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Torno a ver sus pápilas /lamear

De mi alcoba en el ángulo miro Unos ojos, los tuyos nado más.

Ma.s te encuentro a ti ,que es tu mirada: Desasidos fantáSticos lucir:

C;uando duermo los siento que se. ciernen

De par en por abiertos sobre mí.

Yo sé que hoy fuegos fatuos que en la noche Vevan al caminante a perecen .

Yo me siento arrastrado por tus ojos Pero adónde me arrastran, no lo sé.

SERA ESTA LA ULTIMA VEZ

Será esta la último vez Adorada . . , mío

En qúe la ausencia sombría

Se entreponga entre los dos. Jamás nuestros corazones Tan estrechamente unidos Volverán a oir afligidos El acento de otro Adiós Partir . . , Partir Entre lágrimas deshecho

Es arrancarse del pecho El corazón a pedazos ¡Mi salud! yo no la quiero

Si he de comprarla a este precio Separarme de tus brazos Ni creo pueda el viajar Ejercer alguna influencia

En quien lamenta la ausencia Del objeto a quien adora Las montañas y los mares Con su aire vivificante Nada son para el amante Que- en triste soledad l/ora.

POESIAS INTIMO-OCASIONALES

EN MEMORIA DE LA MUERTE DE ISIDORA CUADRA

Ero un óngel emigrado

en el mundo terrenal;

por eso triste clamaba

por su Patria .Ce/estial.

La muerte cruel con golpe repentino te hundió en la noche de la tumba oscura; mas que importa si tu alma casta y pura la vuelves hoya tu Hacedor divino.

Pasaste sí, a gozar del Sumo Bien;

y de tu castidad la hermosa flor

se ostenta ya con su matiz y olor en mi hL!erto precioso del Edén.

Dichosa que vives en la gloria; pero pobre de aquellos que te amaron; que éstos, aquí en el mundo se quedaron

o llorar sin consuelo tu memoria.

Granada, 1851.

A LA MUERTE DE LA

SEAORITA CARMEN 'CHAMORRO AVILES

(Elegía)

Por qué ql abrirse la puertas elel misterioso otohud Hallan paz, vida y contentó los que mueren como tú?

ZORRllLA

¿Por qué, Señor, te llevas a tu cielo A esta amobla y angélica criatura? Por qué, Señor, nos privas del consuelo Que nos dan lo virtud y lo hermosura?

Hermosura. .. Virtud.. Vnicas flores Que del huerto del Edén nds han quedado Exhalando su aromo delicado En este valle triste de dolores.

I esa virgen ¡oh Dios! ero un injerto De esas flores divinas de tu gloria,

Que del mundo nació entre la escoria

Como nace la palma en el desierto.

De placer extasiado. contemplaba El hombre su belleza peregrincJ, Que en su cándido faz se reflejaba El cielo con su luz euro y divina.

Pero, Señor, si esta virgen Iba a corromperla el mundo

Con su 'aire fétido, inmundo, Mejor está junto a Vos:

Libre allí de devaneos, 1 de pasiones ruines, Rodeada de Serafines Está alabando o su Dios. (S)

Angel bello que emigraba En este mísero suelo, La vuelven pronto a tu cielo Que era su patria querida.

Pero, ¡ah! su virtud nos deja Clara, reluciente huella,

Como el royo de una estrella Nos envía en despedida.

1 de la altura en que se halla En los coros celestiaJes, . Mira a los pobres mortales Con tertura y compasión.

Porque ella estuvo en el mundo, I aunque tierna, casta y pura

Conoció la desventura De la humana condición.

Managua, Febrero, 7 de 7854.

(6) "Se halla alabando a Dios" reza ...te verso en una cita de dos cuar·

tetas que hizo de ate eleglaun hiatorl6¡¡rafo ¡¡ranadiJlo. .

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