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« Previous Page Table of Contents Next Page »CARTA AMARTI SOBRE LAS IDEAS POLlTICAS DE LOS, «30 AÑOS»
Escrita por el gran orador cubano Ooctor 'Antonio lombrano, publicado en 1885 en el periódico que el Apóstol ;editaba en New York
Mi distinguido amigo:
Cuando estas líneas se publiquen en "La Améri– ca", cuento para el/o con la bondad de Ud' r se en– contrará probablemente en los Estádos Unidos encar– gado de 'una misión importante r el Sr. General don Joaquín Zoyala r exPresidente de la República de Ni– caragua. El General Zavala ha prestado ilustres ser– vicios a su tierro r y es el/a un campo de observación muy interesante para los que siguen COn simpatía re– flexiva la marcha de los pueblos libres. Ud. compren– derá que yo
quiera rendirle un sencil/o homenaje y
que venga con ese objeto a las columnas de su pertó– dico.
La República de Nicaragua es, en efector el be– l/o hogar de uh pueblo laborioso y honrado que acre– dita todos los días la competencia posible de nuestra raza para ~I gobierno y fas instituciones de la liber– tad. El sosiego en qu~ há permanecido durante los últimos quince años nos bastaría, ciertamente, para demostrarlo. Lógrase en otras partes la tranquilidad de la superficie COn dictaduras sofocantes, que aho– gan la voz de las opuestas y vibrántes pasiones; pe– ro Que las mantienen paloitando en el fondo de la sociedad, prontas a toopÓrecer, én súbita explosi6n,
y a repetir, con iras acumuladas, el combate que se
inter;umpi6. Hay entonces una paz, hecha de miedo
y de egoísmo, qué es Uná enfermeddd social. Lo que cautiva al pensador desapasionado es el vigor sano
conque las extremas ideas políticas viv~n y hacen su propaganda en Nicaragua r sin que los e~cesos de apreciaci6n y las intemperancias del lenguaje, a que una polémica ardiente siempre conducen, perturben el curso regular del mecanismo republicano. En me– dio de los ultra-liberales, que sé impacientan, y de los ultra-conservadores, que Se espantan, la mayorfa .00–
líctica dél país procede con firmeza y con pausa a la transformación que aquel/a sociedad necesita, y ofre–
ce a todos lbS grupos, para que digan sus credos y pa– ra que procuren conquista; el apoyo de la conciencia pública, unO preiisa y tina tribund que estaii fuera de la vigilancia de la policía y de las amenozas de los cuarteles: se discute sin temer al gobierno, y se gobier–
na sin temer a la discusión.
Cupo ql General Zavala la ardua tarea de rege– nerar en Nicaragua la educación pública abriendo el país a la enseñanza moderna r a las emancipadas cien– cias nuevas, y modificando por ende, aun sin desha– cer el Concordat0 r sino interpretándolo bien r aquel/as relaciones entre la Iglesia y el Estado que se estable– cieron en la oscuridad, social y política de la Edad Medió y que formando parte esencial, por ciert0 r del régimen de las oololiias españolas, tocaron por juro de heredad de nuestras demoéracias americanas.
El Catolicismo militan'te tiene en, nuestros días programa que no es del pasado, Decir que está den– tro de ese .orograma lci condenación de tódos los fue–
ros y de todos los legítimos empleos del conocimiento
es hacer uso de parcialidad ri()torici o de supinaigno– rancia en la materia: astrónomos emim?ntes~ físiCos insignes y naturalistas agregios figura en las milicias del Catolicismo. Pero hoy en algunos de los países de la América española, un catolicismo de partido, una escuela seudo .lJofítica y seudo religiosa, devota ,de ideales añejos y conservadora desvelada de tradicio– nes pueriles, que embaraza cuant.o fe es dable la difu– sión de los conocimientos .oositivbs, que se empeña !?n
falsificar la Historia y que abriga la pE;<regrina preten– sión de que sobrevengan en los últimos días de esta luminosa centuria el gobierno misterioso y la ciencia artificial, con que en época funesta doctrinaron y m'a– nejaron a España sus conventos, en srJstitticióh a
nuestro sufragio en la calle y en las investigaciones sinceras e imparciales con que se escrutan hoy los ar– canos de la vida. Existe, en natural contraste r un par– tido precipitado y ardoroso; qU€? anhela la proclama– ción del materialismo oficicil, que quiere hacer de la demoeracia una Iglesia de déscreimié'ntó: intolerante y
que mantiene la tesis, no menos absurda, de aue las fuerzas y los caudales de las católitqs mttyorías han de sostener y pagar una guerra abierta contra los hombres y las ideas del Catolidsmó~ Alejándose cui– dadosame'nte de ambos polos trabajan los estadistas que, como el General Zavala, re.oresentan y dirigen la actual situación política de tyicarcigua; . .
El hecho es que cierto fenómeno social importan–
te ha tenido éxito así: en Chile como en Nicaragua, y
en Nicaragua sobre todo, el establecimiento de un pa–
triciado, fruto de la selección social, que . sin conver– tirse eh oligarquía y sin oponerse a innovaCiónes salu– dables, sino por lo contrario, sabiéndolas I/evar a ca– bo, ha hecho posible que impere' en ambos pueblos fa democrada serena y Circunspecta, que otros en vdho apetecen. tn Guatemala, por ejemplo, antes de 1871,
la clase dirigente estaba imbuida de pretensiones in– sensatas y se inspiraba en ideas de gobierno yen mie–
dos al progreso digno del inolyidable Calomarde, el singular ministro de Fernando VII. En Nicaragua, lo que yo pudiera I/Clmar aristocracia, viene a serlo en
el mejor sentido de' la palabra, es una fuerza que equilibra, pero que no estaciona el movimiento nado–
nal. El Partido Conservador, que esa clase social aflí, por lo general, a constituído, tiene una retaguardia, como es lógico: hay en él, católicos, de los que antes he pintado, y otros r que sin ser indoctos r ni enemigos
á todo trance de la civilizacion moderna, temen pci,ra su país, aCaso demasiado r un ,egimen de radicalismo
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