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simpatías le inclinaban, corno era natural, al grupo de Gámez, :actuaba con lealtad hacia el Presidente y proce– día por .10 tanto, en sus trabajos a favor del grupo, con mucha discrecion. Servía allí, más bien, como lazo de union entre sus amigos y el Presidente. La lucha se re– ducía a' que Gámez pudiera ejercer decidida influencia en el nombramiento de empleados en todos los Minis– terios, cbsa a la que siempre se opuso el Dr. Sánchez en lo que se refería al suyo. Allí era absolutamente nula la influ~ncia de Gámez. El Dr. Sánchez, no permitía que nadie interviniera en asuntos encomendados a su cartera y mucho menos aceptaba indicaciones de otro que no fuera el Presidente para los nombramientos de emplea– dos de su dependencia. Lo que al doctor Sánchez le importaba era, desempeñar su cargo con absoluta inde– pendencia del otro grupo. Para formarse una idea cabal de las interioridades del gobierno del General Zelaya en aquellos años de 1901 y siguientes, hay que agregar aquí el nombre de otro personaje liberal, que aunque no ejercía ningún cargo, era íntimo amigo del Presidente y éste le oía, a veces, los consejos que le daba. Me re– fiero al doctor don Luciano Gome2., que en una oportuni– dad si~io el Ministerio de Hacienda y, después, como Agente Financiero en Londres para arreglar Jo deuda ex– terna de Nicaragua. En ambas posiciones mostro una clara inteligencia y un conocimiento preciso de los pro– blemas financieros que interesaban al país y al gobierno de esa ~poca. Además, era de posicion economica in– dependiente, e íntegro, y, en política, sustentaba las mismas ideas del doctor Sánchez, tendientes a restarle enemigos al gobierno del Presidente Zelaya. Gomez tenía buenas relaciones con jefes del partido conservador de Managua y, asimismo, con el General don Joaquín lavala, 'de Granada, ex-Presidente de la República y hombre' de prestigio dentro del partido conservador. En esas condiciones, el doctor Luciano Gomez prestaba ex– celentes servicios a su partido y al General lelaya y ayu– daba eficazmente a las intenciones del doctor Sánchez para terminar con el estado violento entre los dos gran– des partidos, el conservador y el liberal; pero don José Dolores Gámez, a quien no le gustaba ni siquiera oír hablar, de entendimientos entre la oposicion y el gobier– no, cuando la ocas ion se le presentaba, procuraba des– baratar esos trabajos valiéndose de la influencia que ejercía entre los jefes de los Ministerios que secundaba su política.

El Presidente lelaya, permanecía indeciso frente a esos traba¡os, aunque sí, habría preferido llegar a un entendimiento con la oposicion, especialmente con el grupo que seguía al General lava la de quien fue amigo cuando este político ejercio la Presidencia de la Repúbli– ca, pero en vista de los planes revolucionarios de la oposición, al estallar algunos de ellos, alterando la paz del país y poniendo en peligro la estabilidad del gobier– no liberal, rechazaba, a veces, con dureza, la política de los doctores Sánchez y GO!'l1ez, que se mantenían empe– ñados en arreglar, pacíficamente la sistemática y fuerte oposicion del conservatismo contra el Presidente Zelaya.

PARALELO ENTRE EL DOCTOR DON FERNANDO

. SANCHEZ Y DON JaSE DOLORES GAMEZ

Cabe aquí establecer un paralelo entre los dos po–

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líticos liberales, el doctor don Fernando Sánchez y don José Dolores Gámez, los cuales ejercieron influencia en lo orientacion del gobierno liberal de 1900 a 1907, cuando Gámez logro nuevamente, por la muerte trágica del doc– tor Adolfo Altamirano que servía ese puesto, ser llamado por el Presidente al Ministerio de Relaciones; pero antes haré una sucinta relacion de las actividades de ambos mientras el partido liberal se mantuvo fuera del pode~

y al obtenerlo en 1893, lo que ellos hicieron hasta 1900.

El dodor don Fernando Sánchez, oriundo de Jinotepe educado en León, y casado allí primero con una hija del doctor Francisco Baca, jefe del partido liberal; y en se– gundas nupcias con otra señora de la distinguida familia Salinas de Leon. El doctor Sánchez desde su juventud se afilio al partid9 liberal llegando a conquistar posicion de hábil político dentro de su partido, y adquirir con su es– fuerzo propio en los trabajos de agricultura, solida y cuantiosa fortuna y formar además hogar honorable y distinguido. Primer9, sirvio a su partido como Diputado al Congreso; después, salio al destierro en 1884 ¡unto con otros correligionarios suyos expulsados del país por causas políticas. Vuelto al país, fue Ministro de la Junta de Gobierno organizada en 1893.

Al triunfar la revolución de Julio de 1893, que derroco a aquella Junta, se mantuvo alejado del gobier– no nacido entonces, pero conservando buenas relaciones con el Presidente lelaya.

Cuando ocurrió la escisión del partido liberal en

1896 y los liberales occidentales se levantaron en armas, el doctor Sánchez no acuerpo ese movimiento y pasando dificultades, salio de Leon y se presento al Presidente lelaya en la capital, a ofrecerle sus servicios y, apoyo incondicional a su gobierno.

Terminada la revolucion liberal leonesa, con el triunfo del gobierno del Presidente lelaya, regreso a Leon, y el año de 1898, fue llamado por éste a hacerse cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores y del de Instruccion Pública, y en esos dos cargos y en algunas misiones diplomáticas que desempeño en esa época, dio muestras de i1ustracion y cultura diplomática, mí como interés en estimular la educación primaria nacional a la que presto muy eficaces e inteligentes servicios y ade· más apoyo a los centros de educacion secundaria y a la Universidad de Leon. Desde que se hizo cargo del Mi· nisterio de Relaciones, el doctor Sánchez, dirigio perso– nalmente la política internacional, que a su lIegodá encontro muy embrollada, sobre todo con respecto a Centro América, puesto que los presidentes de El Sal-va– dor y Costa Rica, donde residían los numerosos emigra– dos nicaragüenses, tanto liberales como conservadores, habían logrado ejercer alguna influencia en contra del Presidente de Nicaragua, poniendo en peligro, en esa forma, la situacion política interior de éste, ya que aqueo 1I0s mandatarios veían en el Presidente Zelaya una amenaza para sus respectivos gobiernos, y aceptaban de lleno los informes suministrados por los emigrados nica– ragüenses y por otros motivos que adelante se revela– rán.

El doctor Sánchez logro, con su habilidad diplomá– tica y su buen talento dominar aquella situacion en Jo

que respecta a aquellos gobiernos, y en cuyos dos país:s tenía buenos amigos y era 'bien conocido por su ¡nteres en afianzar la amistad entre los presidentes de aquellos

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