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DEL JUDEO-E8PAÑOL
MOSHI: LAZAR
Profesor, Universidad Heblea de Jerusalén
El idioma judea-español, hablado por los descen– dientes de los judíos expulsados de España durante cin– co siglos en sus distintos países ?e reside~cia INordá– frica, Yugoeslavia, Bulgaria, Gre~la, Turqula, ~tc}, co– menzo ya a principios de este siglo a dar senales de decadencia La literatura en esta lengua fue desme– drando en el curso de Jas últimas generaciones, mas
recién después de la Segunda .Guerra . M~ndial y el ex– terminio de las grandes comunidades ludias por los na– zis, se hizo patente que al cabó de, una o dos gener~
ciones el judea-español desaparecena como lengua VI–
va
De los judíos que sobrevivieron la Segunda Guerra Mundial, aquéllos que emigroron a Latinoamérica fue– ron mezclando el judea-español con el castellano ha– blado en su nuevo ambiente, y aquéllos que emigraron a otras regiones se fUeron apartando del idioma La concentracian más grande de judíos que hablan el ju– dea-español se halla hoy en el Estado de Israel Mas pese a encontrarse aún unas doscientas mil personas que hablan o "entienden" la lengua materna, no debe– mos engañarnos, dado que Id mayor pdrte de los que emplean el idioma a diario pertenecen a la vieja gene– racian, mientras que los hijos más bien "entienden" que hablan Y lo que hablan no es sino una especie de "judea-español básico", de vocabulario pobre, a lo sumo mil palabras Es de suponer que los hijos de es– tos últimos, apenas si "entenderán" el idioma
La literatura casi no existe hoy Pocos leen el ju– dea-español, y solo unos pocos lo escriben Puede con– tarse con los dedos el número de autores que escriben hoy en judea-español Menos aúh son los estudiosos que traba¡an en esta lengua
El judea-español florecio durante cuatro centurias desde la expulsian de España hasta mediados del si– glo XIX Era una lengua viva y efervescente, prolifera, habiendo producido abundantes obras, tanto laicas co– mo religiosas. Ya en la primera generacian después de la expulsion se comenzo a traducir la Biblia al ¡u– deo.español, especialmente en los grandes centros de Constantinopla y Salonica, versiones que más tarde se habrían de difundir desde Esmirna hasta Venecia, des– de Pisa hasta Viena Al cabo de pocas décadas se tra– ducían también obras de ética y preceptos religiosos, oraciones, poesía y comentarios Cien años después d~
la expulsian ya contaban los descendientes de los ex~
pulsados con una respetable coleccion de obras en ju– dea-español, tanto originales como traducidas, en todos los campos del saber: poeSía, religion, ética, historia, ciencia, medicina Había gran deseo de leer, y de lo poco que sabemos hoy acerca del tiraje de las distintas ediciones puede deducirse que nada más que una pe– queña parte de toda esta prplífera literatura se ha con-
servado hasta hoy. La mayor parte de esta antigua li–
teratura se encuentra hoy en tres bibliotecas: el Jewish Theological Seminary en Nueva York, la Biblioteca Ju– día Nacional y Universitaria en Jerusalén y' el Instituto Ben Zvi.
ENCICLOPEDIA POPULAR
El judea-español escrito y hablado conservo las ca– racterísticas de los dialectos españoles de los siglos XII a XV, con la añadidura de no pocos palabras hebreas
que vinieron a expresar conceptos pertenecientes al mundo religioso, ético, social y cultural de los ¡udios Pero cuanto mós nos alejamos de España, tanto geo– gráfica como cronologicamente, .tanto más se aparta este idioma del e,spañol y va absorbiendo. términos y expresiones de los idiomas en uso en los países de re– sidencia de los ¡udíos: griego, turco, lenguas eslavas, árabe, italiano y francés (este úlfimo en especial a fines del siglo XIX y comienzos del XX, como resultado de las escuelas de IGl Alliance Israélite Universelle). No obstante, y pese a las contaminaciones de otros idio– mas, la literatura escrita conservo hasta mediadbs d~1
s.iglo XIX una lengua rica y armonica, una sintaxis pu– ra y un estilo desarrollado. la obra cumbre escrita en judea-español en el siglo XVIII fue aquella "enciclope– dia" popular de Yaakov Khuli intitulada "Meam Loez" , que fue un best.seller durante muchas generaciones. Es– te es un tesoro vivo del per,¡samiento judea-español, que fue inspirado en las fuente~ principales de la filoso– fía judía: la Mishnó, el Talmud, el Shuljan Arui, el ZO–
har, las obras de Yosef Albo, Shelomo Ibn Gabirol, Ye– hudó Haleví, Moshé Ibn Ezra, Benjamín de Tudela, etc No cabe duda que la constante lectura de "Meam Loez" ejercio una influencia decisiva también sobre la forma– cion de la lengua hablada por los judlos sefardies
Otro tesoro de términos y conceptos en judeo·es– pañol puede encontrarse en los centenares de testimo– nios desparramados en los tomos de "preguntas y res– puestas" Las descripciones de lugares de residencia, objetos, profesiones, instrumentos, prendas de vestir, costumbres, contratos, etc que figuran en aichos volú– menes, hacen un importante aporte al estudio de la his– toria social y cultl,Jral de las comunidades judea-espa– ñolas
Un mundo de por sí lo constituye el romdncero se– fardí, coleccion de romanzas y canciones réo judea-es– pañol que fueron pasando de una generadqJ1 a otra y
que en años recientes fue enriquecida por numerosos in– vestigadores que han publicado huevas romanzas de bota de ancianos, antes que desaparezcan ,pel todo
No es éste el lugar para describir toa,os los terre-
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