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en la l:1evísta de Artes y Letras, sobre la Lí– leraiura en Centro Alnérica, en que el poeta ejerce con luaeslría, en su versatilidad in– :teleclual adivinadora, la cyífica interpre.±aii– va rnoderna, se refiere en eslos términos de Conlreras, hablando de la influencia de ex– tranjeros ilusJres en nuesiras leiras.

"y Oh01U nicurdo Contrere..s A Conheras lo en–

vió México Este mexicano es uno de esos escriiOl eS

qne ne.cesitan un can'po vasÍo. pma dalse a c,':>1;o–

ver SI Conh eras en vez de lY a. Cenu-o AIT\enca

hubielR venido a Chile o a Ja Argeniína, estaría

~olocado en el prhuer 1a11go de los escrilores del

Con{illen~e Es lHeciso haber leído algo de esie li–

teraio Conocer los chisporroteos de ingenio que riega él cada paso en sns pmíodos, su erudidón l'na~

cisa, llena, fundamental, su facilidad de producir, sus póncipios literarios ra:~onados, el brillanje <=:llca– clenalnienlo de su prosa, su pUl eza en el deOll" al par que el absoluto luodernismo 8n la expresión, de ll.lSllera que es un clásico elega~l±e, su estilo com– puesto de joyas nuevas de plata vieja, pura, sin liga, üaTa aplcciársele. Desde que llegó enseña y se– guirá enseñéU;do Ohl mas c~anio ~enfimos algu~

110S la ObscllIldacl de este homJ.ne bllllun1e (I\.1.0 po–

dría, si qLl1siera, ser glOlioso"

En ese raisrno es±udi.o, que con aIros os– critos en Chile del gran poeta 1 ecopíló en un Volunlen el dariófilo don Raúl Silva Casiro en 1934, se encuenlra esie juicio sobre don En– tique Guzrnán que no resistimos la ±entación

de publicarlo, ya qne nos referirnos a las re–

laciones li±erarias de estos dos representan– fes de nueshas letras pnlrias. Formula así

Darí.o su juicio sobre don Enrique:

"Enrique GUZl1.1Ún e~1 un crítico de podmoso ia– lento, de ilustración vas:l:a, de gusto depurado 80– lmnellte que es frisle ver cónlo pl81de el iienl.po

-que debelís. empleEn e11 ohras de irascendencia

y en esfudios generales que colocarían su nombre a

envidiable alfula en las letras nl.Odelnas, siquiera en las alnericRnas-~ en pellizcar a los principiantes de nuesiro paicesifo, en señalar las faltas gralnafi– cales de las otlas a "A la Luna" que suelen publicar– se, en dar un palo, COlUO dicen los espaiioles, a esie

o a aquel aficionado eITlpernido o colegial r ornánii–

ca y -lo que nl.ás s011tim,QS-- en gaslm- su buena prosa en sátiras políiicas, de polífica casera local, pOlsonal, él la diabla No, Guzrnán, que jjene pági– nas dignas de cualquier li±erahn a, debía salh con las alas d e su ingenio fuera del eÍl culo esh echísirrlO en que vive y -pueslo que fanto conoce y gusla de Macaulay, do Saín1 VíC±01, de ni±ehm--cletlicmse a ploducil a.fanosa V consian!etClenie obras de a1±a cr'i.– tica que serían para él rnofivos de gloria y safisfac– ción c1e su alma y provecho de la juventud que ama las leh as y desea las c181 as y justas euseñanzaZ1 en el mie del bien decü Es.l:o sin aferrarse a las ±lU–

diciones luanoseadas, sin enmendal" las planas, Ba–

raH en U18UO"

En eslos ]lllClOS liferarios del gran poeia se percibe do ya la garra del 'León, que lnás

fa.rde ejerciera esa a1la crífica con inusitado

esplendor en sus crónicas adlnitables que han hecho que para lnllChos supere su prosa

a sus nlÍsITlos versos, y no decimos poesía,

porque en Daría prosa y verSo es genuina Poesía, hermosa creación de alto quilataje.

¡j,,,,;o V lin."lmo Ri. XU".... No podía Darío de-

jar de tropezar en sus lnocedades con uno de los lnás distingui– dos hontbres públicos de aquella edad, don Ansellno H. Rivas, Minisiro de Relaciones en

dos consecutivas administraciones, la de don

VicenJe Quadra y la de don Pedro Joaquín

Chamon·o, de quien era brazo derecho, su gran vocero y exponenie político. Adelnás don Anselmo era el plÍlUer periodista de Ni– caragua, por no decir de Ceniro América, a la sazórl. Había fundado en 1880 su gran semanario "'El Centro-Americano", converti– do en 1881 en "El Diario Nicaragüense" el primero en salir cuotidianalnenie a la pales–

tra del pensLllnienio nacional en el periodis– rno nicaragüense. aQué actitud iOlnó don Al1selmo II. H.ivas, al despuntar en el firma..

lnel1±O nacional COlno divina promesa de glo–

ria, el sol poéJico de H.ubén Darío, entonces saludado por iodos COlnO el Poeia-Niño, asolUb, o de las lnusas?

Regishando la colección de "El Ceniro Alnericano" del año de 1882, nos hemos en–

con II a.clo con una sensacional Dolicia, sobre

la llegada de Dado a la Suliana, y es de su– ponerse que vendría con su visita a hacerle

propaganda personal al proyecto de su envío

a España a cOl1"lple±ar su forma.ción intelec–

iual, proyedo que se discntía entonces en el

Congreso, no sin encontrar alguna oposición" conl.O es natural, y que 110 se llevó nunca El.

cabo, dejando al poeia un auiodidacta in· comparable. No debem.os criticar a los pa–

dres COl1scrip±os por su acli±ud

r

aconsejada

de prudéncia, pues dadas las condiciones in– teleduales y lnorales con que Se levantaba el Poeta-Niño, con su poelna sobre El Libro" que produjo escándalo por sus ideas volterianas,

se rnos±raron iemerosos por su futuro si lo

enviaban a ceniros europeos, en que más fá..

cil era corrOlnperse qne educarse, sobre iodo en el cal"ácier díscolo del portenioso infanie.

Sin embargo no pertenecía al número

de los prudenies don Ansellno, pues en "El Ceniro-AlUericano" acuerpó de lleno la idea de H18ndarlo a España a educarse por cuenia del Esiado. Es lo que nos prueba de lUodo evidenie un suelio de crónica que aparece en "El Ceniro-AlUericano" el 4 de febrero de 1882 y copialnos ahora con noble orgullo granadino:

Granada, 1 de febrero de 1882. - Sr. Di–

reclol" de "El Ceniro Americano".

El sábado pasado llegó a esia población

el niño t1.ubén Dmío, el "célebre" poeia de quien Ud. habló en el editorial del número próxilno pasado. "Tuve el honor" de hacer– le una visita, y a la verdad, "me pareció una noiabilidad qúe plolUete lnucho para el por– venir", sob,-e todo, si el SobOl-ano Congreso da la ley, qlte n'le aseguran se proyecia, res– pecla a su envío a España para concluir sus

estudios. "Una capacidad COlnO la del joven Dario debe aprovecharse", y no dudo que los señores congresales ian bien animados como

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