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de la cual volaron palomas, y cayeron millares de pa– pelitos con estos versos que Rubén Daría escribió a los trece años de edad.
y a lo lejos Miró la azul lejan!a, Los reflejos Tendió su vista anhelante, De fa funa en alta cumbre Suspiró,
Que argentando las espumas Y <antando, pobre amantel Bañaba de luz sus plumas Prosiguió! De tisú Y era ••• yol Yeros. " tú.
Hizo el elogio de Rubén Daría el Dr Santiago Argüello, quien pronunció su brillante oracíón al llegar el codáver a la Santa Iglesia Catedral
Cuando el cadáver llegó a la Catedral y ya den– tro de ella, la gente se apresuraba a coger flores de las andas, hojas, pétalos, y se los llevaban con devo– ción, como reliquias de un santo La corona de lau– reles la tomaron los estudiantes de la Universidad, para guardarla dentro de una urna, en el Salón de Recepciones
Descendió el codáver a la fosa a los 9 y J 5 minu– tos de la noche y en esos momentos la Banda de los Altos Poderes ejecutó la Marcha Triunfal, compuesta por el artista Luis A Delgadillo.
y quedó su cuerpo como una santa reliquia, den– tro de la Cated,al, a la derecha, bajo la estatua del apóstol San Pablo, el genio iluminado en la ruta de Damasco Un Simbólico león de mármol guarda sus despojos
El escribano público doctor Benjamín Selva cer-tificó el acta de entierro.
El ángel de la gloria parecía decir
En la casa del Dr. Juan de Dios Vanegas, casa en Sal de tu Patria y de tu parentela, y ven al país que yo te mostraré (Biblia Mart. de San Esteban).
y vi un alma
Que sin calma Sus amOres
Cantaba en tristes rumores,
y su ser conmover
A las rocas parecía.
A TI
Yo vi un ave
Que suave
Sus cantal es
A la orilla de la mar
Entonó
y voló.
versidad para conducir al poeta al lugar del eterno reposo.
Las clases elev<;¡das vestían traje de etiqueta, riguroso luto
Los obreros y obreras llevaban crespones negros Cual profunda salmodia de dolor se oían dobles prolongados y tristes en los campanarios de todas las iglesias
Diose la señal de salida con un disparo de cañón La patria le hacía honores de Ministro de la Guerra, como la Iglesia se los hacía de Príncipe. El poeta iba a la visto
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sin caja murtuorio, con su corona de laurel y vestido con el peplo blanco de los griegos Estaba colocado sobre andas lujosas, cu– biertas con tela de color blanco y azul Era conducido bajo un palio regio, de los mismos colores
Tan pronto solió a lo colle, fueron echados al aire siete palomos blancas, simbolo de las siete virtudes Dice un escritor que ese entierro fue ~Ia JJproce~
sión de un Dios conducido en hombros de creyentes". Hubo numeroso desfile de estandartes con las siguientes inscripciones Gobierno Argentino, Gobier– no de Guatemala, Gobierno de El Salvador, Gobierno de Honduras, Gobierno de Nicaragua, Gobierno de Costa Rica La Prensa, Oficina Internacional Centro· americana, Congreso Nacional, Cuerpo Diplomótico y Consular, Facultad de Medicina, Centro Universitario, Municipalidad de Managua, Escuela de Derecho, So– ciedad Central de Obreros, Club Social, Club de Arte– sanos Los obreros llevaban palmas como en la procesión del Domingo de Ramos
y en medio del desfile, un grupo de divinas apa–
riciones, con luengas túnicas blancas, las Canéforas¡
las vírgenes de Minerva, nota nívea, prístina, plumón de garza, en aquel hervidero de trajes negros Lle– vaban cestos de flores sobre los hombros e iban re– góndolas, alfombra perfumada de colores, a lo largo de la ruta
Eran bellas las Canéforas, lirio y rosa bellas como la primavera y la luz Responden a los nombres de Marina y Emilio Argüello, Estela y Margarita Ar– güello, Virginia González, Mercedes Ayón, Adriana Castro, Carmela Argüello, Mercedes Fernández, Anito Navas, Leticia Argüello, Fidelina y Berta Castro, Julia Barreta y Clementina Mayorga
En la casa del Dr Juan de Dios vanegas, casa en la cual enseñó la Sra Jacoba Tellería las primeras le– tras a Rubén Daría, allí, junto a la casa en donde se crió Daría, en el mismo lugar donde, un Domingo de Ramos, reventó una granada con sus primeros versos, alli mismo, al pasar su cadáver, reventó otra granada
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