Page 126 - RC_1966_05_N68

This is a SEO version of RC_1966_05_N68. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

la muerle del enfermo al interceptar el paso del vienio Y "arrebatarle el aliento". Sus muestras de dolor a la muerle de un pariente son, no solo su– mamente exageradas, sino que también prolonga– das, manieniéndose por espacio de años cuando se iraiade una persona cuya familia es muy querida

y esiimada en la comunidad. Más de una vez, a media noche, me desperlaron los lamentos melan– cólicos de una mujer que lloraba la muerle de un ser querido y en medio de sus lamentos enumeraba las cualidades, verdaderas o supuesias, del difunto. Al oír esos lamenios, las otras mujeres empiezan a lameniarse iambién, y es demás pensar que se pue– de dormir el resio de la noche, pues el lloriqueo coniinúa hasia el amanecer. La Navidad se cele– bra en toda la Cosia Mosquita y en ella toman par– ie Indios, Sambas y Caribes por la simple razón de que es cosiumbre Inglesa y porque se celebra en una época en que no inierrumpe la pesca y sus airas ocupaciones. Los hombres más prominentes envían al Rey regalos de ron, etc., con 10 que éste puede darles de beber hasia saciarlos, y como lle– gan de los lugares más disianies y ninguno se pre– senia con las manos vacías, las casas se llenan de genie y de regalos y todos beben sin cesar por es– pacio de varios días.

Al viajar por la Cosia Misquila, el Rey acostum.- , bra dar a todos sus amigos forasteros o personas que viajan especialmente en una "misión del Rey", un "distintivo" que, al ser mostrado, hace que to– da la genie del Rey preste pronta ayuda a su por– iador para realizar el viaje. Este distintivo es a ve– ces un bastón con empuñadura de oro, un lente, o cualquier otro arlículo que se sabe perlenece al Rey. En una ocasión me dieron un sable como distintivo, pero casi nunca tuve que hacer uso de él, pues era persona conocida en la Costa, y aunque siempre ofrecía remuneración por los servicios que me pres– taban y provisiones que me facilitaban, muchas ve– ces esa remuneración era rehusada, especialmente cuando la gente se enteraba de que yo había sido capturado por los Españoles y que había perdido, mis bienes. Eso por sí solo me hacía merecedor, a sus ojos, de toda cooperación gratis. Por ejem– plo, hace poco cuando visité Kukari encontré sola– menie a un viejo con su esposa y sus hijos. Los de– más habitantes se habían trasladado a las planta– ciones en el inierior del país para mientras termi– naba la época lluviosa. Sin embargo, a pesar de que se encontraban solos, insistieron en matar sus últimas aves para darme una "comida que me lle– nara", y hasta que sus invitados no dan :m.ues±ras de estar verdaderamente lleno's, esa gente insisie en que sigan comiendo sin parar.

Cuando los dos dories que ya he mencionado esiuvieron lisias para el viaje a Belice y les había sido asignada a cada una una tripulación de diez eXJPerlos "lndios y abasiecidos con suficientes provi– siones, yo me puse al :rn.ándo' del dorie de cedro y el otro, el de caoba, fue puesto bajo el mando de un Misquitq de nombre Racon, quien ienía mucha experiencia en navegación y era muy conocedor de todos los bajíos y cayos de la baMa. Nos acompa– ñaban :otras Misquitos en canoas cargadas de ar– ,ií6ulos para vender en Belice, en cuya venia yo iba a tener una comisión.

Salimos del Cabo a medianoche aproximada-mente y ayudados por un vinta favorable que so– ,\ttplaba y por ,los remos, llega~ps a la altura de "Fal– "se Cape", (Cabo Falso) antes de que empezara' a soplar una brisa del mar que, viniendo en direc– ción Este, nos impulsó rápidamente costa abajo. Cuando la brisa empezó a disminuir al anochecer nos encontrábamos muy cerca de tierra, y por la mañana consideramos prudente cruzar la barra de Black River y iratar de conseguir una brújula con los nuevos moradores del lugar. Encontramos a esa gente en estado de júbilo, esperando la llegada de unos emigrantes de Inglaterra, y allí me reuní con dos jefes de las tribus vecinas de los Caribes, uno llamado Luis Grande y el otro Luis Pequeño. El primero había estado ayudando a los nuevos moradores a levantar sus casas, con la cooperación de algunos de sus hombres, y a limpiar el terreno para que iuvieran una buena cosecha. Les prome– tí que me reuniría con ellos de nuevo en su colo– nia principal, y habiendo obtenido lo que necesita– ba de manos de Mr. Warren y del Coronel Gordon, aproveché el' viento terral del anochecer y de nue– vo crucé la barra. Rápidamente nos dirigimos cos– ta abajo a las principales colonias Caribes, que quedaban como a doce millas de distancia de Black River, y fuimos recibidos con amabilidad. Nos re– galaron todas las aves de corral, frufas, pan y otras provisiones que quisiéramos y no aceptaron casi nada como pago. El método de preparar el pan de los Caribes, del cual se venden grandes cantidades en Belice, es el siguiente: Se escogen las mejores raíces de cazabe y se lavan y se pelan. Luego se rayan en grandes rayos de hojalata los cuales se obtienen con los comerciantes especialmente para ese fin. El cazabe ya rayado se lava en agua lim– pia y se pone en un costal o canasto especial que se coloca en posición perpendicular entre dos pos– tes, y por medio de la aplicación de una palanca, se le exprime toda el agua. La substancia harinosa que queda se pone a secar al sol y luego se usa como sustituto de la harina o para la elaboración de grandes redondos de dieciocho o veinte pulga– das de diámetro y de un cuarlo de pulgada de grueso que se cocinan en grandes platos de hierro a fuego manso. Cuando se elaboran de la manera adecuada esos panes duran meses, y cuando están frescos tienen un sabor agradable y son muy ali– menticios. La harina también se disuelve en agua y se cuece para hacer un atol bastante espeso sa– sonado con chile o se toma con miel de caña de azúcar.

Esos Caribes son originarios de las Islas de So– tavento, pero fueron expulsados de allí porque es– taban ocasionando' muchos problemas, y fueron en– viadas' a Roatan,una Isla en el Golfo de Honduras, con todas las facilidades para que formaran una colonia allí. Se les dió ropa y una gran embarca– ción llena de provisiones, implementos agrícolas y otras cosas, la cual fué anclada en un lugar seguro del puerlo de la isla y puesta a las 6rdenesde los jefes. Sin e:rn.bargo, entristecidos por haber sido ex– pulsados de su lugar natal y despreocupados como eran por naturaleza, dejaron que se'hundÍÉm:t la e:rn.barcación donde estaba' almacenado todo' y de esta manera perdieron la :mayoríade las cosas des-

Page 126 - RC_1966_05_N68

This is a SEO version of RC_1966_05_N68. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »