Page 23 - RC_1966_02_N65

This is a SEO version of RC_1966_02_N65. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

Emiti6 entonces extlañas ideas, dijo raras teorías acerca del triste porvenir de Nicaragua, su visi6n ab– sesionante. Hablaba nerviosamente y pasaba con rapidez de un usunto a otro Aludiendo a los amigos, agreg6

-La amistad humana s610 se prueba de dos modos a por medio del dinero o por medio de la san– gre

Gritaban en esos momentos unos muchachos en la calle Su vocinglel ía penetl aba al cuarto a través de las persianas. Impaciente, se endereza en el lecho y exclama

-jOh Herodes! jOh Herodes!

Tu coraz6n -le dije-- está ahora bajo un influjo trágico

-No está siempre en lo justo Soy el que he sido Enemigo de la farsa y de la mentila Las cosas de par acó no las comprendo ahora Yo no tengo ya en mi cuerpo nada del tamal pisque que conservan Uds Ha desaparecido Es otra diferente levadura la que lo anima, muy diferente Y, mira, -excla–

mó-- si continúas aquí' en este país vas a atrofiOl te

No hay que atrofiarse

El esfuerzo de lo conversoci6n le produjo náu– seas Se volvi6 en el lecho sobre el lado izquierdo y cal16

Veíasele el pecho subir y bajar en respiraci6n fa– tigosa Su obdomen crecido se destacabo fuerte– mente sob.e los sábanas fulguraban sus ojos y me veíon fijamente tras la telo sutil del mosquitero

--¿A qué horas te marchas para Le6n?

-Me voy en tren expreso, a las seis de la maña-na He resuélto que me hagan lo que ustedes dicen: las inyecciones, puesto que no hay más remedio. Después de conversar estas cosas, torn6se ogre–

sivo.

Volvi6 a cogerlo la ola del humor negro, aquel humor que envolvía a Byron, a Musset, a Espronceda, a Goethe, a Shokespeare, en las crisis terribles del desencanto

Para dar lugar a las visitas, salgo al conedor. Allí me muestra el Dr Debayle composiciones poéticas de él y de DOI ío escritas en la isla de El Cardán en el año de 1908.

Debayle tenía allá entonces su familia en tem-porada de mar, y Daría fue su huésped Debayle es célebre médico Hace versos

Las composiciones circularon en la isla en letra de máquina, en forma de un pel iodiquito de balneario, que está ohora en poder de don NOI ciso Lacayo Me decía Debayle

-Hice versos entonces y p.opuse temas a Daría, no porque me creyera poeta, sino para verlo producir sus bellezas

Debayle es hombre rico. Ha hecho fortuna Es descendiente de padre francés y naci6 en Le6n de Nicaragua Se educ6 en Europa y pertenece a las

pJimeras familias

De fácil palabra, es un causseur sugestivo

L

EN LEON

7 DE ~NF.RO Hoya las seis de la mañana sali6 Daría

de Managua para Le6n en un exprés que le puso el Gobierno

Lo acompañan su esposa, el médico, un amigo y

dos sirvientes

Iba vestido de traje OI11orillo y gon ita de sport– man color gris, a rayas negras A la luz dé la moño–

na fl ía se veÍ'a su cuerpo macilento, marchito.

Varios amigos y gente del pueblo estaban en la estaci6n, frente a las hist6ricas ruinas del cuartel de la tragedia de 1903

Al nar te, como a ti escientos pasos, en la opacible se. enidad de los minutos, rima el lago su dulce melo– día al impulso imperceptibie de lo brisa que besa sua–

vemente sus ondas con vaivén de cuna

--Adi6s, adi6s!

La fina mano del poeta saluda pOI' la ventanilla

i Quién sabe si volveremos a vernos!

Dolor, desaliento, se reflejaban en el semblante de Daría que iba a pedir salud

G la cuchilla de los ciru– janos.

8 DE ENERO Hoy sábado fue operado en Le6n Rubén

Daría.

L1ev6 la cuchilla el Dr Luis H Debayle ouxiliado de su colega el Dr Escolástico Lora.

21

Lo operOlon pOlo extraerle el agua del estámago Aplic6 el tr6car el primero de los facultativos y le ex– trajo catorce litros de suero Incontinenti practicaron la autoserapia

Telefonema de la noche di~e'

/lDarío sereno al pI incJpio pOI que creía que era

lino simple inyecci6n la que se le póndría Al con–

vencerse de que era operación, se puso furioso,

Clei, dijo a Debayle, que e.a una simple inyec– ci6n la que me pondrías. No pense que me engaña– ba'

He cumplido, contest6 el médico. Ya ves el lesultado.

Y le señalaba lo cantidad de suero que solía por el tubo, un suero pálido, rubio Creci6 la c61era del poeta.

Yo no he venido o ser sacrificado, exclam6! Lo que plOcuramos es salvarte de la muerte. No te muevas, agreg6 el médico, porque el tr6car puede desvialSc y hacerte daño interiormente.

Sigui6 haulClndo el poeta pero ya no se movi6 y la operaci6n tel min6 sin novedad Fue poco dolo-

rosa

Sin embargo, al final tuvo accesos de furor y hubo momentos en que increp6 rudamente al médicó, lan– zándole frases sangrientas, lIends de llamas.

Page 23 - RC_1966_02_N65

This is a SEO version of RC_1966_02_N65. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »