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« Previous Page Table of Contents Next Page »los síntoml'l.s dE! inE!vitl'l.blE! ruinl'l., ll'l.S Cl'l.USl'l.S dE! ll'l. dE!cl'l.dE!ncil'l. l'l.cful'l.l y los mE!dios dE! vidl'l. qUE! l'l.un surgE!n -consoladorE!s Ararats- del cieno de tantos descalabros. Se ve la palpi– tación del sentimiento al tocar las llagas de los desaciertos administrativos y el rayo con– solador que alumbra la faz al encontrar los elementos regeneradores; el dulce afecfo que hace latir su corazón bajo una oJeada de sangre hispana y que procura infundir vida a la madrE! anémica aproximándola al coro de sus hijl'l.s jóvenes y, l'l. veces, el desconsuelo de pensar si llegará el remedio demasiado tardE!.
Nos habla de todo cuanto VE!: dE!l orgu– lloso pueblo catalán, tendiE!nte al autono– mismo y que pasea su blusa de obrE!ro corno un manio de rey cual si abrigara "una coro– na dE! conde en el cerebro", de la Villa co– ronada y sus reuniones y sus hombrE!S y los acontE!cimientos que dE!llE!nE!n la atención, de los trE!inta y seis inmortales, de doña Emilia Pardo Bazán y de los pOE!tas de la corte; de las visitas que hace, de las fiestas a qUE! asis– tE!, de sus paseOs; dE!l pE!riodismo, de la no– vela; de la literatura bajo todas las fases que prE!senta; del aríe E!n fodas las manifestacio– nes que ensaya.
En su libro hay estadística. Nos dice el número de condes y de marquE!sE!s y dE! du– ques qUE! registra el E!scalafón de la nobleza, estudia la joven aristocracia, degenerada, sin ideales, s~n aspiraciones, sin entusiasmos, .y
concluye: "No, no puede aguardar nada Es– p.aña de su aristocracia. La salvación si vie– ne; vendrá del pueblo guiado por su instinto . p.ropio, dE! la paríe laboriosa que reprE!senta las enE!rgías que quedan del E!spíritu E!spañol, librE! de políticos logreros y de pastores 10–
has".
SU VIDA
ES UNA AGITACION
PERFECTA
La obra de Daría no está destinl'l.dl'l. l'l. crear prosélitos o admiradores en ll'l.s clases popull'l.res, porque el es el hombre de los ce– náculos y sus jueces deben ser iniciados en Ell arte y rubricados en la aristocracia de las letras.
Representante genuino del dandismo li– terario, és el aríista de las finas pinceladl'l.s, de los ricos y dE!licados coJoridosy de las va– riantes más caprichosas. Ll'l. música de, un Gounod o de un Cimarosa, cómo los cuadros del'Corregió o las acuarelas deWafteau, de- . ~n sumE!r¡;¡-i.rle en exc¡uisita ré"e"ie, ' ,
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y en este libro en que no todo es arte porque sería. "exclusivo", Se leen las sonora~
páginas consagradas a la n"temoria del más grande de los oradores de España, del "eri.
sostómico parlante" qUE! pudo liberíar a dos_ ciE!nlos mil negros con un solo discurso. So– las, bien valen un libro, un hermoso libro ar– tístico. Bajo la clará linfa sonora de los pe– ríodos que reflejan corno un briHo maravillo_ so de diamante o un riquísimo oriente de perla, parece descubrirse la torrencial €llo–
cuerteia tribunicia del vE!rboso gaditano.Cas_ telar... ! No, no ha sido deseríor, ni renE!gado, ni. .. cobarde! La libE!rtad fue siE!mpre su adorada y la bandera dE! sus principios no
se arrió, sino -una vez- ante el desastre
de la patria, cuando, con la elocuencia del alma, pudo exclamar: "antes que republicl'l._ no, soy espl'l.ñol". No, él no fue el "tránsfu–
ga".
El genial escritor, el poeta azul, ha pues– to en ese libro la conrnoci6n de su espíritu, la sinceridad de su criterio; todo en un estí– lo sonoro y crespo, corno SE! lo imaginaba mi
bueno y cariñoso atnigo Vanegas, y es por esto, quizá, qUE! E!l libro resulta intE!rE!sante hasta en las últimas minuciosidadE!s, hasta en los últimos datos numéricos.
La palabra es un ProtE!o. BiE!n está que se pE!rfume, que se ilumine, que adquiera to– nalidades de lira, rumores de fuente, sollozos de brisa; que pinle los caprichos del cre– púsculo, la alborada de los tr6picos, la pri– mavera qUE! enflora los viejos troncos y las nUevas rarnas, pero también qUE! lleve el la– mento de las desgracias, la armonía del tra– bajo y la dulzura de las parábolas mesiáni– cas.
HllDEl\!lANDO ,A. ~ASTElLON
l'IUdleo, poliH~o )' liternto de PT~tlgio Auto.r de
obra! literaria! y pcdagórricns.
Su producci6n liieraria ha pasado en re– vista el vasto escalafón de la poesía castella– na. Todos los métodos y todas las escuelas modernas y aun antiguas, denuncian su fi–
liación en el maremágnum de esa erupción continua que forma su bagaje intelectual.
Su vida es una agitación perpetua con oscilaciones impulsivas que denuncian la perseverancia, y medrosos desfallecimientos que exhiben su timidez. Es una novela de iri– teresante trama.
Su naturaleza pasional, su carácter de inde.cisión y apocarciiento moral, han creado
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