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« Previous Page Table of Contents Next Page »gual dio y en los flancos de la poslclon principal de los americanos en la iglesia, estaban bien vigilados y les– guardados por los batidores y algunos compañías de infantelÍa y de rifleros La del capitán Northedge, que se encontJaba o la izquiel da, fué atacada casi al mis– mo tiempo que Tuckel, pela mantuvo su posiciqn y el enemigo se retiro Hubo más o menos escaramuzas en (os flancos y a retaguardia mientl as la artillería l estuvo agotando sus municiones; después de haber disparado unos 350 tiros, era evidente que en la pfaza quedaban pocos enemigos, éstos iban tomando posiciones en el camino que va de San Jorge a Rivas, con el obieto de hostilizar a los americanos al regreso, cuando no de impedirles llegar a esta última ciudad La tardanza de algunos batidoles enviados a Rívas para averiguar si el camino estaba libre, era pi ueba de que los Aliados trat<1ban de ocupOllo De suerte que habiendo aban– donado el enemigo casi totalmente a San Jorge y ofre– ciendo el combate en el camino de Rivas, Walker resol-vio aceptarlo . Poniendo a Wate! s y los batidoles a la cabeza, a Henningsen con el obús de doce a retaguardia, y los heridos y los cañones de seis al centro de la columna, Walker tomo el camino real de San Jorge a Riv~s Al acercarse a una cuestecita a distancia de cerca de una milla de San Jorge, encontro a Waters peleando con el enemigo que estaba apostado a unas ciento' cincuenta
o doscientas 'lardas adelante, de cada lado de un tajo plofundo Cuando Hego el general en jefe hacío al– gunos minutos que los batidores habían empeñado el combate y Walker, 01 ver como estaban aposta~os los contrarios, tomo la compañía más cercana, que acerto a ser la de! capitán Clark de la infantería, dio un rodeo por la derecha, y, cayendo súbitamente sobre el flanco izquierdo del enemigo, lo echo 0'1 otro lado del camino y en seguida fuera de todas sus posiciones Bqrriendo de este modo el paso a medida que avanzaban, llega. ron los americanos a un punto llamado las Cuatro Es– quinas, el una milla más o menos de Rivas, sin ningún otro tropiezo serio debido a los Aliados. Estos trota–
Ion varias veces de aéelCarse a la retaguardia, pero la actitud resuelta y desafiadorq de Henningsen los man– tuvo a distancio.
Mientras Walker fué a San Jorge, quedo Swingle como comandante de Rivas y el enemigo se acerco a las trincheras durante el día, pensando que podría pe– netrar en lo ciudad sin cOlrer mucho peligro; pero Swingle no era hombre con el cual se podía jugar y pronto cesaron los esfuelzos de los Aliados para panel los pies en la poblacían luego ocuparon una casa si– tuada a unas seiscientas yardas de la plazo de Rivas y cerca del camino que conduce de esta ciudad a las Cua– tro Esquinas Durante la tarde el enemigo fortifico so– lidamente esto casa y 01 acercarse la cabeza de la co– lumna americana, los Aliados rompieron un fuego vio– lento de fusilería por las aspj]leras que habían abierto en jas paredes del edificio. Hasta cierto punto se en– contraban los americanos protegidos por el terreno que se extendía en declive entre la caso y el camino, y mu– chos de ellos pasaron sin que el fuego del enemigo les hiciese correr gran peligro; pero val ios fueran heridos antes de Ilegal a una loma escarpada que los guarecía por completo de las balas de los Aliados. Wdlker avanzo en persona hasta Rivas, y habiéndose cerciora– do de que el camino que corría a la izquierda de las
Cuatro Esquinas estaba libre de enemigos, envIO a Hen– ningsen la olden de tlaer pOI allí a los heridos Tam– bién mando que vinieran los cañones por esa vía, pero antes de que llegasen estos ordenes a Henningsen, ya venía artíllerÍCI por el camino angosto que tomo el grue– so de la fuerza y no ero posible retirarla Después de haber pasodo el genel al en ¡efe por la casCl ocupada pOI los Aliados, llego Dolan con sus riflelos y lanzo su caballo hasta pegar casi con los fusiles del enemigo animando a su gente pOJa que le siguiese Su impetuo– sidad característica lo llevo demasiado lejos, cayendo ensangrentado y casi muerto, al parecel, a causa de va– rias heridos graves A su noloble vigor físico debe el haberse repuesto de las consecuencias de la temelidad desplegada aquel día Poco después del anochecer casi todas las fuerzas ame! iconos habktn entrado en fa plaza de Rivas; pero hasta por la mañana del 17 no estuvieron los cañones y mOltelOs q salvo dentro de las trincheras
El 16 de mOlzo tuvieron los americanos 13 muer– tos y 63 heridos, de los cuales 4 mortalmente Entre los últimos estaba lewis del segundo de rifleros Una bala de fusil le atraveso el pecho al pasar a caballo por en medio del enemigo cerca de San JOlge, y unas de sus últimas palabras fueron: "Decid a mi madre que muero como siempl e he deseado morir" Tucker fué he–
I ido en lo mono derecha, pero no tan gravemente que le impidiese volver a su puesto algunos días después. La Guardia de la Estrella Roia sufrio mucho; el 17 tuvo dos muertos y cuatro heridos de muerte, y cerco de \0
mitad de los que lo componían resultaron más o menos lastimados las baias del enelnigo, según informes de sus mismos oficiales, alcanzaron a 500 entre muertos
y heridos Un italiaho que selvia como oficial en el ejército aliado y que fué hecho prisionero después dio esa cifra, y un oficial costarriCense que llego el 17 a San Jorge y a quien apresaron los americanos el ¡ 1 de Abril, manifesto que la vista de los numerosos heridos que llevaban al vapor del lago, al desembarcar los re– fuerzas procedentes de Tol1ugas, causo en el ánimo de éstos profunda y lúgubre impresion 1
El 19 salio el coronel Woters para San Juan del Sur con 50 batidores, a fin de comunicarse con el vapor Orizaba que llego ese día de San Flariéísto El vapor trajo al capitán Chatfield y veinte hombres más para el servicio de Nicaragua, también algunas armas y 500 tiros de seis libras Waters hizo llevar 300 a Rivas, y
Chatfield y su gente arompañaron a los batjdores al regreso También recibio Walker por el Orizaba cartas de sus corresponsales de California, expresándole mós que dudas sobre la fidelidad de Garrison a sus contra– tos y compromisos El día de la salida reglamentaria del Orizaba era el 20 de marzo, y los amigos de Nica– ragua en San Francisco se los habían arreglado de acuerdo con esto; pero dos o hes días antes del 5 de marzo recibieron los agentes de Margan y Garrison car–
tas de estos señores ordenándoles despachar el OrizabCl dos semanas antes de! día fiiado. El cambio era pero judicial para los planes de los amigos de Walker en California, y de eslo se dedu¡o que los contrntista"s del
1 Walker exagel'a muchísimo en este caso, como siell1pl e, las bajas de los Aliados, según puede juzgalse por las que tuvo la división costanicense, ~onsignadas en el paüe oficial
d~l genelal Cañas Estas no pasaron de 6 mueltos y 21 he– rIdos en los combates del 16 de marzo de 1857. N. del T.
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