Page 103 - RC_1966_02_N65

This is a SEO version of RC_1966_02_N65. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »

Esta es la dinastía de Rubén. Este es el hilo misterioso y sutil de su linaje, cuya punta se hace línea de navegación en manos de Colón y cuyo cabo es voz y canto -al hilo de la historio- en la boca de Daría Igual que en nuestras cordilleras, el fuego sagrado del

destino nicaraguens8, va pasando de ceno en cerro,

de promontorio histórico, en promontorio histórico,

hasta encontrar un volcán potente y altivo -un vate y profeta que lo vomite en una gran erupción continen– tal Asi comprendemos, por la anunciación de la historia, que la tierra se hizo verbo en Rubén Daría Su palabra no la recibe del pueblo El nace de la tierra para dar al pueblo su palabra Viene del silen– cio SLlbstancial de los siglos y de las cosas nicaragüen– ses a decir un mensaje ecuménico Es centrífugo No centrípeto

Nosotros pretendíamos que Rubén viniera Iírica–

mente a Nicaragua¡ cuando precisamente en ese írse, en ese desbordar su nacionalismo, manifestaba su ni~

caraguanidad Es mucho más nicaragüense Rubén

en l/Divagación" o en "Salutación del Optimista", que

en IJlntermezzo Tropkal ll

Así pues, el genio solitOl iD e imperial de Rubén Daría no es hijo de una edad de oro Pero es el fruto

de una posición mediterránea No recibe el ambiente

nutritivo de una era de plenitud que se eleva y predomi–

na comunalmente hasta alcanzar un panorama uni–

versal Pero nace en una tiena umbilical, sacudida

EL ENVEJECER

EN SU POESIA

Debo retroceder en mi exposicióI1 a un plantea.

m¡enta previo

Cuando fijo el envejecer como un aspecto en la poesia de Rubén Daría, no debe pensarse en el tema de la fugacidad e irrealidad de las horas de la infancia, n; de la lamentación de la mocedad perdida, ni del fl ío terruño de la ancianidad, ni del asedio del pre– sentimiento de la muerte, -sino de la declinación cotidiana de la juventud hacia el envejecimiento Que no es la Vejez, con su innegable grandeza, reflejo y supervivencia de la primera ciudad, y de la segunda ciudad -la ciudad pagana, y de la terc.era ciudad -la ciudad cristiana-o No se ti ata, pues, del viejo Adán, ni del viejo Príamo, ni del viejo Simeón, esperando impaciente sólo ver al Salvador pOi a partir

El hombre viejo de estas líneas, no es el abuelo Aún cuando se refiera a un abuelo contemporá– neo, esta palabra está ligada fatalmente a los abuelos,

al primer abuelo Y un abuelo es siempre el símbolo

y la encarnación de esta larga memoria que sube desde

por todas las corrientes vertiginosas de la histOt ia y cuya posición central y pontifical le permite una per–

m~nente y agónica visión ecuménica Rubén no será

un clásico por influencia del equilibrio y sintaxis de su historia, sino porque ha nacido a horcajCldas sobre el fiel de una inmensa balanza donde hacen equilibrio los dos mares universales y las dos mitades de Amé–

rica.

" .. . América prepotente

su alto destino se sienfe

en la continental b;;lanza

que tiene por fiel el istmo ... "

dice el propio poeta en su "Canto a la Al gentina"

Ese es su horizonte Ese es el alimento de su pu-pila Ese el aire que adquiere su respiración con los cuatro perfumes de la rosa de los vientos Ese el sus– tento de su tacto en el pulso de los mares y en el trán– sito de la sangre de las generaciones

I/Lt¡ fiel fa está pl'eñada de dolor tan profundo que el scñadol", imperial meditilbuY1do

sufie COIl las angustias del corazón del mundo",

ha de cantor mós tarde escuchando, con el resonante caracol de Nicaragua en el oído, el ruido extrañable del corazón del universo.

CARLOS MARTINEZ R1VAS

PllCltll. Hizo estudiOiJ especiales de Literatura y Crítica

Llt~tnria. en México, ES!Jaña y Francia Autor do

"Insurrección Solitaria" y otros poemas.

el principio y es confundida con la frescura del prin– cipio y relacionada con la niñez, entremezclada con la niñez de la especie en los primeros patriarcas -"ved cómo la barba del viejo los bucles de oro cil– cunda de armiño"- y que del OtlO lado es también confundida con el reposo y la sombra y la grandeza de la consumación Con la muerte de los fúnebres ra– mos y la Estigia y la barco de Caronte deslizándose, o la muerte cristiana con el juicio final Todo lo aludi– do pertenece a la mejol estirpe lubeniana

Nada de esto hablÓ aquí En la poesia de Rubén Daría he rastreado algunos vel sos suyos que nos ha– blan de la vejez crasa De la hora vil y común del

envejecimiento Sin elevación, sin orgullo, sin enco– mios estoicos a lo Séneca, sin cJecolo latino

l

sin poesía.

Bemard Shaw, en un C1péndice que añadió a

"Hombre y Super.Hombre" con el titulo de "Manual

del Revolucionista", inserta, entre otros pensamientos

de su protagonista John Tanner, autor de dicho Ma– nual, la afirmación de que.

101

Page 103 - RC_1966_02_N65

This is a SEO version of RC_1966_02_N65. Click here to view full version

« Previous Page Table of Contents Next Page »