciendo que no tenían tanta necesidad de racio· nes de carne como los amel iconos, acostumbrados a comerla todos los días Por otra parte, en las frecuen– tes conversaciones entabladas entre los que ocupaban los trinlheras de las respectivas fuerzas, Pineda deda a los nicaragüenses naturales de! país que estaban con los Aliados, que él veía ondear la bandera de su país sobre los muros de Rivas, en tanto que solo la de Cos– to Rico flotaba en el campamento situado afuera Al– gunos soldados le contestaban que ellos eran agarra–

dos 1 y que los tenían sujetos a las trincheras; y se no–

to que los americanos nunca eran molestados por el fuego procedente de los lugares ocupados por los leo– neses 2 El 27 Pineda (onza en medio de éstos una proclama que al poner en evidencia la elevocion de su

1 En español en el texto.

2 En su velsión castellana de la Qb13 de Wa1ker, Carne–

valini pone aqui la siguiente nota:

"Falsl). Los leoneses peleaban con la misma decisión que las demás tlopas Muchos queda~on en los campos de batalla y V!ll ios de sns jefes merecían ascensos y menciones honOlificas por su anojo. (Nota del Tlaductor)"

El historiadol Montúfar 1 eproduce esta nota a la pági– na 941 dll su obra Walker en Centro Ainéríca; pelO pOl un

carácter manifiesta también sus OpiniOneS sobre la con. ducta de los americanos en Nicaragua

"Hi¡o de Nicaragua como vosotros-dedo esto pro– c1ama-" amonte de la libertad y deseoso de ver ondear su bandera sobre nuestra patria, me alisté a su som– bro desde tempranq edad Todos los sufrimientos que la tiranía puede acumular sobre la cabeza de un hom. bre, todos los horrores de lo guerra civil que por tan· tos años nos ha azotado, los he padecido sin queiar– me Los cicatrices que ostento con orgullo son lo me– jor prueba de lo que digo Siento que mi entusiasmo es más grande todavía, al encontrar en mi corazon )0

prueba de que ninguno de los grandes sacrificios he– chos por mí, obedecio el un interés bajo o egoísta Nun– ca, creo que nunca me habéis hallado culpable de nin– guna moldad, y apelo a vosotros para que sirváis de testigos de la verdad de mis palabras Fuisteis ri1is compañeros de armos y me otorgasteis vuestro confian– za En tales circunstancias, ¿qué otro fin que vuestra dicho y bienestOl podía proponerme? Mi propia felici– dad, mi reputación, mis sentimientos personales, todo lo que poseo estó comprometido en esta lucha por la lil?ertad Así es y apelo a esos jefes que os arrastran a esta songrienta guerra de exterminio, paro que digan si ellos no han sido indemnizados, si no han acumula: do ganancias por su medio, en tanto que vosotros y

yo no hemos recibido nodo. La bandera de Nicaragua ondeq sobre esta ciudad y es una ignominia dolorosa verla sitiada por los ejércitos de Costa Rico y Guatema– la, y a vosotros, compatriotas, asaltándola con ellos".

En seguida, después de recon::!or!es los servicios que les había hecho Walker, la proclama añadía: "¿Por qué peleáis contra él, amigos míos, dando así Uno de los más extraños ejemplos de perfidia e in– gratitud? No, esto no puede ser Mi corazon está lle–

no de dolor; y ereedme, compañeros de armas, creed– me cuando os digo que mis ojos se llenan de lágrimas

al oír las voces de los que solían eshechar mi mano con demostraciones cordiales de amistad Al ver don– de estáis, me permito deciros que despertéis de vues– tro letargo y huyáis de las filas enemigas para uniros al único hombre que nos llevará seguros al seno de la

paz y de la felicidad, poniendo fin a esta guerra de–

sastrosa Pero si seguís sirviendo como hasta aquí de

instrumento a la barbarie, seréis acreedores o la repro bocion, aunque dure algún tiempo fa guerra y vuestra conducta alargue su término"

Entre el 27 y el 30 ocurrieron pocas cosas que pu–

dieran influir en la situacion de los beligerantes Sin embargo, para la inteligencia de 165 sucesos del 30 se

hace t\ecesario relatar lo que paso en San Juan del Sur

antes de esta fecho Entonces podremos ver cuán efi– cazmente colaboraron, del lodo del Pacífico, las fuerzas navales de los Estados Uhidos en la política seguido por los barcos británicos en el río de San Juan respecto df

las partes beligerantes

Por fo que hace o los acontecimientos de San Juar del Sur, se hará uso principalmente del cuaderno de bi tócore de (a goleta Granada, y los extractos compteto

Clror inexplicable le suprime la pa1abuI "Falso" y le pon al final: "(Nota de Walker)" en vez de "(Nota del TradUl tor)"

Extlaviado por este ilrror, de Montúfar, don Manuel el

raza Peralta insel tó la misma nota, como si fuera de Wa

kel, en su traducción de la Historia de los Filibusteloll ( James Jeffrey Rochll N. del T.

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