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« Previous Page Table of Contents Next Page »caron espeluznante tormento al propósito de que confesara dónde estaban sus fíos. Malamente había de haber confesado lo que a la fuerza tiene que ignorar ¿acaso los que cometen un atentado de semejan– te naturaleza, confían éste y sus proyec– tos e itinerarios ulteriores a una criatura de catorce años'?... El chico confesó la ver– dad pura, que iodo lo ignoraba, hasta que no lo desmayó el sufrimiento que iba resistiendo estoicamente; al descoyuntar– le los pies, perdió el sentido! Y allá se han quedado sus atormentadores, tratando de volverlo en sí!... Por primera vez he sentido no ser Júpiter, para ponerme a distribuir rayos en más de un sitio que yo me sé...
2 DE MAYO
Telefonema tempranero y rápido: que le urge muchísimo que vaya yo a verla esta misma tarde, al obscurecer, cuando regrese de mi vuelta diaria por el Paseo de la Reforma al que sin falta concurro, no con mi mujer y mi hijo, sino con los secretarios, el cónsul y mi cu– ñado, todos annados, inclusive el cochero por si se registra cualquier agresión de orden del amo o de generación espon– tánea.
Todavía conmovido por 10 que aca– bo de ver y oir escribo estos renglones, al principio resuelto a no estampar ni las iniciales de esa señora. Pero su acción ha sito tan humanitaria y cristiana, falta– rán aún quién sabe cuántos años para el presente fomo de MI DIARIO salga a luz, que cuando ello ocurra, ya ningún riesgo ni responsabilidad alguna se le seguirán a ella, a su esposo ni a sus dos hijas, con que los pocos o muchos que me lean se enteren de que en tierra extraña, expo– niéndose a incalculables peligros, hubo una mujer, mexicana de pies a cabeza por añadidura ¡para nuestro mayor orgu– llo! que prefirió salvar a un grupo de ca– balleros bien nacidos, quienes por libertar a su infortunado país de ominoso despo– tismo lo arrostraron todo hasta bajar al atentado y sacrificar sus vidas, como pro– bablemente irán a sacrificarlas, antes que negarles momentáneo asilo bajo el mis– mo techo que ampara el pudor y la pu– reza de sus hijas adolescentes, y su pro– pia faIna sin mácula, de dama irrepro– chable y perfecta casada.
¡Ah, hay que ser testigo diario de lo que es y lo que hace una de estas tira– nías absolutas y salvajes de nuestra Amé– rica para explicarse, así en el terreno árido de la idea pura se esconde el hecho, que personas cultas, acomodadas y de bue– nos pañales desciendan hasta la perpe– tración de un delito del orden común, con el patriótico propósito de que su país y quienes a ellos los sobrevivan, al fin res-
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piren a sus anchas y reivindiquen el de– recho natural que asiste a todos los horo..; bres de ser tratados como tales hombres y nunca como esclavos o cozno parias. ¡Hasta santos de verdad, han absuelto en sus escritos a los autores de determina– dos atentados y rebeliones!
He aquí las iniciales de su nombre, C. G. F. de C., y he aquí los hechos:
El día del atentado, 29 de abril, se impuso del sucedido a poco de consuma– do. Ordenó,-en estos momentos su espo– so anda por Europa,-un mayor cuidado a la servidumbre, con los entrantes y sa– lientes sobre todo, y optó por quedarse en casa. La mañana y parie de la tarde del día siguiente, nada notable, hasta la visita que le hiciera al anochecer la lina– juda señora Romaña,-su vecina pared de por medio,-respetabilísima anciana guaiemalteca que por prestancia, simpa– tía y señorío, su espiritual y valiente in– transigencia con la que satiriza, cuando no puede hacer cosa de mayor injundia, a ' ',estos pan±eristas que están acabándo– se a Guatemala" (sic), evoca las marque– sas espirituales e irreducibles del 93, que frente a la misma guillo.l:ina supieron son– reír y decir merecidas pestes de maratis– tas, robespieristas y demás gente ordina– ria.
Pronto entró en materia IY qué ma– teria! la señora de Romaña:
-"Jugándome la cabeza, que por "vieja ya ha de valer bien poco, pero ju– "gando también sin que me asista dere– "cho alguno ni humano ni divino, la de "mis hijos y mis niefos, desde ayer fen– "go en casa a los autores del atentado "con±ra Cabrera. Por un puro milagro, la "policía no me la ha cateado, aunque " de memoria sepa el gustazo que me da– "ría ver colgados a la partida de pícaros "que están tiranizándonos. Sin embargo, "lo que no ha sucedido hasta ahora, pue– "de suceder de un momento a otro, ya "me eché a la cara inquiefantes ronda– "dores... Yo no podía rehusarles a estos "n'luchachos el refugio que me pidieron, "porque a los Avila los he visto nacer y " su pobre znadre es zni amiga de la in– "fancia... No fienen escapaforia y se ha– "lan resueltos a morir mafando...
"Si Ud. quisiera, mi buena amiga, "Ud. sí que, por lo pronto, es la única "que podría salvarlos... Si, sí, no se me "asuste... La casa de Ud., por el carácter di– "ploznático de su esposo, es inviolable, y
"además, nadie sospechará nunca que Ud. "les tendió su mano ni por poco tiempo, "un día, dos, los menos posible, que ni "ellos ni yo hemos de compromeferla... "Haga Ud. esfa obra de misericordia, há– "gala por las hijas de Ud. y por los hijitos "de ellos. Se pasarán por la azofea, en "cuando anochezca, y se irán muy pron-
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