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LA CASA

DE RUBEN DARlO

INFLUENCIA DEL MEDIO

DURANTE LA INFANCIA DEL POETA

EDGARDO BUIYRAGO

Dc~allo de la Facultad de Derecho de la Unh'crslclad

Nacional de Nicaragua AClldémico de Ja Lcnglln

Cl)l\f~re(\dsta. J\\thcorumlt1) 'i Ens1"\)iJ>tn.

IN'l'RODUCCION

Cierto que, -como dice Ernesto Helio--, el genio es como un golpe de ala y como un golpe de vis–

ta /luna intuici6n que tiene por carácter, precisa–

mente, ser superiol a las leyes del tiempo" (1), pero, más cierto todavía, que el hombre no es sino en fun– ción del gl upo a que pertenece, que la personalidad se hace y se confirma dentro de un juego de incitaciones

y respuestas, de estímulos, de sugel encias y aún de provocaciones y de contradicciones del medio social en que el niño crece y se desarrolla (2) j C"ántos seres habrán nacido con el golpe de ala del genio sin haber podido descargado nunca por la falta de un medio propicio! Recuerdo, en este sentido una inte– resante pintura que conserva en Granada el Doctor Carlos Cuadra Pasos y en la que aparece el poeta Pablo Antonio Cuadra entrando a caballo en el corral de una hacienda. Su autor es un muchacho del campo en quien el poeta descubrió un dio magníficas cualidades de artista y trató de cultivárselos hacién– dole sentir en plenitud la incitación del color y la ne– cesidad de encontrar en él mismo uno respuesto de tal incitación El cuod,o fue un intento feliz Pero el muchacho se alejó de lo influencia de los Cuadra y se sustrajo de aquel medio 01 que, --quizás sin sospe– charlo nunca-, el destino le había conducido

IlEste muchacho, -me comentaba con tristeza el Doctor Cuadra Pasos--, es un Daría de la pintura a quien

el monte se tragó".

De aquí, señores, la enorme trascendencia que en el análisis y estudio de la vida y de lo obra de un genío tiene lo investigación del medio en que transcurrió su infancia la averiguación del comportamiento de los seres que respondieron a sus primeras interrogaciones, que le permitieron satisfacer sus primeras ínquietUdes y curiosidades, que pusieron frente o él un mundo en el momento mismo de abrirse o lo vida universal de su propia vida Hogar, Vecindario, Escuela, Sociedad, y Paisaje señalan, en un abrirse de círculos concéntri– cos, el ámbito y el contenido de tal medio.

Cabe así, pues, preguntarnos en esta oportunidad en que tratamos de presenciar en nosotros la geniali– dad de Rubén Daría ¿cómo actuaron en él estos fac– tores constitutivos de la personalidad? Tema en verdad apasionante que exige un profundo y documen– tado estudio, imposible, casi de realizarlo dentro de mis pobres y solas facultades y dentro del poco espacio de tiempo de que ahora podemos disponer.

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EL HOGAR: Las Personas y La Casa

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Veamos en primer término el hogar. Este es tanto las personas que hacen nuestra vida como la caso en que hacemos la vida Originalmente, el ho– gar es "el fuego sagrado" que mantienen los griegos

y romanos en el centro de sus casas y en cuyas llamas vibra el espíritu de los dioses "lares" El simboliza la identificación pleno entre todos 105 miembors de una familia, aún más allá de la muerte, peto también ex– presa una vinculación directa del hombre con "su casa", con ese pedazo de tier-ro, con ese espacio que parece llenarse del alma de todos los antepasados y que parece cobrar, incluso, en todas ellas un alma propia y poderosa. Mas, aparte de esta significación original del hogar, es innegable que "la casa" tiene un ---

(1) Ernesto Hello -"El tnlenw y el genio" en: "El Siglo"- Editorial

Difusión, S A, Buenos Aires

(2) Véase ll: w'illium F Ogbuln y Mcycr F Nímkoff en BU "Sociología

-Traducción esJiailola de Editorial A~uilal:. Madlid, 2a cdidó;n–

Cap XII "Grupo y Personalidad"

espíritu y una fisonomía, que si bien es cierto que re– sulta del e~tilo personal de sus moradores, le son inhe– rentes a ello misma e influyen, a la vez, notablemente en quienes la habitan. Hay casas que, de por sí, san alegres o tristes Casas que som íen y producen una sensación agradable a nuestro ser. Casas serenas y tranquilas que inducen a reflexionar y a meditar, y

casas de tono melancólico que entristecen Y hasta cosas que asustan y dan miedo.

Para asomarnos, pues, al hogar paterno de Ru– bén Daría, al hogar en que casi puede decirse que nació y vivió toda su infancia, necesitamos determinar con toda exactitud a las personas, como a la casa, que integraron este hogar

Las Personas

En este aspecto, surgen de inmediáto las grandes

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