This is a SEO version of RC_1966_03_N66. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »Titubeante .cual si hubiese apurado ajenjo y a punto de romper en sollozos, cargado con esas prendas sagradas, salí a esperar a Fidel,-'-.retenido por ellos, des– pués de nuestra despedida muda,-en el salón en que me aguardaba, impaciente y trémula, la señora de C., a quien tran– quilicé desde luego: sus comprometedo– res huéspedes no la acongojarían mucho tiempo.
Ya en la "victoria" que nos devolvía a la legación, interrogué a Fidel:
-,-"Querían,-repúsome sombrío,– que esta misma noche les trajera yo cia– nuro de mercurio.. ."
"to,.. Ud. ignora q~e ~s±a casa tiene un "escondrijo secr~to, que voy a enseñarle...
"~V~rda,dq\le sí accede? ~que no va a ne– "garse? .."
y le descubrió el escondrijo, en un testero del salón: amplia estancia hábil– mente disimuJ.ada tras un mueble...
La señora de C. comenzó por rehusar, alarmadísima; mas fueron tantas y tales las instancia de la señora Romoña, sus argumentos y palabras ¡hasta sus lágri– mas!, que se allanó al cabo. Ya poco, des– pués de que ,hubieron alejado a la servi– dumbre y a las dos niñas, los cuafro pró– fugos, a rastras por los tejados, se descol– garon uno a uno...
-"Y aquí están, Gamboa, y quieren hablar con Ud., y yo quiero que Ud. me libre de esta pesadilla..." ,
Como el tiempo me apremiara, Fidel Rodríguez Parra, a quien pedí me acom– pase a la visita, y yo, movimos el arma– ioste que ocultaba la entrada del escondi– te y penetramos en la habitación secreta... Fué aquella entrevista única en su géne– ro, solemne, poética, con vistas al crimen y a la muerte. Los informes de este Go– bierno, rigurosamente exactos; en efecto, los autores del delito abortado eran los dos hermanos Avila Echeverría, Enrique y Jorge, abogado aquel y médico éste; Julio Valdés Blanco, médico también, cu– ñado de ellos y padre de las dos chicas refugiadas en nuestra casa; y Baltasar Ro– dil, ingeniero electricista y autor de la má– quina infernal. Su quinto compañero, Ra– fael Madriñán, colombiano por cierto, acertó a escapar en su bicicleta cuando a raíz de la formidable explosión testigos, policías y responsables perdieron la ca– beza...
No era ocasión para reproches ni fi–
losofías baratas. Los cuatro hombres mi– rábanse hondamente demacrados y fue– ra de sus quicios;-prueba inequívoca de que no eran criminales de profesión ni muchísimo menos,-'y nuestras palabras y las de ellos (FidE?l se iuteaba con Jorge Avila y Julio Valdés, porque juntos hicie– ron la carrera en la Facultad de Medici.. na), resultaban breves, precisas, con re– sonancias exfrañas... Cuando un asunto reviste gravedad tamaña, todo lo que se habla suena a irevocable y definItivo: bajo su honor, se marcharían cuanto an– tes de esa casa caritativa; estaban jura– mentados para mutuamente matarse, for–
m~ndo uri círculo y apoyadas las bocas de sus revólveres en la sien del vecino y morir todos a un tiempo, antes que caer vivos en poder de Cabrera... Y me desga.– rraron el' corazón con sus últimas volun– tades que me formularon despacio, per- , didos sus mirares en quién sabe qué cua– dros y paisajes de dulzura hogareña, con– vencidos íntimamente de que, salvo un
47
prodigio poco probable, aunque ahora se sintieran sanos,' fuertes y jóvenes, los mi.. ,nutos de sus viclas estaban contados, irre-misiblemente contados.' ,
Despojáronse de cuanto llevaban en– cima: anillos, relojes, dinero; carteras, 're– liquias; cortáronse mechone's de cabello, besaron medallones oxidados con retratos' familiares, y me 10 enfregaron todo; el ademán sereno, sin jactancias ni bravu· conerías, las voces masculinas, apenas em· pañadas de emoción sofocada... "1 Para mis hijas!" , "¡para mi madre!" ... , "¡para mi mujer!" , "¡que nos perdonen!"... , "¡que nos recenl"... , "¡que se lo oculten a mamaíta, por su enfermedadl" ...,-dijé– ronme, especialmente, los hermanos Avi– la.
9 DE MAYO
Antes del medio día he recibido este telegrama, que me pasma:
"Minisfro Mexicano.-Gua:temala.– "Recibida su correspondencia. Transláde– "se Ud. tan luego como llegue a San José "un barco de guerra nuestro que de pron– "to lo conduzca al Salvador, donde 'reci– "birá instrucciones. Despídase cortésmen– "fe de ese Gobierno y vaya acompañado de Nájera, dejando archivos, etc., en po– "der de cónsul Rodríguez Parra, como en– "cargado de los negocios corrientes de la "legación.-Mariscal". Pásmame, princi– palmente, esa despedida "cortés" que se me ordena... áQue será lo resuelto allá?... Por suerte, y gracias a instrucciones ante– riores, hace días que estoy apercibido a realizar esta traslación de libros y ropas empacados y en espera de sufrir prisión en calas, y furgones, áqué irá a ocurrir? .. Por lo pronto, a que sea, á la grace de Di€!u l. ..
Por lo pronto, a cumplir con lo mandado, mañana solicitaré mi audiencia' de "des· pedida. -
10 DE MAYO
Mañana, a las 4 de la tarde, seré re– cibido en audiencia privada por el P~esi-
dente Esfrada Cabrera. '
Y lo que sucede siempre con las no– ±icias que debieran ser secretas: todo el
This is a SEO version of RC_1966_03_N66. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »