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« Previous Page Table of Contents Next Page »podemos afianzar este concepto con este otro de Don Adolfo Zúñiga, quien escribió "no carecerrtos de horrtbres competentes para re– dadar un despacho diplomático, una rrtemo– ria, un folleto político; pero cuando se trata de forrrtar el trazo de un camino, levantar un puente, de hacer una rueda hidraúlica, nuestra nulidad es absoluta.
Si antes la Universidad colonial no con– tribuía al progreso de las nacionalidades en forrrtación, a afianzar los valores cuHurales
de nuestros países, a hacer del rrtestizaje una
enseña madura, menos podría contribuir
después a crear una conciencia nacional, un
sentido histórico y una definición cultural, una universidad burocrática y apartada de sí misma, no definida por su todo sino por sus partes componentes.
Sólo la reforrrta pudo rehacer el destino universitario en Centroamérica y de ello pa– samos a hablar enseguida.
11. REFORMA UNIVERSITARIA Y AUTONOMIA:
El siglo XX trae consigo una nueva in– quietud, centrada en la conciencia de una universidad a la que es necesario sacar de su parálisis. La Universidad pragmática de que hablábamos perrrtanece como la Univer– sidad colonial, de espaldas a la historia, y contra ella.
Un primer grito se escucha en Córdoba en 1918, planteándose por primera vez la necesidad de una reforrrta substancial, refor– ma que no podría ser conseguida luego sino con la Autonomía, que es su propia garantía.
De esta suerte, podemos considerar que la autonomía pertenece a la más íntima fi– bra universitaria y que no puede explicarse una labor académica sin absoluta libertad; "Libertad para pensar, para aprender, para enseñar" ha dicho el Dr. Febles Cordero.
El concepto de autonomía está también ligado al concepto de humanismo, pues sólo dentro de una universidad sin compromisos puede darse un hombre entermnente autén– tico, vinculado a su tiempo y sensible a las preocupaciones fundamentales de la socie– dad.
Estas dos premisas, humanismo y liber– tad, fueron combinados por el Dr. Mariano Fiallos Gil para construir la filosofía que asu– mió a la reforrrta universitaria en Nicaragua desde 1957.
De acuerdo con el panorama general en América, la Universidad CentroBlTIericana perrrtanece esiática. En lo administrativo, es un Ministerio público más, con la interven– ción directa del gobierno que controla los nombramientos de administradores y profe– sores poniéndola al rifmo de las intrigas buro– cráticas, los presupuestos son reducidos y hay casos en que al no existir programas en que utilizarse estos dineros son devueltos al esta– do o mal empleados. En lo académico, poco puede pedirse también: sin laboratorios, ni bibliotecas, ni equipos; enseñando las mis– mas carreras tradicionales, Medicina, Dere– cho, Farrrtacia, sus cuadros de profesores, de dedicación incidental no responden a los fi– nes integrales de la enseñanza; la asistencia de los estudiantes a las clases no tienen nin– gún registro, los textos que se USan son anti– cuados y la desarticulación académica con-
dena a la Universidad a reVlVU cada día un pasado sin contenido, una iradición académi–
ca negativa.
Surge entonces la Auronornía universi– taria corno la medida precisa para apartar una causa lTIUY importante de estos lTIales; la pertenencia de la universidad al estado. La lTIayoría de los gobiernos no tienen progra– mas definidos de educación básica, mucho
menos de educación universitaria. La aufo~
nOlTIía irata de rescarar a la Universidad y con su independencia, darle un sentido, im– prilTIirle una filosofía.
Luis Alberto Sánchez, dice refiriéndose a la AuiononlÍa: "La Universidad colonial fue, práciicamente autónoma del poder político. Fundada dentro de los límites propios de la de Salamanca, la única iaxativa qu.e, por ejelTIplo, esrableció la Real Cédula de Valla– dolid de 12 de mayo de 1551, referente a la Universidad de Lima, fue que sus graduados deberían pagar impuestos: no estaban exen– tos de ellos como los de la Vieja Casa de Es– tudios de España.
Más tarde Lima recibió también la pre– rrogativa salmantina".
Como puede verse, la universidad BlTIe– ricana es autónoma por tradición. La Uni– versidad europea obedecía a dos tipos: una, la salmantina y boloñesa, de carácter autó– nomo, daba participación a sus estudiantes en el gobierno y se regía con espíritu de in– dependencia; la otra, como la de París, obe–
decía a sis..l:ernas más rígidos; a esia clase
perienece también la universidad sajona que Se trasplantó luego a Norteamérica y fue de carácfer privado.
Luis Alberto Sánchez agrega: "No existe pues, en la demanda por la autonomía uni– versitaria, atropello a tradición alguna, sino,
al confrario ratificación de una tradición".
Sólo las ideas republicanas que vinie–
ron a CODInOVer la colollia, y que comenzaban
a asegurarse en el espíritu de los estudiantes, pudieron hacer que el irrtperio español can– celara la autonomía, como una medida de– fensiva. Esta ilTIagen se l"epire luego mU– chas veces en el espejo de la historia, Y "a lo largo de nuestra vida republicana, el pro– blema de la autonomía universitaria tuvo al·
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