Page 39 - RC_1966_05_N68

This is a SEO version of RC_1966_05_N68. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

extrañó de que los ministros de las dos más grandes potencias de la tierra hubiesen fracasado; y, creyén– dose un Metlernich se vino de San José a Managua a uña de caballo a someter a Pineda.

En±ró Walsh al recinto donde descansaba el Je– fe de Es±ado Licenciado Pineda, después de las fae– nas del día; sin anunciarse y en forma grosera y amenazante, el tal Walsh increpa a Pineda y le an1.enaza. Creyó amiedar al prócer nicaragüense, pero oyó de boca del venerando Pineda algo que no olvidó jamás en su vida.

Ese inicuo tratado 'Webs±er-Cramp±on fracasó an– les de nacer y creyendo el Deparlamen±o de Es±ado de Vvashington que Marcole±a ha tejido las intrigas por las cuales fracasó dicho Tratado y juzgando ade– n1.ás que la pro:f:es±a de Marcoleta era desconsidera– da, el Departamento de Estado lo declaró "non gra– to". Pero Nicaragua, al conocer esla determinación, declaró que Marcoleta había cumplido con su de– ber. Más farde Es±ados Unidos acreditó un nuevo Ministro en Managua y pidió que se nombrase en re– ciprocidad un representante en Washington. Prime– ro Pineda y más tarde don Fruto Chamarra, los dos en su caráC±er de Jefes de Estado, declararon que fan sólo a Marcolefa podían nombrar para servir ese destino en Washington.

La diplomacia es una ciencia de grandes sor– presas. Es lo cierlo que el Deparlarnento de Esta– do cedió a las exigencias de la débil nacioncilla; y Marcole±a fué recibido nuevamente con honores en Washington.

En esos momentos críficos asciende al poder don Fruto Chamarra. Ha continuado él esa política idea– lista y romántica de Pineda. Pineda y Chamarra creen que aunque débil, no debe una nación estar bajo el amparo o profección de otra. Repugnan de lo convenido en el Selva-Hise, y juzgando que el Clayion-Bulwer les serviría de amparo para vivir sin temor, se niegan obstinadamente a pedir ni sopor– lar extraña protección. Don Fru±o se enfrenta a los norleamericanos plutócratas dueños de la concesión del tránsi:f:o, quienes al verse amenazados de perder negocio fan pingÜe, .l:ejieron sus infrigas y cayó so– bre Nicaragua una lluvia de calamidades.

Con la mala volunfad de Ingla±erra, fraiando fríamente y con desconfianza a Estados Unidos, es naiural, dada nues:f:ra idiosincrasia fa:f:al y vergon– zosa, que es:f:allara un movimien:f:o revolucionario que estuvo a pun:f:o de causar el naufragio de la na– cionalidad, por la intromisión del filibus:f:erismo en nues:f:ras luchas fratricidas. Por ese tiempo ya se ha perdonado a Glenfon y Manning por lo que hicieran diez años ha, y se les ve de cerca de los hombres de la Revolución de 1854. La His:f:oria tiene a veces velos impenetrables que, aun a través de los ±iem– pos, no se pueden descorrer.

Los acontecimientos fa:f:ales que ocurrieron de 1854 a 1857 nos enseñan que acaso Pineda y don Fruto no supieron sorlear el peligro exterior en cir– cunstancias tan graves.

Para que se vea cuán consfan:f:e es Inglaferra en sus pretensiones imperialistas, anotamos que no obs– tante el solemne convenio Clayfon-Bulwer, el cónsul británico Green logra que los vecinos extranjeros de San Juan del Norle, proclamen la independencia del puerio.

El Gobierno de Pineda designa al Gral. Fruto Chamarra para someter a los rebeldes. Dice Gámez que no sabe si don Fru:f:o aceptó el cargo, aunque el periódico oficial habla de este asunto. ¿Cómo se aca– bó ésto? La verdad es que la República de San Juan del Norle murió al nacer.

El 15 de julio de 1854 la "Cyane", de la arma– da a:mericana, bombardeó San Juan del Norie. Ni– caragua, hasta hoy, ha fracasado en ob:f:ener una in– demnización por el incendio que siguió al bombar– deo, aC±o injustificable por tratarse de un puerlo sin forialeza y de casas de madera.

Exhausta Nicaragua después de cuatro años de guerra, empobrecida y casi un esqueleto, tuvo que firmar el Tratado Jerez-Cañas de abril de 1858 que le arreba:f:a gran porción de su ierri:f:orio. Pero no iodo ha de ser desgracias.

En 1860 se firma el llamado Tratado de Mana– gua, por el cual la Gran Breiaña reconoce que Nica– ragua es soberana de su Costa Oriental llamada Cos– ta de Mosqui±os. Y se obliga a apartarse del pro±ec– forado tres meses después de ratificado dicho Tra±a– do.

En 1867 fracasó la misión en Londres a cargo del General Tomás Mariínez. S. M. B. continuaba con el proteC±orado del jefe mosco.

Pero la Gran Bretaña no suel±a la presa y Nica– ragua se ve obligada a someterse al arbifraje de S. M. el Emperador de Aus±ria. Por su Laudo de 1881 declara que Nicaragua es la soberana de su Costa Oriental; que el jefe lnosco está bajo tal soberanía; y que si és±e jefe mosco quisiera enarbolar bandera, ha de ser debajo de la de Nicaragua y ostentando una insignia que será el símbolo de que esfá some– ±ido dicho jefe mosco a la soberanía de Nicaragua. Parecía que esle nuevo friunfo de la diplomacia nicaragÜense, que en esta vez estuvo a cargo del Gral Fernando Guzmán, acabaría con las pretensio– nes bri:l:ánicas de dominio en la Mosqui±ia, pero no

fUe así.

Nicaragua hubo de enviar a Londres al Dr. Adán Cárdenas, cuya capacidad y habilidad, enconiró al– gún abono de los trabajos de sus aniecesores, que llevaron a Londres la represen±ación de Nicaragua, en época de grandes prejuicios sobre este país. El Dador Adán Cárdenas fue oído por Lord Salisbury a principios del año 1889 y la opinión del Foreign OHi– ce fue cambiando notablemente hasta dirigir al di– plomático nicaragüense la nota de 23 de febrero del mismo año en, la cual Lord Salisbury, en su caráC±er de Premier, se expresa así: " ... El Gobierno de Su Majestad espera que las relaciones de los indios de la Reserva con el Gobierno de Nicaragua habrán de ser de fal naiuraleza, que induzcan a los indios a procurar "la absoluta incorporación a la República de Nicaragua". A continuación expresa el Foreign OHice el deseo del Gobierno Bri±ánico de quedar re– levado de responsabilidad, en lo de adelante, por asuntos procedentes del Tratado de Managua. Ya se ve cuán aceriada fué Nicaragua al escoger a uno de sus más eminentes hombres de estado pa– ra tratar asuntos tan graves.

Continúa gestionando el docior Cárdenas y ob– tiene del gobierno de S. M. B. esta otra tajante de– claración que tiene fecha 9 de marzo de 1889. Dice: . que el Gobierno de S. M. B. estará pronto a

-6-_

Page 39 - RC_1966_05_N68

This is a SEO version of RC_1966_05_N68. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »