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« Previous Page Table of Contents Next Page »Con la RevoJucion Francesa, la Emancipacion al– canzo también a los judíos de Occidente No así en Europa Oriental, donde subsistían el ghetto y la opre– sión, signados por ras restricciones y ros pogroms ca– racterístícos de la tiranía i:ari~ta En la Europa ilustra– da, los mejores espíritus podían abrigar la ilusíon de que allí eso no se iba a repetir. Y he aqví qve en el corozon de Europa, en la Francia de los Derechos del
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en
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Sueño
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Herzl desperto al pueblo judío y le dio concien– cia de su fuerza, de su poder como entidad colectiva que podía y debía actuar, frente a las naCiones, como
una nacion Y proclamo ante el mundo lo que nadie se había atrevido a decirle hasta entonces: que el pro– blema judío era un problema político, y solo mediante soluciones políticas podía ser r~suelto, en el marco de un estado en el que el pueblo judío pudiera reconstruir su antigua existencia nacional.
Esta se había interrumpido hacía casi veinte siglos, pero el pueblo judío sobrevivio. Cuando los imperios que le fueron contemporáneos eran un meró recuerdo historico, el pueblo judío subsistía como tal, a pesar de la dispersion, de la opresion, de las persecuciones, de las matanzas que lo habían diezmado a través de los siglos Los ghetlos en que vivio encerrado desde la Edad Media eran el símbolo de aquella opresion, pero eran también el marco de su supervivencia, y esta si· tuacion se mantuvo inmutable, a través de la Edad Me– dia y del proceso que conduce a la formadon de la Europa moderna, hasta los albores del siglo XX
EMANCIPACION y ANTISEMITISMO
Hombre, el antisemitismo aparece en toda su descarna– da realidad Y el brillante periodista vienés el joven judío triunfador en el mundo no judío, que sintio el impacto de esa desilusion, como fruto de ella iba a aportar a su pueblo, el instrumento para luchar contra ésa redlidad frente a la cual se rebelaba.
EL RETORNO A 510N
El episodio es conocido. Teód9ro Herzl, correspon· sal en París de un gran diario del Viena, asiste al pro– ceso Dreyfus y comprueba que no S% el capitán judío era condenado injustamente, sino que esa condena in– justa hallaba eco favorable en multitudes inflamadas por el odio. Dreyfus era eondenado no por ser traidor sino por ser judío. Yeso sucedía en Francia, la cuna de la libertad
A la luz de esta comprobacion, Herzl analiza la situacion de los judíos Y llega a la condvsion de que la emancipacion, leías de resolverla, la había agrava· do En el marco del ghetto, en el que los confinaba un mundo hostil, los judíos se habían mantenido como un pueblo unido apegado a su religion, a su cultura, a sus tradiciones, a la nostalgia de su pasado nacio– nal, acendrado en la Biblia y en el recuerdo de los hé– roes de Israel. Pero cuando los muros del ghetto se agrietaron y cayeron, el judío se encontro, como indi– viduo, sometido a un rechazo y a una hostilidad aca– so aún más crueles, ya que al antisemitismo largamen– te arraigado se agregaban factores de competencia eco–
nomica y de aislamiento social "En nve¡;tras patrias, dice, somos tachados dé extl'anieros, CI menvdo por
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