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« Previous Page Table of Contents Next Page »SU QUERELLA CON DON ENRIQUE GUZMAN
Como se ha escriio ianio sobre las rela–
ciones, poco aIllisiosas, que mantuvieron don
Enrique Guzmán y Rubén Darío ~asta flegar a comparar el caso con la pugna hterana sos– tenida entre Góngora y Lope de Vega nos ha parecido del caso relatar el. hi.storial de esas relaciones desde el cOnOClInlento que hizo don Enrique de Rubén hasla el juicio que de éste hizo posteriormente, ya cuan– do el poeta había alcanzado gran renombre, opinión muy modificada por cierto de la que
le mereció "el poeta niño" en sus primeros
ensayos.
Fué en el año de 1882 cuando Rubén Da– río, siendo un adolescente, hizo un viaje a Granada. Tal vez iría en alguna comitiva presidencial, formando parte del cortejo que acompañaba al general Joaquín Zavala. El caso es que quiso aprovechar aquella oportu– nidad para conocer a don Enrique Guzmán. Darío era portador de una carta de introduc– ción de don Genaro Lugo para Guzmán y con ella se presentó a éste que habitaba en aquel enlonces la casa que es ahora Casa del Obre– ro, frente al parque Colón.
Cedamos al propio don Enrique referir en su Diario Intimo la impresión que dejó en su ánimo el conocimiento que hizo del agui– lucho:
"29 de Enero de 1882-Con una caria de Gena–
ro Lugo, y acompañado de un joven Salinas, se rne
presenta el novel poeta Rubén Daría a quiert llal'nan
"el poefa niño". Parece tener de 15 a 16 años (Só– lo tenía 15 años en ese entonces) : en realidad es un niño Me parece simpá±ico: aún no he podido juz~
gar de su inteligencia".
Algún tiempo después le escribía don Enrique a don Félix Medina, que redactaba
una revista literaria, lo siguiente: "confiden–
cialmente le digo que no me gusta nada la Oda de Rubén intitulada Unión Centroameri– cana (Fecha 8 de Abril de 1882).
Y, a su amigo don Genaro Lugo le dice en carta del 22 de Mayo de aquel mismo
año::
"Felicila en mi nombre a Rubén por sus versos
publicados en el No. 6 del "ECO de la Juventud".
Cómo explicar esta contradicción? Los versos que salieron publicados en el N' 6 de la Juventud serían los mismos que con el tí– lulo de Oda a la Unión no le gustaron a don Enrique? Pudiera suceder que alabara como
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ENRIQUE GUZMAN BERMUDEZ
Hiju de Don Enrique Guzmán Pcriodhtn. Director
del IlCrÍódico El Monitol', de Granada, Nicaragua
político el canio a la Unión, y como crítico encontrara detestable esa composición. Dos años más tarde, estando ya Rubén en plena producción, don Enrique, con el seudón:Uno de Juan de las Viñas, comenzó en sus Pedaci– tos de Papel a chapodar en la ubérrima poe. sía rubeniana, y "el poeta niño" al sentir cor– tados sus sarmientos por el filo de la crítica de Guzmán, se enfurece y refunfuña sin per– cafarse de que a la iarea que se había :Un– puesto don Enrique era igual a la del chapo_ dador que corta por el medio los sarmientos superfluos para eviiar que la parra gaste su
savia en ramas inútiles.
Darío se defiende de la afilada crítica de Guzmán y por cierto que lo hace de un retodo brillante y demuestra, apoyado en el ejemplo de autoridades en el idioma, que su
expresión ttsímpa!ía derran1.ada", usada, por
él, y criticada por Guzmán, es del todo co. rreda, dicho iodo esio con comedimienio y
donosura, en lenguaje cuUisimo y cervantes. co con lo que confirmaba el poeta ser un digo no contrincanie de don Enrique.
En el exordio de su defensa hace Rubén los más pornposos elogios de su ilustrado con– tendor como conocedor del idioma y como manejador de la crítica y reconociendo su la– bor literaria, le endilga las siguientes lisonjas como previniéndolo a su favor.
"Pocos, muy pOGOS son en Cenfroamérica los que pueden aparejarse con don Enrique Guzmán 'en
materia del conocimiento de la lengua española, y pocos, :muy pocos, los que como él manejan tan felizmente las annas de la orífica. Malaventurados los delincuentes liierarios que caigan en manos del
Fígaro nicaragüense porque sufrirán vapuleo y fis–
ga y de saber tienen quién es Callejas Y quién pue~
de toserle al saleroso Persius, pesadilla de los malos escritores, coco de los poefastros, enernigo acérrimo de los galiparlistas, de docio nicaragüense y de to~
dos los que cultilafini-párlando ulirajan, corrompen o descoyuntan el habla de Castilla'?
"Yo he si.do siempre admirador de nuesfro in· genio y más de una vez había lalUenfado que se
abrevase en la turbia fuente de la política, corno
en su Hipocrene preferida, gastando así su sal y do~
nosura en asuntos cuya importancia e interés no salvan las fronteras de esfa República".
"Pero ahora que veo al señor Guzmán dedicado
a la crífica de las leiras me he alegrado en extremo por las ventajas que podemos sacar los pocos exper– tos de sus auforizadas observaciones, y lamenfan d 9i
tan solamente, que se entretenga, en algunos de sus trabajos, en hacer minucioso examen en escrifos de
poco valer, cuyos defedos están de tal manera a la
vista que basia una sola ojeada para adverlirlos, y
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