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fuer±errten±G, porque los Indios los mataban
para pagar sus propias deudas. Siendo él y
sus dos hijos los únicos Ingleses que en ese entonces vivían en el Cabo, vendió lo que le
quedaba a un guerrero Británico que por ca– sualidad llegó al puerto. Recientemente ha
vuel±o a COlTIenzar¡ airo Inglés también se
ha Illeiido al rrlÍsmo negocio; el ganado se les está muJiiplicando. Los nativos están bien
dispuestos ahora, y tan domados, que no son capaces de matar siquiera a un ternero que
pertenezca a un Inglés, porque saben bien que si lo hacen serán descubiertos, y ellos y su familia sufrirán castigo severo, porque al
acusarlo ante el rey, éste fiene que enviarle
al propieiario, el doble del valor de la res que mataron, y se repone quitando al delin–
cuente, a su familia o a su aldea, cuairo ve–
ces el valor; así pues, cobra un 100% por la molestia que se toma. En la COBta Mosquita en total hay poco ganado entre los nativos, porque ellos son tan descuidados, que matan indistintamenie todo lo que tienen, hasta las
vacas con terneros, para sus festividades. Es–
to, junto con la costumbre que tienen de rrm– iar el ganado de un vecino en caso de adul–
ferio, es razón suficiente para esa escasez, de
modo que los qué se establecen en el Cabo, tienen que depender para su ganado de los Centro Américanos. Sin embargo, se puede obtener algo de ganado con los nativos de la pradera, cerca del Cabo, y de Cruta, Pa– took, etc. Creo que sería posible obtener ga– nado de la Segovia, a cambio de adículos In–
gleses manufacturados, y que se pueden
criar con éxito, especialmente si se les cuida bien; aunque al rrtercado de Jamaica no se
le puede considerar como que ofrezca venia–
ja alguna en particular, al productor de ga– nado; éste puede fácilmente venderlo en el Cabo, porque, en la envidiable posición de su puerto, las embarcaciones llegarían allí
para abastecerse, en vez de Blriesgarse a al–
gún citro modo precario de abastecerse en otra parle. Al ser concluída la grande y no– ble tarea del canal entre los dos mares, sería una vía magnífica para el iráfico del ganado;
y sj por fortuna se lomara posesión de Boca
del Toro, y fuera colonizada por los ingleses,
o si se hiciera colonización Inglesa en Blew–
fields, el producIor de ganado cosechmía grandes e indudables beneficios. La leche del ganado podría ser bien utilizada hacien– do quesos.
Me parece que el nuevo arancel (o ±ari– fa), tendrá una influencia marcada en el in– cremento del comercio en la Cosia Mosquita, debido a que se ha suprimido el impuesto a muchos productos de allí o se ha reducido grandemente; en la actualidad hay solo uno o dos comerciantes en la costa, y uno de ellos solo muy de vez en cuando visita el Cabo; Sin la ariesanía y perseverancia del
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hombre blanco, los recursos naturales de es– ta rica región nunca habrían sido dados a la luz, mientras que con una labor bien diri– gida, se pueden extraer muchos productos
fales como caoba, cedro, caucho, cacao, pi~
mientos, cueros, zarzaparrilla, carey, bálsa~
mas medicinales, gomas, y rnuchos airas. En la actualidad, tengo que admitirlo, muy a rni pesar, iodo lo que se deja en manos de
los nativos se desperdicia, y las ventajas que
ofrece la naluraleza, por muy abundantes
que sean, son ¡ehusadas.
El Cabo Se ve a menudo visitado por pe– queñas goleta.s,. de la isla del Gran Caimán,
cerca de JamaIca, en la pesca de tortugas
cerca de los Cayos Mosquitos. como a 40 Ó
50 millas del Cabo, las cuales es muy raro que regresen sin haber hecho sus agostos. Ellas abastecen los mercados de Belize y Ja– maica con los mejores ejemplares de torluga verde, y a menudo obtienen en época propi– ela, la concha de la tortuga llamada pico de halcón * en vista de que los Cayos de la Mos. quitia son muy frecuentados por esa especie,
y también por la torluga verde Gran núme. ro de los Indios Mosquitos van a pescar ahí en sus Doreys procedentes del Cabo, Bahía Arenosa (Sandy Bay), Duckwarra, Warner Sound, efc. Cuando encuentran tortugas en
la costa, las ponen patas para arriba o las
traspasan con una lanza cuando van flotan~
do en el agua. Las tripulaciones de las goletas de Cail'nán, al igual que las iripulaciones de
los barcos balleneros, tienen intereses igua~
les, siempre están aledas y se alegran igual– mente al enterarse de la atrapada de un buen ejemplar de torluga verde hembra, co– mo los del ballenero al anunciarse la pesca de Ulla ballena con el arpón. A pesar de que las golelas de Caimán permanecen en un
viaje siete, ocho y hasta diez semanas, muy
rararn.en±e llevan consigo carne, de acuerdo
Con su propia habilidad para la pesca, y de la abundancia de peces en las aguas de la
región, sin rClencionar siquiera la forfuga de
la cual sacan grandes rodajas, de un lado
semejantes a carne de vaca, y de oiro lado
corno carne de ternera; de modo que con las
palas, la parie próxima a la concha supe–
rior para hacer sopa, unos cuantos plátanos,.
y harina para lo que llaman "bizcochos de
.Juani..to", viven bien y a bajísimo casio.
El precio de una tortuga verde, compra– da a los nativos, es ocho yardas de Osnaburg¡ para ellos eso equivale a 2 dólares; la cual se venderá en Trujillo en 6 dólares al conta– do. En Belize la carne Se vende en el mer–
cado, dos libras por dos reales, siendo una
libra en metal (plata) como 3 dólares en
efectivo, o Sea 9 dólares en esterlina, o sea
que en total la tortuga viene valiendo como 20 dólares Me es il'nposible calcular cual
sería su precio en Jamaica. La especie de
tortuga gigante denominada "loggerhead"
* Caley.
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