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aquellos cuyas familias aún no habitaban el país cuan· do nuestros padres ya sufrían allí".

Ffente a ese rechazo, la solucion que concibe es la de la concentracíon del pueblo judío en su propio esta– do Otros antes que él habían enunciado la idea, en libros considerados a justo títúlo como sus precursores. Moisés Hess, en su liQro "Roma y Jerusalén", articula el concepto del retorno a la gloria del pasado judío, como punto de partida para lo reconstruccion de una existencia nacional, soto posible mediante un estado propio Frente a la desaparicion del ghetto como mar· ca de la vid,a judía, opone la idea nacional a la postu· ra <;le aquellos que" a la espera del Mesías, niegan al pueplo ¡udío la posibilidad de luchar por su destino co– rno Nacion

Su idea, coinddente con los mOVimientos naciona· les de Europa (a uno de los cuales, ''La joven Alema· nia", él mismo pertenecía) inicia el movimiento de libe– racion nacional judío que iba a encontrar finalmente en Herzl a su hom\:>re del destino y habría de movili–

zar a las masas judías desposeídas hacia su propia re– volucion.

leon Pinsker, en su trabajó "Autoemancipacion", se anticipa q la idea de Herzl de que los jUeJíos no de– ben esperar la s61ucion desde afuera, y que solo será viable una emancipacion éditicada por el pueblo judío pOr si mismo y en su propio territorio.

Teodoro Herzl no conodo los trabajos de estos y o'ros precur~ores Se ha repetido Una y otla vez que el,') es de celebrar, porque él mismo afirmo que de ca' nOl er el trabajo ?e Pinsker n9 hubiera escrito "El Estado Judío·'. El hecho nuevo que él aporta es el impulso part la lucha por el estado propio, y el eco fervoroso' que ,'ncuentra en las masas judías que ven en esa lu– cha V'llítica a que Herzl las llama una auténtica posibi– lidad de redencion

UNA POLlT¡CA y SUS INSTRUMENTOS

la grandeza de Herzléstriba sobre todo en que, a diferencia de los anteriores, además de escribir, realizo, adémás de enunciar la idea la puso en marcha, y creo los instrumentos para convertirla en realidad Dio al pueblo judío una po1í1ica, y una direceion pala ejecu– tarla El no tenerla le había hecho mas daño que las persecuciones, Ahora la tenía Con el Congreso Sio– nista, con la Orgonizocion Sionista, puso al pueblo ju– dío de nuevo sable el mapa del mundo, aún antes que pudiera retornar a su antiguo territorio national por el camino que él le señalaba Y es cafactertstico del ge· nio de Herzl que él intuyera que en el Congreso de Ba– silea había fundado el Estado Judío.

El retorno a Sion se había iniciado antes, pero hay

un abismo entre el concepto con que se encarara hasta

entonces, y la intrepidez y la decision con que Herzl lo emprendio, concebido corno una lucha política a la luz del día, con la cabeza alta frente al mundo la colo– nizacion agrícola emprendida en Eretz Israel dos déca– das antes, limado por las dificultades de un medio ex– traño y hostil, el impulso generoso que lo había promo– vido [incluso el de los "Biluim", su más honroso antece· dentel había venido a parar en una empresa languide– dente, basoda en la filantropía Lo cual no obsto para que cuando Herzl opuso a esa tímida colonizacion de ti· po fildntropico su lucho por un estado reconocido por los potencias y garantizado por el derecho internacio– nal, quienes la plomovían lo denunciarán alarmados, tratándolo hasto de Joco furioso QUienes pretendían demostrar al Sultán que no tenían intenciones políticas; quienes Se proponían llevar calladamente, casi secre– tamente, algunos cientos de inmigrantes a Polestina, ven aparecer de repente "a un sonador que proclama él establecimiento de un Estado Judío".

VISION DE HERZL y REALIDAD DE ISRAEL

Respondieron Jos masas ¡udias al llamado de Herzl Una corriente ininterrumpida de jovénes pioneros co– menzo a afluir a lo Tierra de Israel; y ya nO se detuvo más Y en cierto momento, estimulada por la accion de los organismos creados por Her~l, al antiguo impul– so del retorno a la tierra, del retorno a la agricultura de la que el puebro judío había sido mantenido apartado por milenios, se agrego un hecho decisivo: él trabajo judío; el retolno al trabajo manual, pivote de la colo– . ni,zácion agrícola colectiva y del cooperativismo que se .cor;wirtieron en la espinCl dorsal de la construccion sio– nista en Eretz Israel la autodefensa armada, impues-to por la necesidad de defender con el fusil lo que cons– trUían con sus manos, completo la imagen de esta em– preS<;l en que una avanzada del pueblo judío comenza– ba "a forjar su propio destino"

Teodoro Herzl soñaba con un "Chctrter", con un do–

cumento que consagrara los derechos del pueblo judío a su estado en el antiguo territorio Brego por ~l en incan– sables gestiones internadonales, y no lo logro. Pero \a obra pláctica que fue el fruto del movimiento que él puso en marcha, 'i los instrumentos que él c;reo, proveyeron la basé para que, cuando las circunstanCias. historicas está– bon maduras, surgiera, despUés de Iq Primera Guerra Mundial, el Hogar Nacional, y tras Id Segundo Guerra Mundial, el Estado Israel. la Declaracion Balfour de

J 9'j 7 Y ia Resolucion de las Naciones Unidas de 1947

representan, en etapas sucesivas y tras duras y (lzaro–

S<:lS contingencias, Id consagradon internacional de la idea del Estado Judío Pero antes ce existir sobre el papel, la realidad del Estado judio se impuso por sí misma, como fruto de la obra de aquellos que respon– dieron al llamado de Teodoro Herzl En estos 18 años se consolido y expandio, en un proteso que sin duda habría colmado sus aspiraciones más entrañables

GREGORio 'VERBISKY

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