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« Previous Page Table of Contents Next Page »pués de muchas súplicas y recomendaciones, lo nombró Ministro de Nicaragua ante el Go– bierno de Su Majestad Alfonso XIII, cargo que desempeñó con mengua de su exiguo peculio y que dió lugar a interminables re– clamaciones de pago de mensualidades ven– cidas.
"No creo demás manifestarle que, desde hace cuairo Ineses, no he recibido mi sueldo"
En Julio de 1908 nuevamente habla de
penurias econólTIicas.
"Con mi sueldo solo, dice, lUe es maierialmen±e imposible sufragar estos gastos (los de la legación 1
que las muchas exigencias de la vida diplornáiica en
España requieren Yo no quiero ser un Ministro de– corafivo -agrega- sino que usied rne pruebe algu– na vez en algo que pueda ser posi±ivarnen.l:e ú:l.il a su Gobierno Mi deseo de servirle de un modo efi–
caz aun1.enfa rrlás cada día".
Dario no fue ni pudo ser politico "ad usum". Esta polí1ica carece de entrañas, y el Poeta sie:rnpre lo fue, es decir, siempre tu– vo y mostró el oro de su corazón. La grati–
tud, rosa de los exquisilos, aromó su jardín
interior. A raiz de la traición de los Ezelas de El Salvador escribió "La Leyenda Negra". Al Presidente Zelaya en Mayo de 1908 le es– cribió,
"Nunca olvidaré ni sus indicaciones amistosas, ni sus preciosos consejos, ni iodo cuanto debo a us– ied. Dejando a un lado los cargos y honores que le debo, y por los cuales le debo gratitud eterna, mi afección a usted es más viva por su personalidad que por su a Ita puesto".
"No extrañe usied recibir algún día cualquier aviso o anónimo en mi contra Es condición huma– na que se desarrolle la enemistad contra el hombre que se eleva, y usted lUe ha elevado mucho para no habenne suscitado enenúgos"
¡El politico elevando al genio hambrien- ±o!
No, Dario no fue politico de banderillas, ni pudo serlo. Hablando de la extraña dua– lidad animica del Presidente de Colombia, Dr. Rafael Núñez, poela delicado y politico de recia personalidad, hombre de vastas es– peculaciones metafisicas y de acciones drás– ticas y férreas, dijo,
"Poela polilico no enfiendo eso, o más bien, no lo quiero entender. Yo creo que no es airo el objeto, la atmósfera, el alimento, la vida de la poe– sía que el cuUo de la eterna y divina belleza. , que los señores políticos se entiendan con la suerte de los pueblos y arreglen esas complicadísimas máqui– nas que se llaman gobiern.osl que los señores mili– tares degüellen, defiendan o conquisten".
y Dario fue un sensitivo. Su alrna huyó temerosa de todo espectáculo brutal, cruel, fa– laz, como es iodo combate. Y la politica es un combale permanente. Además, nunca simpatizó con la plebe; no creyó en la liber– ±ad electoral ni en otras libedades proclama– das por nuestra incipiente democracia, por– que dudaba de la honestidad de los llama-
dos a concederlas y de la suficiente prepara– ción de la muchedumbre para usarlas. Vió burlados la fe y los derechos y garan±ias del pueblo por las camarillas politicas.
Resul±a interesante conocer la opinión de Dario sobre un tópico considerado funda– rnen±al en nuestro sislema republicano; me refiero a las elecciones, estilo laHno, y que él expuso en un articulo titulado "La Come– dia de las Urnas", y del cual son los siguien– fes párrafos,
"Sostengo que hay diferencia en la maYOlía de los eledores, y que la conocen los candidaios y la aprovechan No querría que se creyere por esio que lodos los candidatos son farsanies Pero juzgo que a la mayor parle les faHa sinceridad Pues yo llalno sincelo a aquel que, dándose cuenia de lo que significa su mandato, no disfraza la verdad exa– gerando el bien, paliando y velando el mal; a aquel que no promete sino lo que puede cumplir, y que lo promeie porque está resuelto a ponerlo en prádi– ca en seguida, a aquel que lucha por un ideal. Lla– mo sincero, en fin, al candidato que, habiendo bus– cado y encontrado en la recHiud de su conciencia la manera de hacer el bien verdadero al país en ge– neral y no sólo a su circunscripción, pone toda su voluntad, loda su alma, iodo su ser, en transfonnar su programa en actos, y que si no ha hecho todo lo que ha querido, ha hecho de todas maneras, lo que ha podido .. "
No es ioda la verdad 10 que contienen Uos dis– cursos eleciorales) No dicen que se amenacen las liberlades y los derechos más sagrados
1 que se aumenten cada año, por la superchería y el derroche, los gastos, las deudas y el déficit; que por abandono
y por incuria se desorgani.ce la defensa nacional, que ienga toda suerte de complacencias para 1 epri– lUir en la administración el desorden y la anarquía, ni que se va, por pretendidas refonnas, conira iodos los intereses, como si la prosperidad, el comercio y la indush-ia pudieran resistir siempre fan repeiidos golpes
En cuanto a los candidaios nuevos, de cualquier partido a que perlenezcan, sus franquezas me son sospechosas Los unos, en efedo, conservadores o nacionalistas, exponen programas que radicales com– pletos no desapl-obarían Llevados por una especie de respeto hu.m.ano, hacen concesiones a aquellos mismos cuyos principios rechazan, con tal de lograr los votos
Esa falta ele sincelidad de parle de los candida" fas no va, en úllimo análisis, sin su falfa de respeto pma el eledar No os diré una novedad si os digo que el respeto no consiste, en lnuestras exteriores de deferencias, o en la expresión de fórmulas de urba– nidad TIespetar a alquien es, anie iodo, suponerle un buen sentido, un juicio por 10 menos cercano al nuesho Es, en segundo lugar, traiarle como una personalidad moral a la que no se procura el enga– ño o el daño De modo que no decir la verdad a los electores, es ya reconocer su falla de inieligencia.
"Pero decirles fonielÍas, es tomarlos como a in– curables imbéciles"
"Esos párrafos muestran la sagacidad ho– nes±a del pensamiento politico de Daría. Las acrobacias de los caciques lugareños; la bur– da pan±ornina del voto; "la comedia de las urnas", como él la llama, no engaña a nadie
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