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La segunda revolución industrial, la revolución de la automatización, revisfe una significación fun– damental para toda la humanidad, y en particular para Israel Esta debe ser considerada corno un facfor de primordial importancia, una etapa del desarrollo natural, y es preciso poner los avances de la ciencia y la investigación al servicio de nuestra sociedad Y nuestra economía en esfe tramo final del siglo veinte, precursor del veintiuno Así empalma– lemOS en el mundo del porvenir, cuyas raíces se nu– tren del presente Es en esta perspectiva corno debernos encarar el momento actual

Por fortuna, es±amos desarrollando en Israel una sociedad, una economía y un sistema fiscal -en la agricu1±ura, la industria, la construcción, el frans– porte y la infraesfructura- precisamente en una época en la que podemos adaptar, emplear y aprd– vechar desde el principio todo lo que puede aportar la mecanización modetna

No me propongo detenerme aquí en los aspectos técnicos y científicos de esfa cuestión, sino referirme a los colorarios que se deducen de esta segunda re– volución, aplicados al te~reno de la política, la eco– nomía y la sociedad

Ante todo, en el terreno de la defensa nacional. hay una relación directa entre el poderlo militar de una nación y la modernización de su ejército Du– rante la segunda guerra mundial llevaron la ventaja los ejércitos que comprendieron, en la teoría y en la práctica, que el motor de combustión interna reem– plazó al caballo, Fueron dos los profetas de esta idea en el arte mii1±ar: de Gaulle en Francia y Lid– deIl-Harí en Gran Bretaña Ambos experimentaron la frustración de saber que nadie es profeta en su tierra Naciones emanjeras adoptaron sus enseñan– zas antes que su propia patria, y estudiaron minucio– samente sus doctrinas, alcanzando una superioridad muy marcada Para bien de iodos nosotros, fue ésta una superioridad pasajera y temporaria, pero la hu– manidad se vio forzada a pagar un precio muy alto y a realizar enormes sacrificios a fin de ganar el res– piro necesario para superarla

Igualmente podernos decir que hoy en día la ventaja estratégica corresponde a los que -nueva– mente, en la teoría y la práetica- saben discernir que la propulsión de reacción a chorro, el mundo electrónico, la máquina de calcular y el cohete ocu– pan el lugar que estaba reservado hasta ahora al hombre y a la energía motriz convencional

No implica esto que haya desaparecido el valor del hombre, que eS todavía decisivo, pero son otras las den>andas a las que debe responder

Nuestra cualidad distintiva, el poderío militar de nuesiro pueblo, han derivado siempre, y hoy :más que nunca, de nuestro vigor en todos los terrenos: del nivel de educación y cultura, de la dimensión social y },>olítica, del avance económico y fiscal Por ende, la marcha de Israel hacia el porvenir con los ojos puestos en la ciencia y la tecnología tiene una evidente significación de "defensa", y más allá de la defensa, llega a los puntos más recónditos de nuestra vida y nuestra economía

Para lograrlo, necesitarnos la labor coordinada de muchos hombres en numerosos can>pos de activi– dad distintos y divergentes Es un impulso total hacia el progreso multilateral basado en infinitos eS– fuerzos individuales

La modernización es además un imperativo práctico desde otra perspectiva: la integración de :miles de recién llegados exige una industrialización acelerada, y lo digo sin desmerecer en un ápice el valor asimilativo y operativo del desarrollo agrícola La agricultura es un bálsamo para el judío que vuel– ve del exilio; merced a ella la nación echa robustas raíces en su patria, y ella nos ha permitido realizar grandes cosas en la ciencia y la tecnología así corno en la econo:mía Ahora que la desalinación del agua de mar será factible, la agricultura ocupará el lugar que le corresponde dentro de la actividad científica Con todo, la industrialización es para nosotros una necesidad imperiosa Una industrialización compe–

titivo, no basada en el sentimentalismo ni en la pro– fección artificial, deberá depender cada vez más de métodos y ramos de la producción que deriven de las invenciones de la ciencia contemporánea

Al introducirse en Israel, el progreso contempo– ráneo cuenta con dos aliados: la aplicación de los descubrhnientos universales de la ciencia y la tec– nología y la investiga"ción independiente que efec– túan nuestros esforzados hombres de ciencia. Es un hecho conocido que el nivel de la investí– g&ción básica es alto en Israel, y su reputación llega a los confines de la tierra Debernos trabajar sin tregua y sin respiro para mantener este nivel y para lograr nuevos avances También la investigación aplicada tiene en su haber resultados considerables pero no suficientes, y es preciso progresar en este terreno, con la ayuda de una joven gener&ción de eruditos

Si a:mpliamos el campo de la investigación e inculcamos sus principios en todos los ámbitos de nuestra economía enconfraremos apoyo a fin de im– plantar un nivel más elevado de productividad, po– sible en aquellos ramos donde ya hemos introducido innovaciones. y de desarrollar los ramos que no al

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