This is a SEO version of RC_1966_06_N69. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »y para que, en consecuencia, mantuviera en paz y ar– monía a su pueblo:
Sto: "Honra y glorio es celebrarte"
y 21: "Yo que el Juez, divino, airado".
de discordia el alarido,
ni el horrísino estampido del cañón aterrador
o este pueblo que blasono de tenerte por patrona ¡oh dulcísima María!
el choque con la cruda realidad:
Ninfa divina del fugaz Mayales Fragante rosa que Juigalpa cría Hurí preciosa de los ojos negros
Oye mi canto . ..
I de su poesía. Se ignorClba, pues, el ladoemotivó de sus otras composiciones que, es claro, no logran despren. derse de las influencias de su tiempo. la inspirocion de segunda o tercera categoría que fluye en ellas bebe, por lo tanto, las fuentes de su siglo. Una fácil y sonora Ver– sificacion, con un fondo melancolico y a veces exquisito sentimentalismo, más una refinada sensibilidad -maní. festacion básica de su talento-- es, en resumen, la formu_ la que revelan. Las siete que incfuímos en esta division fueron tomados de sus respectivos manuscritos copiados, a su vez, con una caligrafía excelente por algún familiar o persona concomitante con el poeta a fines del siglo pa– sado. "A la señorita Ana Toledo" es un poema típica– mente romántico, pues sigue la trayectoria tradicional: la i1usion inicial:
y el desengañó doloroso:
Pero la ausencia de mirar me priva Tus bellas gracias, tu mirar de fuego
y solo y triste por el mundo vago
En tí pensando
Mas tú entre tonto m; adorada esquiva Tal vez no piensos en el pobre Qardo
QUé como el cisne sus amores canta
¡Y luego muere!
Fue publicado en leí Enciefopedia Nicaragüel'lse de la
,Revi~t<:i Femenina Ilustrada en 1932, version que varIa dos versos: el noveno: ;'Tu tersa frente de sin poi' albu– ra"; y el ventiovo: "Sonar en ellas". "A una flor" lo en· contramos en los manuscritos u originales aludidos sin el subtítulo que aparece en la version publiCada en las pá– ginas 26 y 27 de la "Lira Nicdragüense", nuestra prime– ra antología poétiCa que Félix Medina publiCo en peque· ños folletos, sin lograr completarla, durante la segunda mitad del siglo XIX. "A mi amada" es también decidi– damente romántico en el sentido de que conefuye proda– mando la mós desesperante huida de Jos poetas de esa escuela: el suicidio:
"en el seno del Eterno" "Peste, guerra e invasión" "Porque el Juez severo, airado"
"Bendice o este pueblo"
2:
9:
21 :
41 :
verso
" "
y verso
que en la version de Fernández corresponde al 31, pues le hacen falta la novena y la décima estrofa que trae la nuestra. Y la del Diario, comparada con la misma, va– ria en los siguientes versos:
Esta poesía, cómo se verá, es una exhortadon a la
milagro~a imagen granadina para que no permitiera que el "yanke temerario" hollara impíamente su santuario -donde su imagen no "se adora" sino se venero-, pa– ra que nunca se oyera más en Granada:
1854". ¿Como pudo afirmar Fernández que esos versos "los escribio" (el poeta) "al encontrar su ciudad desola– do y en escombros" si el día en que comenzo a arder Granada fue el 22 de Noviembre de 1856, es decir, dos años más tarde? Sufre, pues, una leve miopía, mante– niendo incolume el valor de su hallazgo y su afirmacion sobre la época en que fueron escritos. Nosotros, empe– ro, no hemos reproducido la version de Fernández, sino otra basada en una aparecida anteriormente que se en– cuentra en la página 37 del "Almanaque de El Diario Nicaragüense" de 1931 con su fecha verdadera: "8 de Diciembre de 1858", esto es, 25 meses después del in· cendio.
la version que presento tiene versos de la de Fer– nández, por ser estos mejores que los de la Diario, co· mo veremos inmediatamente. La de don Enrique, cote· jada con la que leerá el lector, tiene las siguientes va– riantes:
y el segundo lo escribía, como reza el subtítulo, el 28 de Enero de 1859 después de un viaje lacustre cuan– do todavía no se habían extinguido las huellas del incen– dio. Por eso dice:
El sepulcro me llama, y es fuerza Que al morir no te halles desgraciada, Mis amigos, decidle a mi amada Que la espero en el trono de Dios.
Mas ahora. .. ¿qué miran mis ojos A las faldas de aquel1as colinas? ¡Un sarcófago inmenso!!. .. ¡¡despojos!! ¡Un montón de cenizas y ruinas!
COMPOSICIONES ROMANTlCAS
El acento épico y esforzado de sus "cantos bélicos" fue, como dejamos apuntado, el único aspecto conocido
"Aunque adversa la suerte" y "A mi BeJina" debie– ron integrar un solo poema, lo que no indica la persona que copio los manuscritos en cuestion pues, aunque los transcribe con la misma tinta, los separa claramente co– mo si no tuvieran nada que ver entre sí. "Te ví un pun– to" nos recuerda el famoso madrigal "Ojos claros sere–
nos" de Gutierre de Cetina del que puede decirse que eS
una de sus hermanos menores, sobre tCldo en el último cuarteto:
This is a SEO version of RC_1966_06_N69. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »