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« Previous Page Table of Contents Next Page »se describe a sí nUsmo, a maravilla, en su– blime auio-reiraio, como era en realidad, hombre dedicado a pensar y soñar, sin pre– ferencias polHicas deiernUnanies. La caria le fué dirigida a nU padre poco después de su encueniro con el poeta en Nueva York, en– conirándose en Washingfon. Descuidado, co– rno fado poefa, en defalles, no lleva fecha, pero regisfrando mi Diario de esa época, se la he fijado al 21 de diciembre de 1914, que es el día anferior al en que doy cuenta de su recibo. (1).
Rubén Daría no le escribió en vano a nü padre su caria, pues inmediatamenfe se di· rigió a Nicaragua, recomendando al gran poe1a, para que el Esfado le recompensa– ra, pagándole lo que se le debía, y al hacer ahora esfa alusión, me muevan dos cosas: primero, incluir en el plan que me he trazado en señalar las relaciones de Daría con Granada, o mejor dicho con Gra–
nadinos comprensivos, esfe encuentro con
don Pedro Rafael Cuadra que le sirvió fanio
a su regreso a la patria, cuando más necesi–
faba de sus recursos, debido al cataclismo de la Guerra Mundial que presidió su regreso en 1914, dos años anfes de su 11"\uerfe, y segun– do, fener la oportunidad de publicar la caria que el poefa dirigió de Nueva York, de puño
y letra, a 1ni padre Don Pedro Rafael Cuadra, quien, aunque era granadino (el aunque es– fá demás) supo apreciar al poe1a en su gran significación pafria.
He aquí esa caria, que COnservo en mi archivo, como documento precioso:
HOTEL EARLINGTON 27th Sfreet Wesf of Broadway
NEW YORl'í, N. Y.
Sr. Dn. Pedro Rafael Cuadra, Washington, D. C.
Mi muy distinguido Señor:
Informado como está Ud. por nuestro anUgo -fan lleno de corazón como de falen– ío- D. Salvador Calderón R.-- del gran va-
(1) En ese diario, además de la fecha de lccibo de la calla
de Rubén Datío, tlasclita en el texto, encllcnho dos l'efelen– cias más, que me patece OpOltUllo cittll ínteguls, pma qne se
vea el csphitu que animaba a Don PedIo Rafael Cuadw, ha–
cia el glan poeta nicmagüense
l/Jueves 25 de malZO de 1915. La cal ta que de mi papá re–
cibimos hoy, hO tiene mucha impOltnncia Nos cuenta que el
Presidente le mandó doscientos dólares El. Rubén DalÍo. llLunes 5 de ablil de 1915. En su oho viaje a Nueva Yoü:, se complometió mi papá a completallc o dalle el pasaje has–
ta la AIgentina a Rubén DalÍo, y ahora Se 10 están cablan– do. Se le contestó al DI. Debayle que estaban a la oulen
doscientos dólalcs, y hoy telegrafióle Dal io dando las glacins y dicicndo que su viaje es el ocho
Il mn tinat" Mi papá le contestó que el siete en la l1.1añana estaría en Nueva YOlk a despedil10 con el dinelo Como cada doce nos viene la men– sualidad, sin los doscientos pesos, quedamos ras con ras ape–
nas con lo suficiente pala nuestlos gastos ordinmios :Mi pa–
pá necesita siemple una leserva pala esos gastos exhaOldi. narios, a que está obligado por su posición".
Como se ve por ese recueldo, Rubéll Dal ío pensaba hse a la Al·gentina. peJ o cambió dé 1umbo, y se fué a Guatemala y de aJJí a Nicara.gua a donde Jo detuvo su eJúeuuedad y Ja muerte para siempre.
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lor que su decisiva e inmediafa intervención iendría en el arreglo de mis cuentas como Je. fe de Misión en España, y habiéndome nues_ fro amigo manifestado ]a buena impresión
que yo causé en su ánimo, y la buena volun~
fad consiguienfe, por su parfe, me alrevo El
escribirle esías lineas, que creo harán ver mi
justa razón y nU buen sentimiento delante de Ud.
Yo, señor Cuadra, no iengo, por derecho de intelecfualidad, y por mofivos de ausen_ cia, opiniones políticas en Nicaragua. Aleja_ do de mi fierra, y bregando por un ideal liíe_
rado que se in\puso en fodos los países de
lengua española, he podido ofrendar a Nica_ ragua el reflejo de lo que Dios ha hecho por
mí.
~in.gún Gobierno se dió cuen~a de que yo ensila, hasta que el Dr. Sacasa me envió a España en 1892, con mo±ivo de las fiestas colombinas. Cierto que yo no sirvo más que para pensar y para soñar.
Tiempos después, Zelaya me 1nandó con desfino a España, en calidad de¡ Minisfro.
Madriz, a raíz de la Revolución, me con– fió por pedido del Gobierno Mexicano, la Mi– sión Especial a aquella República, con mofi– vo de la celebración del Cenfenario.
y ahora, ruégole que In.e atienda singu– larmente en este punto: Al llegar¡ a La Ha– bana, y ya sabiendo, desde la Coiuña, que una nueva Adminisiración se había es1able– cido, "pedí por cable instrucciones", que no me fueron comunicadas, me imagino que por la anomalía de las circunstancias. De acuer– do con la Delegación Cubana y con el Minis– tro Belga, que iban conmigo a la misma Ce– lebración, resolví seguir a México pues ellos no se imaginaban que mi Misión, y sobre fa– do, mi completamenfe decorativa personali– dad para el caso, tuviesen que ver con el cam– bio de política de mi país y ianio más que yo
representaba a nuesfra Pafria nicaragüense -y de ninguna manera al Gobierno de Ma– driz.
Al llegar a México me detuve en Vera– cruz, porque se me prohibió -por una insi– nuación oficial, pueslo que hubo un enviado especial del Ministerio de Ins1rucción Públi– ca -que fuese a la Capital. Se me declara– ba Huésped de Honor de la nepública, en fanto que el Gobierno de Nicaragua me reti– raba mis credenciales.
Por razones más explícifas 1uve que tras– ladarme a la Habana, y después a París, a causa de que no fenía fondos de ninguna clase -desde fiempos de Zelaya-- para ha– cer frente a los inevifables gastos de la Lega– ción en Madrid.
Y aquí tiene Ud. explicada la situación: Mi compronUso oficial ante S. M. Cafólica,.nu renuncia repefida que no iuvo confestaclón jamás del Sr. Ministro Chamarra; mis re!a– ciones confinuadas con la Corte de Mad n 1'
la declaración terminante del Conde de P1e de Concha, Primer Introducior de Embajado-
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