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« Previous Page Table of Contents Next Page »Rubén, en una revista que hace del mo– vimiento li:lerario de la América Central, se refiere a Guzmán en el siguiente :lona menos– preciativo:
Don Enrique a su vez en uno de sus Pe~
dacitos de Papel comen:landó la polvoreda que levantaban sus crí:licas y el sinnúmero de malquerien:les que és:las le ac!'\rreaban, escribía lo siguiente.
"Cuando nuestro genial poeta Rubéh Darío em– pezeba a dar a luz sus poesías, cayó, naturalmen~
:te. bajo la crítica de Guzmán y sinfi6 en sus comien– zos los alfilerazos de Juan de las Viñas. Daría, en
su auiobiografía, al recordar a Enrique (así lo lla~
ma s~empre', habla de él en términos despectivos
y hasta lo llama crítico de aldea".
"La fama que en Centro América -y sólo en Centro ArnéricB- tiene Enrique Guzmán, esiá basa~
da en su fonnidable, asombrosa y aferradora crítica ¡Dios Miol A su lado solo Taine, Bourgei, Valela. Clarín En Nicaragua, sobre todo, y entre los tres–
cientos mil habüanies- de la República, hay una
muliüud que no discufe a Guzmán, ¡OH, ENRIQUEI . GRAN COSA. NADIE COMO EL, se les oye decir y Se les caé la baba ,BRUTOS'"
"El lHeraio nicmagüense puede perdonar al quo
le llame facineroso. pero no a quien le censure u.:n~
frase, o le corrija un vocablo De ellos he adquln~
do larga y dolorosa experiencia"
El "poeta niño" que habría quizás pasado por
alto cualquier cosa que le hubiera dicho referente a
su persona, no me perdona -Iqué digo- quisiera
mascanne- porque no me resuelvo a fraganne su
simpalía derramada".
La amis:lad entre don Enrique y Rubén, tan felizmen:le iniciada, había sufrido que· branto y ruina a causa de los Tiquis Miquis gramaticales en que ambos se enfrascaron dejando de ser amigos desde en:lonces para mirarse en lo de adelante con prevensión y antipalía.
Don Pío Bolaños Alvarez, en su obra ya citada, asegura que fué don Enrique Guzman como diputado al Congreso en 1882, quien
introdujo en la Cámara una iniciativa, que
mereció acogida, para que el Eslado sufra– gara los gastos de educación en Europa del
"poeta niño", circunsfancia que cierfamente
no conocíamos.
Quizás la visi:la que hizo Rubén a don Enrique -en Enero de 82- haya tenido atingencia con los deseos del poeta en acre– centar sus conocimientos en centros de mayor cultura en el exterior, y don Genaro le daría la car:la para Guzmán en la que preparaba el terreno y le daba a conocer al candidato pues don Enrique ocupaba en las filas libe– rales un pues:lo señalado, algo semejante al de caudillo o dirigen:le.
En el mes de Agosto de 1891 Guzmán se dirigía a Cos:la Rica y :lomaba en Corin:lo el vapor "Colima", camino del destierro. En el mismo barco iba Rubén Daría -que venía de El Salvador e iba para Costa Rica- con su mujer y su suegra.
José Dolores Rodríguez, otro de los ex– pulsados por el Presidente Sacasa, amigo de entreambos, quiere reconciliarlos sobre cu– bierta d",l barco, sin lograrlo. Guzmán se ex– cusa diciendo que no le gustan las reconci– liaciones/ que las amistades reconciliadas son como la comida calentada: tienen airo gusto. Esto no era del iodo cierto. Don En– rique acababa de reconciliarse a bordo del vapor "Progreso" -que hacía la h'avesía en– ire Managua y Momotombo- con Pedro Or– tiz, que salía como él desterrado por la mis–
m.a causa: ser escritor oposicionista.
Pedro Oruz había sido "caracista" y en un pedódico semi-oficial defendía al gobier– no de c;Ion Evaris:lo Carazo/ Y don Enrique combatía la política gubernamental desde las columnas de El Diario NICARAGUENSE y
él los pl~míferos de aquella época los llama– ba "ORTlZUARIOS", y se habían pico:leado.
Guzmán y Daría llegan '" Cos:la Rica mi– rándose de reojo. Guzmán es amigó de Pe~
dro Ortiz, compañero suyo de destierro con
quien más tarde fundara un diario, EL DIA que costó la vida al primero, y ser herido de
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El nicarl;lgüen~e don Pío Bolaños Alva– rez, muerto hace dos años en San José de Cos– ta Rica, en su estudio "Vida y Obra del es– critor don Enrique Guzmán", publicado en la Revista de la Historia de aquella República, en Febrero de 1942, bastante acertado en sus juicios y en los datos que contiene, dice lo siguiente a este respedo:
Amostazado Rubén de sufrir "vapuleo y fisga", optó por mudar de tono y de adi:lud y en lo sucesivo fué cruel y agresivo con don Enrique. La frase cruda suya era: La alu– sión desprecia:liva, el epí:leto irreverente lo empleaba siempre al referirse a don Enrique. Le llamó Dómine pedante y entre otras dijo de él "que con sus pantuflas chacoteras cha– poteaba en el pantano de sus gracejadas etc.
etc."
"Bien sé que don Enrique puede desmenuzar
una a una fodas mis obras y hacer disección de ellas, pero sé también que ya pasó el tiempo del
MAGISTER DIXIT".
En las cuales palabras se advierte al fu– turo innovador del verso que había de arran– car de su lira no:las no oídas hasta en:lonces, y crear un nuevo ar:le poético con la in:lro– ducción de giros raros y de asonancias des– conocidas.
Después de ése sahumerio quemado an· te don Enrique como para adormecerlo con el humo de :Ian:la alabanza, Rubén cambia de acti:lud y :Iermina diciendo:
cuyos aufores apenas si han logrado sentar pl(i2s de
1 edutas en las filas de los escritores nacionales. Y
eso se llama "gastar pólvora en salvas".
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