Page 42 - RC_1966_08_N71

atlas tintes Es una, cuestion nacional, y para lesolver– la debemos hacer de ella un problema de política in– ternacional, que ha de ser liquidado en el consejo de lus naciones civilizadas

Somos un pueblo, sí, uno solo

En todas partes hemos tratado sinceJOmente de fundirnos en la comunidad del pueblo en cuyo seno vi– vimos, conselvando tan solo la fe de nuestros padles No se nos pelmite hacerlo En vano somos patliotas, y en algunos países hasta patrioteros; en vano sacri– ficamos vida y hacienda al igual que nuestros conciu– dadanos; en vano nos afanamos por aumentar la g/a–

I ia de nuestras patrias e/1 las artes y en las ciencias, y su riqueza con el comercio En nuestras poi rías, donde nosotros también vivimos ya desde hace siglos, somos tachados de extranjeros; a menudo por aquellos cuyas familias aún no habitaban en el país cualido nuestros antepasados ya sufrían allí La mayolÍa puede decidir quién es y quién no es extranjero en un país: es cues– tion de podel, corno fa es todo en (as relaciones entre los pueblos En diciendo esto bajo mi responsabilidad personal, no lenuncio en absoluto a nuestro derecho ad· quirido por "usucapión" Pero contra lo fuerza no hay derecho en el mundo, tal como éste es hoy y será aún por muchísimo tiempo Por eso, fué inútil que fuéra– mos patl iotas en todas partes, como los hugonotes, a los que se obligo a ir de un país a otro Si nos de– ¡aran en paz

Pero creo que no se nos deíará en paz

No podemos ser aniquilados por fa opresion y las persecuciones Ningún pueblo de la historia ha SOpOI– todo luchas y sufrimientos como el nuestro Acosándo– nos, solo han conseguido que desertaran los débiles que había entle nosotros Los judíos fuertes retornan orgullosos a su pueblo cuando estallan las persecucio– nes Tal situacion se pudo observal muy bien en la época subsiguiente a la emancipacion Los ¡udios más cultos y acaudalados perdieron todo sentimiento de so– lidaridad pala con sus hermanos Si el bienestar po– lítico dura algún tiempo, nos asimilamos en todos par– tes; me palece que esto no ha de calificalse de poco

honroso Por eso, un hombre de estado que deseara Jo mezcla de la sangre judía para su nacien, tendl ía que preocuporse de nuestro permanente bienestar político

y esto ni siquiera un Bismarck puede lograllo

Porque en el olmo del pueblo están al raigados pro– fundamente los vieios prejuicios contra nosotros Quien quiera dOlse cuenta de ello no tiene más que prestar otencien a aquello en que el pueblo se expresa since– ra y sencillamente: el cuento de hadas y el proverbio son antisemitas EJ vulgo es en todas partes un niño grande, que, naturalmente, puede ser educado Pero esta educacion requeriría, en el caso más favorable, tonto tiempo que, como ya he dicho, mucho antes ha– bríamos podido ayudarnos de otra manera

La asimilacion, bajo (a cual comprendo no salomen. fe ciertos elementos exteriores del vestir, de las costum· bres, de los hábitos y del idioma, sino la igualacian paulatina de los sentimientos y de la manera de ser; la asimilacion de los judíos no podría ser lograda en todas partes sino por el matrimonio mixto Pero éste tendría que ser sentido como una necesidad por la ma–

yoría; no basta de ninguna manera declalar que el matrimonio mixto está permitido por la ley Los libe– rales húngalos que así han hecho recientemente están en un grave error Este matrimonio mixto, instituído

doctrinariamente, fué bien ilustrado pOI uno de los pli– meros casos: un judío converso se caso con una judía Pero las discusiones acerca de la actual forma de con– traer motrrmonio han agfavado mucho fas diferencias entre cristianos y judíos en Hungría y, pOI ende, han perjudicado más que favolecicio Jo mezcla de las razas El que desea la extincion de los judíos por la mezcla, no puede ver para ello más que una posibilidad: los ju– díos tendlÍan que alcanzal tal poder economico que fuera eliminado el viejo prejuicio social Esto queda demostrado con el ejemplo de la aristocracia, en la que propolcionalmente son más frecuentes los matrimonios mixtos la viejo nobleza se deja dorar de nuevo con el dinero de los judíos, y de esta manera algunas fa· milias judías llegan a ser absorbidas Pero, ¿qué for– ma adoptaría este fenomeno en las clases medias, don. de el problema iudío reviste mayor gravedad, dado que los judíos son un pueblo formado por clases me– dim? Entonces la obtencion del poder economico, que es la condicion prevía, equivaldría a la autocracia eco– nomica de los judíos, que ya ahora es afirmada falaz. mente Y si ya el podel de los judíos plovoca tales gri– tos de alarma y de furor, la qué explosiones no daría lugar el aClecentamiento ulterior de dicho podel! Creo que es imposible llegar siquiera al primer glado de tal reabsorcion; pues ello implicaría el sometimiento de la mayolía por una minolía que, además de ser desprecia– da hasta hace poco, no dispone del aparato bélico ni del administratívo Por eso considero inverosímil que Jo leabsorcion de los judíos se realice por medio det bie– nestar economico En los países donde actualmente hay

antisemitismo, dirán que tengo razon En los otros, en los que los judíos se hallan momentáneamente bien, mis hermanos de raza combatirán, probablemente, mis aserciones con suma violencia Me creerán solo cuando sean pcosados nUevamente por los antisemitas Y cuanto más se haga esperar el antisemitismo, tanto ma– yor será el furor con que ha de estallar la infiltracion de los judíos inmigran1es, atraídos por una aparente seguridad, así como el ascenso de' nivel en las clases de los ¡ud íos autoctonos, son los dos factores que en– tran poderosamente en juego para precipitar el desen– lace fatal Nada hay más sencillo que esta conclusion Pero el haber arribado a ello serenamente, ate– niéndome a la desnuda verdad, me valdlá, tomo es de prevel, la oposicion y el odio de los judíos cuya si– tuacion es favorable Si solo se tratara de intereses privados, cuyos representantes, por estupidez o cobar– día, se sintieran amenazados, se podría po SOl por alto el asunto con una sonrisa despectiva, puesto que son más importantes los intereses de Jos pobres y de los oprimidos No quiere sin embargo, que se me inter– prete mal, especialmente en el sentido de que si algún día este plan se realizara, los judíos acomodados per– derían lo suyo Por eso vaya dar una exposicien cir– cunstanciada de lo que concierne al derecho patrimo– nial Por otla parte, si la idea no sale del terreno de fa literatura, todo queda en la misma situacion que antes

Mós grave sería la objecion de que yo apoyo a los antisemitas llamándonos un pueblo, un pueblo unido, y que impido la asimilacion de los judíos donde ésta se está realizando, y que comprometo la misma don– de ya se ha realizado, si es que yo; en mi condicion de escritor modesto, puedo impedir o comprometer al– guna cosa

37