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« Previous Page Table of Contents Next Page »mara a que visitaran la costa. Pude comprobar que algunas de esas canoas median mas de 30 pies de largo, unos 5 de profundidad y como seis de an– cho. Me enteré que las de caoba son las mejores para navegar expuesto al viento impelidos por las velas, mientras que las de cedro son mas boyantes y no se hunden fácilmente aún cuando es:l:án medio llenas de agua y cargadas en parle.
Cuando los Indios Prinzapolkas desean comprar una embarcación grande, se hace el contrato dando al Indio a quien se la van a comprar un trozo de mecate o hilo de bramante en que se señala, por medio de nudos, el largo, ancho y profundidad de la embarcación que se desea: Al mismo tiempo, se da al Indio por adelantado, dos o tres hachas, azue– las y otros arlículos con valor de aproximadamente la cuarla parle del valor total de la embarcación,– y éste a su vez entrega un duplicado de esas dimen– siones, junto con un trozo de cabuya con nudos que corresponden al número de días en que ha conve– nido completar el trabajo. Uno de esos nudos se corla o se suelta cada día que pasa, y cuando se llega al último, pueden tener la cerleza de que ese día aparece el Indio con la canoa acompañado de sus amigos; en caso de muerle o accidente del In– dio, los amigos se hacen cargo de terminar y entre– gar el trabajo.
El jefe de Prinzapulko ejerce mucha influencia sobre los Indios del interior. Un nativo muy listo, llamado Brown, también ha sido ins:l:rumento en con– seguir que dichos Indios lleven sus doreys y otros arlículos a Prinzapulko para venderlos; y ahora los Indios visitan ese lugar mas que ningún otro de la costa. A cambio de los arlículos que venden, reci– ben hachas, azuelas, cuentas para hacer collares, es– pejos, y otros objetos similares. No hay duda que si se establecieran almacenes o agencias entre los indios de este lugar, se podría hacer buen negocio con el interior y aún con las colonias Españolas. Brown, el indio que acabo de mencionar, me acompañó en muchos de mis viajes de negocios y siempre dió muestras de ser una persona digna de confianza y fiel, aun en las situaciones más difíci– les.
Habiendo hecho los arreglos con Tarra para que me vendiera tres doreys y una cantidad pequeña de carey, regresé a Great River IRío Grande), y de allí, después de haber acordado tanto en Prinzapul– ko como en éste último lugar que les compraría to– do el carey que recogieran en la siguiente :l:empora– da, me alejé en la embarcación que había compra– do en compañía del pequeño ayudan:l:e Woolwa, que daba muestras de agrado al verse libre de sus apre– sadores, en dirección a Laguna de Perlas, con la in– :l:ención de regresar de allí a mi residencia en Chri-
co Mola en una de las embarcaciones comerciantes procedentes de Jamaica que se detienen como de costumbre en "English Bank" al hacer su recorrido por la cos:l:a. A mi llegada a la Laguna me dirigí inmediatamente donde mi amigo el Sr. Ellis en Wawashaan; y fuí recibido por él con su acostum– brada hospitalidad y amabilidad.
Pócos días después, los comerciantes, con quie– nes yo había tenido un poco de con:l:acto, llegaron a "English Bank~'; a su llegada a Wawashaan, me dí cuenta inmediatamente, por la frialdad con que me trataron, que mi éxito en los negocios les había producido sentimientos de celos y rivalidad, senti– mientos que siempre los hacían mantenerse en guar– da y estar lis:l:os en cualquier momento para aniqui– lar a cualquier persona que tratara de hacerles com– petencia en los negocios. Para probar el grado a que llegan estos negocios secretos, diré sin temor a contradicciones, que uno solo de estos comerciantes generalmente tiene muchos productos, incluyendo' carey y o:l:ros, y muchas deudas en diferentes sillos dispersos por toda la costa que no bajan de 5,000 a 6,000 libras esterlinas. Valiéndose de las conexio– nes arlificiosas que tiene con los principales nativos de la región, se las ingenia no solo para adueñarse del producto total de sus esfuerzos, sino también pa– ra mantenerlos endeudados con él, sin que puedan salir de su deuda por mucho éxito que tengan en la pesca o en cualquier otra empresa.
Sería tedioso y falto de interés hacer una narra– ción detallada de todos los sucesos que me obliga– ron a aparlarme de ellos:- baste por el momento con decir que, después de haberlos inducido a expo– ner sus ideas, con la esperanza de que me conce– dieran derecho para parlicipar de las u:l:ilidades de mis propios esfuerzos, me llevé un gran chasco al enterarme de que :l:al cosa era con:l:raria a su po– lítica e indignado decidí hacer un esfuerzo para in– teresar a personas mas inteligentes y de mente mas amplia en los planes que yo tenía para el comercio y la exploración. Con esa intención decidí, en vez de regresar a Chrico Mola, continuar mi viaje si– guiendo hacia el Norie, y dejar en manos de mi honrado y viejo amigo Jasper, y de mi amigo Why– kee Tara la protección de mis propiedades de Chrico Mola has:l:a que yo pudiera reclamarlas, en vez de regresar con esos comerciantes a todos cuyos recla– mos pude hacer fren:l:e, con la excepción de una pe– queña porción por la cual insistieron en :l:omar al pequeño Woolwa como fianza (o rehén).
Como me encontraba completamen:l:e en sus ma– nos, por el momento tuve que acceder a lo que pe– dían, no sin que antes me prometieran que respe– :l:arían mis ideas respecto a su educación y al modo de tratarlo, y con la esperanza de que pron:l:o podría reclamarlo.
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