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el ,Partido Conservador. Y el-PartiClo Social-Cristiano tie– ne métodos, tácticas, estrategias, modo de operar que se alejan totalmente de las posturas conservadoras. El Partido Conservador continúa siendo, en su esen– cia, conservador en su estructura política, pero tiende en su anhelo de hermandad patriotica a instaurar en Nica– ragua un orden social Y, economico fundado en los prin– cipios de la Doctrina Social de lci Iglesia, o como dice su Estatuto "fundado en los principios de la JUsticia So– cial Cristiana". Pero esto en manera alguna significa que ha adoptado el molde de esa nueva estructura po– lítica Democrata-Cristiana. La Doctrina Social de la Igle– sia cabe más bien dentro de las esencias de~ Ideario Conservador que dentro de las estructuras Democrata– Cristianas, que tienen ribetes internaCionales y sesgos socialistas, que no están muy acordes con la Doctrina de la Iglesia. El Partido Social-Cristiano Nicaragüense proclama que "lucha por sustituir el actual sistema Ca– pitalista por otro de carácter COMUNITARIO", que "el Sindicato debe ser el motor de la transformacion de la Empresa Capitalista en una Empresa Social Cristiana", que "cuando el Socialcristianismo habla de PROPIEDAD COMUNITARIA se refiere específicamente a la propiedad de los medios de produccion por todos los que trabajan en una Empresa", que "reforma de la Empresa significa un cambio según el cual el sistema de asalariados se transforme en un régimen de co-propietarios para llegar, en definitiva, a la propiedad comunitaria de los medios de produccion". La Democracia Cristiana busca la "re– forma de la Empresa como postulado esencial de su Programa", propugna "por que los obreros tengan accio– nes en las empresas que trabajan" y "la co-gestion, o sea la intervencion directa de los asalariados en la di– reccion de las empresas". Muestras que son apenas un boton.

(Copia del "ABC de la Democracia-Cristiana" 1966, Impresion en Editorial Aurora, Managua; cuyo texto re· comiendo leer a los incautos que se han dejado sorpren– der y engoñ'ar).

los Partidos Políticos o grupos políticos en Nicara– gua, aún el Grupo "Movilizacion Republicano"aceptan los principios de la Justicia Social Cristiana contenidas en las Encíclicas Papales. Todos los Partidos los tienen incorporados, con palabras distintas, con enunciados di– ferentes, en sus Declaraciones de Principios; pero hay diferencia entre la enunciacion de un principio corno parte de una Declaracion y la estructuracion o c1cisifida– cion política. la diferencia en los métodos y,"los mb.. dos de operar son bases fundamentales, estructurales> en la formacion y organizacion de los Partidos. Dos Partidos pueden tener una Declaracion de Principios si– milar, pero pueden tener también una diferencia sus– tancial en su Programa o en su Plataforma Política. Y por el contrario, dos Partidos pueden tener principios di– ferentes, pero coincidir en su Plataforma de Gobierno: por eso dijeron en Chile en la campaña electoral pasa– da, que las Plataformas de Gobierno de Frei y de Allen– de eran similares.

La idiosincracia y la manera de ser conservadora es la esencia del Conservatismo. El Conservatismo es una actitud, el Conservatismo es una manera de vida, el Conservatismo es una manera de pensar, el Conserva– tismo es una manera de actuar; yeso constituye la na-

turdleza del Partido Cónserl{adór. Lo. que se llama Ja postura conseivadorq no, PIJ~d~ pr9piamente encerrarse en. lo limitativo de una defirli9i?>n. '{os grandes ¡deolo– gos conservadores, los grandes 'pensadores de la época moderna, declaran que él Conservatismo no puede defi– nirse ni admite definicion. Es simplemente una actitud, una manera de ser, una postura de vida. Actitud y ma– nera de ser, Conservatismo, que está volviendo a tomar un gran incremento en la política moderna. Es lo que se llama la recrudescencia, la vuelta alConser'(atismo, Pues bien, esa manera de ser conservddora, esa esencia de la postura conservadora, eso que nos ha di– ferenciado absolutamente de los liberales, eso es lo que se quiere arrebatar al Partido Conservador. Se le quie– ra arrebatar al Partido Conservador la esencia de su na– turaleza conservadora. Voy a explicarlo con otras pa– labras, con figuras y ejemplos: los adversarios del Ge– neral Er'niliano Chamarra lo" ndn calificado como un dic– tador dentro del Partido Conservador, pero no hay nin– gún liberal en Nicaragua que se haya atrevido a decir que el General Emiliano Chamorro haya sido un Dicta– dor en Nicaragua. Algunos malquerientes de don Adol– fo Díaz pudieron decir que tenía ideas liberales, pero el Gobierno de don Adolfo Díaz se caracterizo siempre en su manera de ser como un Gobierno de tipo neta, mente conservador. Algunos de los Presidentes de los treinta años admiraron los principios liberales, la filoso– fía liberal, en lo personal; pero como Gobernantes actua-ron bajo el tipo netamente conservador. . Hay algunos que piensan que los gobiernos libe– rales de esta época, es decir, los de Moneada, de Sa– casa y de los Somoza, son Gobiernos de "tipo conser· vador". Esto es un gravísimo error, porque confunden lo fundam.ental, la esencia del Conservatismo con pro– gramas o actos de gobierno. Puedo admitir que esos gobiernos han abandonado la doctrina liberal, en el sentido estricto de Ja palabra, entendiéndose por liberal el concepto del siglo XIX y hasta que hayan adoptado algunas reglas o formulas conservadoras; pero precisa– mente en el ritmo de gobernar es donde reside la esen– cia del Conservatismo; y ese ritmo de gobernar, ese procedimiento es lo que nos diferencia absolutamente de los liberales.

La esencia del conservatismo no está en formulas, sino en manera de ser, en su modalidad de gobernar yeso es lo que se quiere arrancar al Partido Conserva– dor, trasvasándolo a otros moldes políticos. De esta manera se quiere minimizar al Partido Conservador. En 1960 publiqué un folleto titulado "PROGRAMA CONSERVADOR", producto de mis estudios de muchos años sobre la ideología y las estructuras políticas con– servadoras. En ese estudio dije lo siguiente:

"El Partido Conservador de Nicaragua a través de toda su historia de más de un siglo en la vida nacional ha sido un poco remiso, intencionalmente quizá, en pro– mulgar sus principios en declaraciones oficiales codifi– cadas. Solo en documentos aislados esporádicos, ha dejado escrita su doctrina. Seguramente ha preferido hablar más con el lenguaje de los hechos en sus mo– dalidades de su procedimiento y en su ritmo de gober– nar: porque parece ser una tendencia conservadora cier– ta aprehension a condensar en algunas frases pretensio– sas todo un profundo sistema de ideas; esta técnica de manifiestos y declaraciones pomposas corresponde más bien al estilo liberal y romántico".

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