This is a SEO version of RC_1966_04_N67. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Notables y se procedió a organizar el Partido en ca– da Deparlaznento, por cantones, cozno estaba estable– cido en los nuevos Estatutos.
Supe después que el Presidenie Marlínez había emañado que yo no hubiera aprovechado la oporlu– nidad de la reunión de la Junta de Notables para ini– ciar su candidatura, pero realznente no lo hice por– que no creí oporluno iratar de ese asunto tan prezna– iuraznen±e, sin eznbargo, esas pequeñas diferencias de criterio con don Barlolo las fueron aprovechando znis adversarios políticos deniro del Parlido Conser– vador para su alianza con los Liberales y para adqui– rir znás fuerzas con la que coznbafir zni candidatura, por lo que resolví intensificar el irabajo de organi– zación del Partido y lograr tener una znayoría de Delegados aznigos en la Convención.
La política zniszna y las intrigas políficas de ese período de don Barlolo eran tan confusas por ±odos lados que zne es znuy difícil recordar con cozn– pleta exacii:tud todos los incidentes ocurridos. Pero no he olvidado hechos cozno éste, por ejeznplo. Me refiero a la invitación que un día de tantos nos hizo el Presidente Marlínez al docior Carlos Cua– dra Pasos, a don Carlos Solórzano, al General Bar– tolozné Víquez y a zní para que nos reuniéraznos en una pieza contigua a su dorznitorio en Casa Presiden– cial. El objeto del Presidente era de que discutiéra– znos quién debía ser el candidato próxizno del Par– tido Conservador.
Recuerdo que en esa reunión don Carlos Solórza– no coznenzó por hacerzne el cargo de que a zni no se zne consideraba cozno Managua cozno lo deznostraba el hecho de no poseer casa propia en esa ciudad de Managua, cargo que zne exiraño zne hiciera don Car– los puesto que él znuy bien Sabía que yo era una persona sin recursos econóznicos y que zni figuración en la polífica nacional se debía a zni en±usiaszno por la causa del Partido Conservador ya fuera en los caznpos de la lucha cívica o znilitar.
Don Albino Román y Reyes
Después de ese pequeño incidente coznenzaznos a eshldiar las posibilidades de escoger el candidato y si znal no recuerdo ya estábaznos por llegar a una solución, ya que ni el doctor Cuadra Pasos, ni el General Víquez hacían deznos±ración alguna de ezn– peñarse por sus propias candidafuras y yo, por zni parle, esfaba resuello a renunciar a favor de don Fe– derico Solórzano, herznano de don Carlos, ya que éste seguraznen±e habría aceptado renunciar a su candidatura para que su herznano fuese el futuro Pre– sidente, znas precisaznen±e en ese znoznento abrió don Barlolo la puerla de coznunicación de su dorzni±orio para decirnos que ya habíaznos estado suficiente ±ieznpo en conferencia y que era znejor que dejá– raznos la solución del problezna que nos tenía reu– nidos para otro día. Por ese znotivo no llegaznos a un acuerdo final en esa reunión.
No dudo que el Presidente Marfínez estuvo to– do el ±ieznpo que duró nuesfra conversación en cozn– pañía de su parienie político el dador Segundo Al– bino Rornán y Reyes, vigilándonos desde su dorzni±o– rio.
Sobre este particular debo hacer esta observa– ciós, y es que, antes de resolverse por un candidato de±erzninado, debe estudiarse no sólo al candidato zniszno sino a fados sus fazniliares por consanguini– dad o afinidad que puedan ejercer alguna influen– cia sobre él, porque estoy seguro que el caznbio que se operó en el ánizno de don Barlolo, tanto respedo a zní cozno respedo al Parlido Conservador, caznbio tan del agrado del Parodo Liberal, fue obra del doc– tor Roznán y Reyes, que estaba casado con doña Nin– fita Vega, sobrina predilecta de don Barlolo.
Intrigas políticas
En Febrero de ese año de 1924 resolví ir a la fiesta de Candelaria que se celebra con tanto esplen– dor en zni querido pueblo de Coznalapa, y allí zne enconiraba el 2 de Febrero cuando recibí un felegra– zna urgenfe de don Barlolo en el que zne llaznaba para que arregláraznos todo el problezna electoral.
Sin pérdida de tieznpo y dejando la celebración salí el zniszno día de la fiesta, de regreso a Managua' No quería perder la ocasión que zne brindaba mi
anfiguo aznigo don Barlolo para lograr la unidad del Conservatiszno.
Al llegar a Managua y pasar a la Casa Presi. dencial, don Barlolo no zne daba znuesiras de tener algo iznporlanfe que coznunicarzne, znas cuando salí al balcón que daba al Palacio Arzobispal, se zne acero có para pregunfarzne qué zne parecía el General To_ znás Masís para Candidato del Parodo, habiéndole yo znanifesfado zni absoluta coznplacencia por tal escogencia. Después de haberzne despedido de don Barlolo quise darle la buena nueva a zni aznigo Ma– sís, a quien llazné a zni casa de habitación.
El General Masís, en lugar de znanifestarse con. fenfo y agradecido por la aceptación que había he. cho de su noznbre a don Barlolo, zne dijo que le ha. bía echado a perder su plan, que en vez de aceptar. lo yo debería haberlo rechazado, rehusándozne a acepfar cozno candidafo a una persona que no con. sideraba azniga. Es±o zne hizo coznprender el papel de eneznigo político znío que el General Masís hacía cerca de don Barlolo, lo que había znotivado esa proposición de sondeo que zne había hecho el Pre. siden±e, el que nunca zne volvió a hablar znás de esa candidatura.
Por fin el Presidente Marfínez llegó a un acuer. do con el Partido Liberal por el que éste apoyaría la candidatura de don Carlos Solórzano, para Presi– dente, y la del dodor Juan Bautista Sacasa, para Vi. ce-Presidente.
I'oll'lnula Chéunol'l'o·Cal'denal
La Convención del Parlido Conservador escogió zni candidatura para Presidente y la de don Julio Cardenal para Vice-Presidenfe y znientras llegaba el día de la elección zne dediqué a recorrer el país en caznpaña eledoral.
Quiero, antes de seguir adelante, referirzne al incidente ocurrido el día de la proclaznación de nuestras candidaturas en el Teatro Variedades que quedaba frente a la Plaza de la República, al costa. do oriental del Club Social de Managua.
Ese día de la proclaznación llegué al Teatro acoznpañado de znuchos de znis partidarios, encon– irándozne a zni llegada que el recinto esfaba lleno de znis aznigos. La proclaznación se hizo con gran en±usiaszno de parle de ±odos los concurrentes, ha– biéndose pronunciado znuchos discursos, fodos lau– da±arios del candidato y del Parlido Conservador, znas cuando saliznos del Teatro para dirigirnos a mi
casa, a pie, acoznpañado de aquel gentío, a poco andar principiaron a caer sobre nosotros una gran lluvia de piedras que provenían de varias parles, principalznente del lado del Parque, donde se ha– bían reunido parlidarios de don Carlos Solórzano, en su znayoría Liberales, para atacarnos.
Ante ese ataque sin provocación de nuestra par– te, algunos pensaron que solo con sus revólveres dis– parados al aire podían contener el ataque para inti– znidarlos, cozno efectivaznente sucedió. A los pri– zneros disparos cesó el ataque y Gabry Rivas, que estaba enire los que nos tiraban piedras, fue a parar hasta la Sacristía de la Catedral, donde se escondió. Después de eso ya no ±uviznos ningún estropiezo y llegaznos iranquilaznen±e a zni casa que quedaba en la casa opuesta al aciual Banco de Londres, que era la del Ho±el Sevilla. Por supuesto que algunos de nuesfros aznigos salieron golpeados de fuerles pe– dradas recibidas por los parlidarios de don Carlos Solórzano, y hasta uno de éstos que estaba subido en uno de los árboles del parque desgraciadaznen±e resulfó znuerlo de un balazo.
Después de lo ocurrido en el día de la procla– znación de zni candidatura ví claraznen±e que el Pre– siden±e Mar±ínez no daría elecciones libres y en±on– ces pensé que era necesario buscar cózno se garan– ±izaba la liberlad eleC±oral por znedio del Deparla– znenfo de Es±ado.
En ese entonces estaba de representante de los Estados Unidos, cozno Encargado de Negocios, Mr. ae
This is a SEO version of RC_1966_04_N67. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »