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« Previous Page Table of Contents Next Page »cIeos de la oraci6n. Tal de1imitaci6n e indi– vidualizaci6n lo intenta Darío en castellano.
Pero por qué su prosa construida con esas unidades, produce una impresi6n musi– cal'? También en éstos nos ilustra Mapes quien así afinna:
"La prosa de Daría en su parle lTlas n1.usical,
contiene las mas de las veces, una serie de versos
verdaderos bajo el punto de visía de la acentuación".
A modo de demosiraci6n trascribe un fragmento de "La Canci6n del Oro":
Cantemos al oro esclavo, (octosílabo) despreciado por Jerónimo (octosílabo) arrojado por Antonio (oC±osílabo) vilipendiado por Macario (eneasílabo1 humillado por Hilanón (eneasílabo)
Aunque casi la mayor producci6n en prosa de Darío la escribi6 para la Prensa (fue un incansable periodista) su eslilo pre– senta un derroche de singular elegancia y de una precisi6n descriptiva extraordinaria. Tal facultad se puede perfectamente apreciar,
en sus variadas crónicas de viajes, en las que
con lac6nica brevedad, nos trasmlle delicio– samente sus impresiones de los dis±intos lu– gares que visit6. Veamos un ejemplo:
(EN MALAGA)
"Cuando he recorrido la ciudadela de la ann–
gua Alcazaba, he creído ver revivir an±e mis ojos la pasada existencia Habüan gentes en las misrnas viejas construcciones, casas estrechas y escalonadas en la altura, desde donde se domina el ancho puer–
to.
En algún punio veis, sobre una columna corin– tia del :tiempo de la dominación ronlsna, el arco en herradura que vió pasar los albornoces blancos y
los estandarles verdes. Entrando a la realidad de
vida, hallais un pueblo pobre, falio de sangre y de
trabajo".
Esa potencialidad descrip±iva de Rubén Daría, Se agiganta en sus "Cuadros Chilenos", en ellos no parece que escribe sino que pin–
fa; así el mismo Daría refiriéndose a ellos
manifestó, que eran "páginas que cons±i±uían ensayos de color y de dibujo, que no tenían antecedentes en nuestra prosa". Transcriba_
mos un trozo de uno de esos llCuadros". El
denominado "Agua Fuer±e" para apreciar el trazo de su pincel:
"De una casa cercana salía un ruido metálico
y acompasado
En un recinto estrecho, entre paredes llenas de hollín, negras, muy negras, trabajaban unos hom– bres en la forja Uno movía el fuelle que resoplaba. haciendo crepitar el carbón lanzando torbellinos d~
chispas como lenguas pálidas, aureas, azulejas, res–
plandecient~s Al brillo del fuego en que se enro– jecían largas barras de hierro. se miraban los ros– iros de los obreros con sus reflejos trémulos.
Tres yunques ensamblados en foscas annazo– nes 1 esistian el batir de los mazos que aplastaban el metal candente, haciendo saItar una lluvia enro– jecida. Los forjadores vestían camisas de lana de cuellos abierlos, y largos delantales de cuero".
El cuadro que nos presenta Darío en el trozo transcrito, no puede ser más real y ví– vido. No existe en dicho párrafo ninguna palabra sobrante. La imagen descrita es diáfana corno si hubiese sido pintada.
La excelsa fama de poeta que adquiri6 Darío, enso:mbrece por decirlo así, su gloria de prosista. Su prosa sin embargo, es tan deli– ciosa corno sus versos y el receptor al leerla, siente la belleza de su esiilo inimitable.
ERRORES Y DEFECTOS
Después de haber señalado las excelen– cias poéticas de Daría, es apenas naiural y complementario que indiquemos, aunque sea a grandes razgos, algunos errores y defectos que se le censuran a su poesía y a su prosa. Procuraremos hacerlo en el presente comen– tario.
No existe obra literaria alguna acabada– mente perfecta. Siempre han de descubrirse en ella, cierlo número de errores y defectos que confirman la máxima de que "Errare Hu– manun Est". El mismo Hornero, príncipe de los poeias, a veces dormita corno dicen sus críticos. Ben Jonson refiriéndose a Shakes– peare escribía: "Ojalá hubiese borrado mu– chas de sus líneas!"-Rubén Dario no consti– tuye una excepci6n y desde luego err6 y pe–
có en su literatura.
En una cosa no obstante fue singular Da– río: en que nunca pretendi6 justiIicar sus erro– es patentes, corno acostu:mbra la mayoría de los hombres, sino que los reconoci6 con hu– mildad y los deplor6 sinceramente. A Dios gracias la parle de su obra literaria que me– reCe alabanza, es sin com.paración m.ucho ma– yor que la que merece censura. Los defectos que en ella se encuenfran, son com.o peque.. ños lunares esparcidos desordenadamente entre sus variadísimos escritos. Para mejor ordenamiento de la materia, los dividiremoS en dos grupos: Defectos de Fondo y Defectos de Forma.
DEFECTOS DE FONDO:
al-Antes de parlir Darío de Nicaragua, en su etapa adolescente de poeta-niño como
Se le llamaba, exhibe en sus primeros poe-
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