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bien estos ,otros ritmos:
Yo non durmo de noche ni día. Los qu~ aman angustia los guía. ¿Quién' es ést(i que abajo la puerta con ce~tico e recoge' una flor? -Es t0 amanté, fermosa doncella, que nQn durme pensando en tu amor.
Los españoles y las españolas sin patria saben también este cantar:
¿Quién me va a querer a mí, sabiendo que yo te quiero y muero de amor por ti? ¡Quién me va a querer él mí!
En otras ocasiones hubieron de parecernos árabes hablando castellano En la aspiracion de las jotas y de las haches, sentíamos el viento del desierto: tan oriental se ha: vuelto allí nuestro idioma, bañado en las corrientes de Jos viejos idiomas de la Biblia y del Corán. En todo caso" durante cuatro siglos de aislamiento, de confinamiento verbal, entre ulemas de Turquía o qrusos del páramo, tlOY tiempo suficiente para que una I~n.,
gua se empa~tane y corrompa.
A Dios gracias no ha sido así en excesiva propor· cion
Asombro~o es, en realidad, que cienes de años des– pués, para decirlo en ladino, se conserve relativamente tan pura la lengua éle España, el habla dolci española, como a la e~pero de un resurgimiento No le mintio a Pulido el q\Je dijo: "Nosotros israelitas españoles nos
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Sinembargo, de un tiempo a esta parte, el sefardí no consigue sustraerse a Jos seducciones de 'talio y.
de Francia El peligro no reside ya en las viejas leh– guas del levante sino en las nuevas de Europa Debe saberse que en muchas zonas la lengua qU,/l hoy toda– vía llamamos ¡udeoespañola pudiera ir lIamóndose ju– deofrancesa Nula es la accion hispánico en aquellas tierras casi españolas, como no se cuente inteligentísi– ma (sí, pero aislada}, esa inteligentísima y nobilísima y muy tesonero campaña de la Revista de Iq Raza, mós ibero-africana, por desgracia que ibero-sefardí Con to– do, es admiráble la obra de su director D Manuel L Ortega, y lo ródean infatigables colaboradores Ver– bigracia: D José M Estrugo, destacado hispanOfilo de Constantinopla.
Incesante y perfectamente coordinada, es en cam– bio, la accion francesa, gracias sobre todo a la siste– mática penetracion de la Allionce Israelite Universelle, que tan luego abre bibliotecas y funda asilos como ins– tala escuelas y cQlegios en que el francés va desplazan– do al ladino
,Solo ,!uedan, en puridad, para defender el patri– monio castiZO, unos pocos sefardíes o quienes suele 110– n:
arse arcaizantes, bien que esta vez arcaizar sea pre– Cisamente miror, por el futuro;. pues para el s.efardita salva! el castellano, es vincularse, por mediacion de Espano, con riuestro grande América del porvenir. lo
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gustamos mucho quando topamos occasion di poder ha– blar nuestra /ingua".
Así escriben, así la llaman, con no sabemos qué inocencia de niños Un alma dulce, tibia, se revelo en expresiones de un raro pergeño, de un español ton in– fantil como arcaico, en que al encanto de la vieja cons– truccion se añade el de la pureza de los sentimientos expuestos; como, por e¡emplo, en esta frase de recién casado, enderezada a disculpar con la luna de miel la tardanza en responder a la carta de un amigo: "Del día de mí boda estoy abo/ando con mi palamba..." Pero la nota típica es el arcaísmo Hay palabras de este ¡udeoespañol, que, a manera de caracoles ma– rinos, apenas puestas al oído rebosan de una música de lejanos, de lejanísimos, de casi perdidos murmullos Hasta los neologismos son derivaciones arcaicas Se ha observado así que dicen, verbigracia, escuchamiento por juzgamiento o juicio No es sino un caso entre milIa– res Siempre y por todo miran al pasado los sefar– díes En su propia escritura se ve Si salieron de Es– paña empleando caracteres latinos y escribiendo el cas– tellano, como es justo, de izquierda o derecha, pronto en el Oriente lo empezaron o escribir de derecho a iz– quierda y con caracteres rabínicos; tal como quien de– sanda camino
Imposible f'l0 pensar en aquellos tan hermosos ver– sos de Longfeflow al cementerio judío de Newport, tra– ducidos de mano maestra por nuestro poeta Héctor Pe– dro Blomberg:
y leían así, siglo tras siglo,
-como si fuera un manuscrito hebraico siempre a la inversa el libro de la Vida hasta que fue Leyenda de los Muertos.
cual tarde o temprano tendrá que convenirles, y mucho Estos pocos sefardíes arcaizantes son los que defien– dén la vieja lengua; y con ellos la defienden :también las madres, las hermanas, las novias Si la calle va siendo de Francia, la c,asQ pertenfilce toda-v:ía a España La casa y el corazon. .
A España pertenece todavía hoy el ¿Qrazon sefar– dí En las familias se conserva la fiel tradicion de los linajes, entre apellidos que no son otros que Miranda, Benavente, Calderon, Albuquerque, Saavedra Templos hubo y hay que se llaman de Zaragoza, de Toledo, de Castilla; cuyos rabinos prediéan en castellano antiguo Ninguna familia olvida su prosapia española; en ello ponen la poesía y la honra del hogar Cada uno sabe bien de donde vinieron sus abuelos, si de Granada, si de Sevilla Hasta parece que pronuncian el castellano de una u otra m<;mera, según de d,onde vinieron ¡Más no se puede amar!
También los niños sefardíes pertenecen a España En las calles de Constantinopla, cogidos de la mano, cantan versos de los romances Estos, que traslado aba– io, son los que, según Yahuda, cantaban unos rapaces de Estambul, remedando la manera zaragozana de cier– tos vecinos, a quienes querían burlar:
A un saragosano le dio la ¡ene
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