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:Hay quienes dicen ,que los so'óia). (:ristiaUQ~ "son pececillos rojos que nadan en a9ua bendüa

l' y ofros los encuezuran en una 'abiljil~a similitud con I;\s:l:as definiciones de Mussolini: ";Los fascis~as fel1,émos el valor de reohazar :l:odas las :l:eorías políticas :l:radicio– nales; somos aristócra:l:as y demócra:l:as, revoluciona– rios y reaccionarios, prole:l:arios y a,ntiprolefarios, pacifis:l:as y antipacifis:l:as".

El Partido Social Cristiano de Nicaragua alega en su p;e:l:encÜda explicación de principios, ql,le no esfá somefido a ninguna autoridad i~ernacional ni a consignas extranjeras, como ocurre con los parlidos comunisfas. Sin embargo, mueve a sospecha la exisfencia de una Organización Demócra:l:a Crisfiana de América, entidad regional afiliada a la Unión Mundial.

No creo que el Parlido Social Cristiano logre en nuestro medio respaldo popular o llegue a consfiiuir un peligro electoral para los Partidos Históricos, y, en todo caso, se nutriría en lo futuro a expensas del conserva:l:ismo.

Ya es significativo q1,1e sus fundadores deserla– rQn del Parlido Conservador de Nicaragua, en cuyo Progralna dejaron acentuada huella. En efec:l:o, en– fre los Objetivos Concretos de ese Parlido, se dice que aspira al Poder "para el implantamienfo en Ni– caragua de un Orden Social Cristiano""

El Partido Conservador Nicaragüense se confun~

de ideológicamente con el Tradicional.

Las diferencias han sido más bien de conducfa política y electoral. Guiados sus hombres por un es– píriiu civil, por una interpretación pacifista de la misión opositora ,tomaron la bandera del conserva– iísmopara asis:tir a las urnas, pero con absoluta fi– delidad a su ideología.

Aunque el Partido Conservador Nicaragüense, como es de desearse, participará en las elecciones de

1967, en nada alleraría la comunidad de ideales y teorías con el Parlido Conservador de Nicaragua. No pasaría de ser una especie de Plebisciio conser– vador, para decidir de una vez a cuál corresponden los sellos, lo que a mí me parece saludable y de pro– vecho para la República y sus Ins:l:iiuciones.

Queda, pues, reducido mi compromiso con REVISTA CONSERVADORA DEL PENSAMIENTO CEN– TROAMERICANO, a la confrontación del Partido Li– beral Nacionalista y el Parlido Conservador, sobre los cuales ha transcurrido, en sostenido paralelismo, la vida política de Nicaragua, desde los albores de la Independencia, cualquiera que fueran sus anti– guas denominaciones.

Sin embargo no irá :l:an lejos mi, mirada retros– pediva, lo que sería más que de político, tarea de hisforiador. Tomaré un pun:l:o de partida más próxi–

~o en el tiempo.

Vienen en mi ayuda, corno pu~os generales de referencia, las cuatro e:l:apasen ,que el Dr. Carlos Cuadra Pasos, llisforiador y político eminente del conserv'a:l:isrno, considera dividido el medio siglo que

llega hasta 1950. PRIMERO: Régimen Liberal 1900

a '1'909. SEGUNDO: Liquidación del Liberalismo

1909' a 1911. TERCERO: Régimen Conservador

1912 a 1928. CUARTO: Nuevo Régimen Liberal.

El Parlido Liberal Nacionalisfa reconoce como precursor al General Máximo Jerez, humanista por na:l:uraleza y miliiar por accidenfe, al favor de cuyos ideales nació el Liberalismo en Nicaragua. De su prédica recibió la Patria la primera enseñanza libe– ral de que los gobernantes :tienen que limitar su poder anfe el conjunto de liberladas propia!! del in– dividuo.

Jerez y el Licenciado don Francisco Baca redac– taron el Primer Programa de iJ:ispiración liberal que fUe suscriio en León el 27 de Mayo de 1869.

Decía así:

"1 9 Especial a:l:ención a la enseñanza primaria, costeada por el Gobierno. 2 9 La enseñanza libre.

3 9 Supresión de los monopolios y estableci– miento de la única contribución.

4 9 Fomento de la indus:l:ria, especialmenfe por el libre cambio, y por la constante mejora de las vías de comunicacióll.

59 Americallismo, o sea, solidaridad con el contillente americano, en orden al sosteni– mien:l:o y progreso de la liberlad republi– cana.

6 9 Tendencia eficaz y resuella hacia el resta– blecimiento de la unión centroamericana sin excluir las vías de hecho, siempre que sea por medio de arreglos pacíficos. 7 9 Franquicias liberales para atraer la inmi– gración, concediendo entre ellas el pleno gece de los dérechos civiles, y facili±ando la adquisición de los políticos.

8 9 Los principios liberales reconocidos en ma– teria religiosa, en tanto que sean aceptados por las convicciones generales del país.

9 9 Abolición de la pena de muerle.

10 9 Juicios por jurados. 11 9 La elección direda.

El General Marlínez firmó y aceptó este progra– ma para burlar luego al apóstol, que arma conser– vadora ha sido el engaño, en sus entendimien:l:os con el liberalismo a través de la historia.

Pero, a pesar de Jerez, el Partido Liberal Nacío– nalisfa refiere a la revolución de 1893, que vino a desperlar al país de la siesta colonial de los 30 años, su verdadero ser y presenoia histórica.

Para formarse una idea cabal, un exacto pano– rama de los 30 años, recurro a la magistral descrip– ción del Dr. Carlos Cuadra Pasos en su libro "Historia,

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