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BAJO AMBOS SISTElIIAS (22)
P10l1. Illgl e¡;;() Total Dls Ingl eso Total Dls.
Año Mili Lib,os Mili Dls. pOl Ton. 111i11 Dls. pOi Ton
1963 1120 873 171
1970 1785 1214 149 1277 157
1U7:'; 1.78ti 1315 181 1287 159 1980 1785 1416 174 1343 165
1985 1785 1432 176 1452 180
La tributación vigente fue esiablecida en Ley 11.828 del año 1955, que fijó un impuesto base de 50 por ciento y un adicional de 25 por ciento, que decrece con los aumentos de producción. Leyes posteriores agregaron dos recargos del 8 y del 5 por ciento, cuya apli–
caci6n ha sido motivo ele opiniones encon–
iradas debido al hecho de habel iniroducido una al±eración básica en las condiciones del nuevo 1rato. El cuadro anteriol' supone que las Compañías están dispuestas a invertir y aumentar sustancialInente su producción aún cuando se mantenga la lIibutación aclual. Suposición falsa por completo, puesto que
en todas las negociaciones anteriores a la que ahora estudiamos, la derogaci6n de los
recargos fue condición fundamental de parte de las Compañías: en otras palabras, la el<– pansión de la producción con el régimen tri– butario vigenle no es posible.
En cambio, con el nuevo régimen el aumento de producción es posible y muy grande, y, al mismo tiempo, el país recibe igualo más que en el régimen anterior (23).
Ven2ajas ¡>ara las En'l'<esas
El apartado anterior nos introduce en las ventajas que las Empresas recibirán de los
Acuerdos. Todos C0110CelUOS la nlUY buena
acogida que las Compañías norieamericanas producloras de cobre en Chile dieron al nue– vo proyecto. El Presidente Frei destaca en su discurso que "durante el curso de las ne– gociaciones hemos encontrado en las Empre– sas una voluntad determinada de colabora– ción con este Gobierno en el más al'nplio cmnplimiento del propósito". (Se está refi– riendo, cOllcletamente, a la asociación) (24}.
Las Compañías norfeamericanas piensan que
el estar asociados con el Estado proporciona una estabilidad cuyo beneficio es grande aunque no Se mida en cifras: para ellas, ade–
ITlás, como pala toda empresa., el criterio
fundamental está en las utilidades, que se– rán mayores bajo los nuevos acuerdos, y no en el hecho de poseer el 100 por ciento de las acciones (25/. Resulta interesante no-
(22) lbid. p. 7
(23) lbid. P 8
(24) Eduardo Flei op. cit, p. '1
(25) Opiuióll J.epetida valias veces por los representantes
de An!iconda . Mining Impay en \Vashington O e en CQH–
velsaClOnes Pl"lvadas con u!1 funcionalÍo del Depm tamento de
Estado de los Estados Umdos Entlcvista. pelsonal lUía con
Tlibut Vi~ente
Tributación y 11tH lici. pación segím acueldos.
12
tar, además, que el Gobierno de los Estados Unidos deseaba, hace !iempo, una solución como la formulada en los nuevos acuerdos para evitar las tensiones y dificul:tades Polí: ticas provenientes de la si:tuación an±e~ior
(26) .
A lo dicho sobre los impuestos, habríl'l que añadir que los convenios obligan al Go– bierno chileno a fuertes inversiones. 3.5 mi–
llones de El<ó:lica y 80 millones en El Tenien_ ±e en 10l'lna de capital-acciones. Lo cual es liberar a las Compañías de fal esfuerzo finan. ciero. Dichas sumas representan el 1.1 y el 8.5 por ciento de la utilidad tributable de Exóiica y de El Teniente, respec:livamente.
Pero, como nota el Ingeniero Sáez, "la razón básica es la necesidad de estabilizar las condiciones en que se realiza el negocio por el periodo necesario para dar los resul_ tados previstos al iniciarlo. Las inversiones son muy grandes y su plena eficacia requie_ re plazos largos. Esta eslabilidad tiene va–
rios aspeclos: uno de ellos es la tributación: el convenio de esla estabilidad" \27).
n,,,,,emo en divisas
Todo el programa del cobre propuesto por el Gobierno chileno representa un extra– ordinario aumenio de divisas para el país. El aumento calculado para 1970 o 1971 a más tardar, es de 237.2 millones de dólares. Para valorar tal cifra conviene tener presen– le que los ingresos totales de divisas del país calculados para 1965 eran de 500 millones de dólares. Es decir, los nuevos programas del cobre aumenlarán las divisas del país en un 475 por cienio 128).
Así, el extraordinario desarrollo de la in– duslria del cobre será la gran palanca que uiilizará. el Gobierno chileno para salir del
círculo vicioso en que se eslanca la economía
de todo el país subdesarrollado". Ojalá -di– ce el ingeniero Raúl Sáez- aumenio tan substancial de los recursOS fiscales se pueda destinar en aUa proporción a la capi:taliza" ción y a la producción de bienes de exporla– ción precisamenfe para hacer a Chile menoS dependíenie de sus acfividades del cobre. El esfuerzo al cual hoy se invita al país para llevar adelante este progl ama no tendría seniido si no se entiende como la prepara– ción básica para poder diversificar nuesrra
economía una vez que logrerrtos vencer los
ef.ltrangulamientos que ahora nos limitan"
(29).
LaG ill:v~l'sioJ.lCS y su linaneianlienio
Las cifras de las inversiones de los nue– vos convenios Son claras y bastante precisas.
dicho funcionrllio
1
lelacionado con los a~untos chilenos, el dia
24 ele Noviemble de 1965
(26) lbid
(27) RalÍl Sáenz. op cit., p U
(28) lbid p. 13 (29) lbid p 13.
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