This is a SEO version of RC_1966_07_N70. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »ban, les había dicho que yo era extranjera y me han cantado una a mí. Bueno, que me voy a la cama.
Ayllón - Una familia castellana
No saben lo comenta que estoy de haber venido aquí, estoy pasando unos días maravillosos, respirando aire puro después de seis meses de solo respirar el aire viciado de Madrid. Además he conocido a una geme encantadora, en un ambiente de amor y de paz, que me llena de franquilidad. Son geme humilde. el padre es labrador, todos han nacido aquí en este pueblecito castellano alla– do de la Sierra, la madre es una señora regordeta, blanca y de ojos azules, muy locuaz y cariño– sa, siempre buscando qué damos de comer, es un encanto, después es:l:á el hijo que es maesfro y el practicante del pueblo, es un pan de bueno, tan calmo siempre; no se enoja por nada, a mi me asombra verlo, lo mismo a su esposa que es el prototipo de la mujer de su casa, frabajadora y siempre contenta, va a tener un niño a fin de mes, es el primero, pues se acaba de casar, y por últi–
mo Mila, (Milagros Mateo), que cada vez me gusta más. De veras que nunca pensé que con tan pocas cosas y tanios problemas, se pudiera ser tan feliz corno son; aquí estoy aprendiendo una lec– ción de vida. Además de que éstot conociendo a los castellanos en toda su esencia, me gustan muchísimo, todos son labradores y acogen a los forasteros con una naturalidad asombrosa. Les voy a contar un hecho que demuestran lo que son: Fuí a acompañar a Mila a poner una inyección a otro pueblo que está muy cerca, a dos kilómefros o poco más; f1.;limos andando como a las ocho de la noche con una luna preciosa, pues bien, llegamos al pueblo, todo era silencio, parecía un pue· blo deshabitado. La noche anterior habíamos es:l:ado allí y me impresioné mucho, pues el paisaje es completamente disfinto al nuestro. Eran unas llanuras planas, solo interrumpidas por pequeños montículos y al fondo por la Sierra, y además, no hay ningún ruido, ni croar de ranas, ni cantar de pájaros, nada, solo silencio. Nosotros estábamos en uno de esos monfículos, pues el pueblo quedaba arriba, veíamos una vista preciosa, el río parecía una cinta de plata, enfre lo verde de las praderas y todo iluminado por la luz de la luna. Al llegar esa noche, COmo no estábamos se– guras de donde era la casa que buscábamos, to camas en una. Nos salió un hombre a quien le preguntamos:
-"Es aquí donde pone el practicante una inyección?" -No, pero mi esposa lo sabrá".
Se metió dentro y volvió con su mujer. Esta sabía donde era, y nos dijo. -"Es allí, en la otta puerta de la esquina". Y entonces él nos dice: -"Yo las llevaré, si ustedes quieren". -"Bien, graoias", le coniestamos a coro.
-"Que gracias, ni que puñetas, para que estamos si no ... " y segcidamenie nos llevó hasta dejarnos dentro de la casa.
Ya ven, son así, bruscos, pero corteses, siempre dispuestos a servir en lo que se necesite. Ade– más, físicamente los encuentro más españoles que a los estudiantes. Son blancos, pero muy tosta– dos por el sol, con ojos bellos la mayoría de las veces, unas barbas cerradas y de facciones finas, son mejores los hombres que las mujeres, estas son bajas y regordetas, aunque hay sus excepciones.
E! padre de Mila es ofra especialidad: un hombre del campo, pero que no está embrutecido, sino que sabe de delicadezas y de :todo, ha leído mucho, me han admirado las obras que he encontrado en su biblioteca: Platón, Juan Ramón Jiménez, etc., el preocuparse por darle a sus hi–
jos lo que él no ha :tenido, es admirable.
Granada - Una zambra para turistas
Llegamos aquí a las 9% de la noche, deshechas, el albergue muy bueno con excelente co– mida, servicios higiénicos, cosa muy importante que sólo se aprecia cuando uno corre por allí, du– chas y buenos colchones, rios ducharnos y bajamos a cenar, luego salimos a dar una vuelta y nos acostamos enseguida.
Al día sigciente dill\oS una vue1±ecita por la Alcaicería, son callejuelas de ventas de cosas típicas, he comprado muchas cosas bonitás que ya les enviaré. Por la tarde fuimos a la Catedral, viendo primero la Capilla Real de Isabel y Fernando, vimos su cetro, corona y espada, también las :l:umbas de Juana, La Loca, y su marido Felipe. El Hermoso. Luego fuimos al Albaicin, barrio construido en escalones y se llega al mirador con la lengua de fuera. Está bastante sucio y des– cwclado, pero tiene unos Cármenes, casas con jardín, preciosos que son una maravilla. Después se– guimos subiendo y llegall\os al Sacromonte. Son las cuevas de los gitanos. Consis:ten en formacio– nes na:l:urales a las que les han puesto una fachada. Se respira un aire de pobreza. Teníamos en-
47
This is a SEO version of RC_1966_07_N70. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »