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los dos países. le falta clara VIS Ion para fijar lo que mejor convenio a Nicaragua en esa cuestian de límites; y al aceptar la revisian del primer tratado diez años des– pués de firmado aquel, deja abierta nuevamente la puerta para que el asunto de límites se encausara por otros caminos que retardarían, como hasta ahora, la solucian de ese problema, y en 1907 en Amapala no obtuvo para su país los beneficios que éste esperaba después del sacrificio que había hecho, a fin de obtener una paz duradera y amistad franca con los gobiernos de El Salvador y Honduras, ya que dos años después, en 1909, tanto esos dos gobiernos como los de Guatemala y Costa Rica prestaron su cooperación moral (los del Sal– vador y Guatemala llegaron a ser material) para derrocar al gobierno liberal de Nicaragua. Estos dos hechos de la actuacion de Gámez demuestran, por sí solos su fra– caso como diplomático no obstante el robusto talento la ilustracion que poseía, y sus trabajos incansables en fa– vor de su partido. Era, más bien, hombre de letras, un gran propagador de sus ideas políticas, y un líder infa– tigable y laborioso en las contiendas políticas que sos– tuvo durante su larga y agitada vida, pero le faltaba, como antes lo decimos, equilibrio mental y una visian de más amplios horizontes para alcanzar la paz de Centro América y la estabilidad del gobierno liberal de Nicara– gua. No obstante los triunfos militares que éste había obtenido en dos memorables ocasiones, en 1894 y en 1907.

Volvamos de nuevo a tratar de la labor del doctor Sánchez al ocupar el Ministerio en 1900. Con el carácter de Ministro Plenipotenciario de Nicaragua fue al Ecuador donde ya gobernaba el General Eloy Alfara. Este políti– co liberal ecuatoriano, de trágico e inhumano fin, había sido huésped del Dr. Sánchez en su casa de lean el año de 1894. De allí salio el General Alfara para ir a Gua– yaquil a dirigir la revolucian que le dio, con el triunfo de ésta, la Presidencia. El Presidente Zelaya también ha– bía contribuído con fondos y su apoyo moral al triunfo del General Alfaro. Logró el Dr. Sánchez, en esta mision afirmar la amistad franca y la decidida cooperacion del General Alfara a la revolucion en Colombia. De Quito se dirigio el doctor Sánchez a Cacaras, llevando también credenciales de Ministro Plenipotenciario de Nicaragua cerca del gobierno del General Cipriano Castro, y otra carta de introduccion, para este gobernante, del Presi– dente Alfara del Ecuador.

En Caracas tuvo buen éxito su mis ion, ya que el Ge– neral Castro ofrecio su apoyo a la revolucion liberal en Colombia.

El objetivo de las misiones de Sánchez a Quito y Caracas era obtener el apoyo para el triunfo de la revo– lucian liberal en Colombia y como fin último, la realiza– cion de la Union de Centro América apoyada por esos tres países.

Cumplidas esas dos misiones regreso a Nicaragua, y fue entonces que el General Zelaya dispuso enviar a Pa– namá en 1900 la primera expedicion de liberales colom– bianos a ese Departamento para iniciar la revolucion. Fracasado ese primer intento en 1901, se le confia al doctor Sáncnez otra mision confidencial a México en 1903. Fue bien recibido por el Presidente de este país, General Porfirio Díaz y afirmo la amistad de este gober– nante con el General Zelaya.

De México pasa a Washington, actuando siempre en su carácter de Ministro de Relaciones de Nicaragua y

tuvo conferencias con el Presidente Teodoro Roosevelt y

con su Secretario de Estado, Mr. Elihu Root, logrando allanar las dificultades, pendientes en ese año, entre el gobierno de Washington y Nicaragua.

En ese viaje a los Estados Unidos se relaciono, en Baltimore, con el Cardenal Gibbons, obteniendo de este eminente prelado americano que le confirmara a su hijo mayor, Eloy, deferencia que el doctor Sánchez supo apre· ciar muy palticularmente.

Su mision en Washington tuvo completo éxito como lo había tenido en México.

Por lo que se supo entonces del viaje del doctor Sánchez a esos dos países, tanto el Presidente Roosevelt como el General Díaz, manifestaron interés en llevar a cabo la Unjan de Centro América y aun se dijo en aquella fecha que el Presidente de los Estados Unidos, Mr. Teodo– ro Roosevelt, resolvio enviar a Centro América un repre– sentante personal suyo que le informara sobre la situacion política de esos países y de sus gobernantes. Pero creo yo que tanto el General Díaz como Mr. Roose. velt, estaban dispuestos a apoyar el movimiento de unian de los cinco países Centroamericanos en forma pacífica y si sus respectivos pueblos lo decidieran así; aunque el General Díaz se manifestase inclinado, en aquellos años de 1905 a 1907, para escoger alguno de Jos jefes de es– tado de dichas repúblicas como primer Presidente de Centro América; pero después de lo ocurrido en ese último año, el General Díaz desistio de su idea manteniendo siempre buenas y estrechas relaciones con el Presidente Zelaya de Nicaragua, como lo probo al caer éste del Poder, mandando un barco de guerra a Corinto en 1909, para que el General Zelaya llegase a México, donde se le otorgo generoso asilo.

El fracaso de la revolucion colombiana, las dificul– tades políticas internas que presentaban los opositores liberales y conservadores al Presidente Zelaya, y las complicaciones ocurridas en Jos relaciones con los otros presidentes de Centro América, especialmente con el Licenciado Estrada Cabrera de Guatemala, hicieron fraca· sar los trabajos diplomáticos que desde 1900 había em– prendido el doctor Sánchez que tenían, como hemos dicho primordialmente, realizar la union de las cinco Repúblicas Centroamericanas, baio la direccion del gobierno de Ni· caragua.

Para finalizar este paralelo entre don José Dolores Gámez y el doctor don Fernando Sánchez, cuyas labores en el gobierno del Presidente Zelaya, se han referido antes, es menester hacer constar que a la caída del go· bierno liberal en 1910, el primero, Gámez, tuvo que salir desterrado del país y volvia a éste pocos años antes de su muerte, mientras el doctor Sánchez permanecio en su casa de leon sin ser molestado por el partido triunfante, y aun se le guardaron toda clase de consideraciones de parte de sus adversarios políticos, hasta morir tranqui– lamente en su propia casa, rodeado de sus familiares y amigos. Esto da a entender, como aprecio la mayoría del pueblo nicaragüense la actuacion del doctor don Fernando Sánchez en el gobierno liberal que ejercio el Poder de 1893 a 1910. Fue este político nicaragüense, hombre de talento, bueno y útil a su Patria en las dife– rentes capacidades en que logro actuar, tanto en su vida 44

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