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res; - el iollos de Belice, ealibes e IHspanos,
que estaban sentados en varios 1'1.u1108 en
pequeños grupos, reposando franquilamente
y en 11na calma lan g¡"ande que el nlenor lTIO–
vimiento hablÍa eslado fuera de lUf.Jar. 11.1–
gunos estaban fumanrlo sns pipa~J, 111ienlras
oiros donnitahan en han1acas, en posic:ión
adecuada para dish utar de la brisa del n,ar. Al pasar al lado de las Jlluchas chozas que
la gente había levantado pRra dormir, non
enconir;~rnos con valiaB ll1ujeles Criollas de
Belice, esposas de los (;orladOl'es de cC(oba,
10das COIl sus ves±idos ]jmpios, aJegJ-es pa~
fIualos en sus cabezas, que fornl.aban un 9ru–
po lTIUY Blneno, y al misl"oQ tierllpo prestaba
un lo que de humanidad a la rnultitud de trabajadores.
Al día siguiente, Lunes, lodo mundo rea.–
nudó SUB labores, algunos eDitando y eITl–
parejando, otro:;; hacienc1n lodar, con \lna es– pecie de palanca, los grandes irancos ya lis–
iar. para ser pueslos a b(n do, oh~os se habían
aden1rado en el bosque para cortar más ár–
boles, y paJ-a abl ir paso pan'l Gac<:.1rlo~~ de a1Jí
Era algo inieresanie observar a cada nno rea–
lizando su trabajo, bajo el sol, la piel ¡xi– llándoles corno el ébano, y COlno sl,dan bas– tanle, el sol no los que1na: todos pueden
aguantar sol sin la lncuor íl1.o!esJja., la h1.so–
laci6n no se conoce en:lre ellosi es igual con los Mosquitos; a yeces los J tO visJo quiiarse la
camisa en 1..1n día bochornoso y nqfocante, y
B1Tlarrárselas en la cabf~za, cluedalldo la piel expuesta a los -(El. yo~; elel f.íol¡ m.ienlrns cfc!.e el
homb\-e blanco no puede daja'\: ni SUB lnRzos expnes.tos al so] por di.ez 111iilUto3 cin e~po
nerne a una queu1acla.
Los ílispanos y Ladinos cnran la jnsola
ción de la siguiente n1anela: Tornau un va~~o
bocón y lo llenan hasla la rniiat1 de aguu,
sellándolo con nn lrozo de C?l]i.CO de ITlodo
que aunque le den vuel1a el agua llO se sa!– ga. Lo d.ejan en el sel'epo lada la noche, en una posición lal, qua quede expueslo a los
rayos del sol hasta el lnediodl.a del día. si–
guiente; entonces se le aplica a la cabeza elel
paciente, con la boca para abajo, y De n'lue– ve suavenlcn±e hasta que se enr.uenira el sj–
i io en que 1 e ha darlo el sol, 10 Gua 1 se con"l.– prueba cuando se va J::mrbl1jeando el B[JLU:.1;
y es extrarlo, pero el paclenle se )nejora a
los pocos roinuios. E810
lTIC lo dijo un co–
merciante Inglés de Truj illo, y fué confirma– do por olros, de n,odo que queda poca eluda de su veracidad.
Entre Deep Hiver y Belice ha y una ca–
clena irregular de cayos, entre los cuale5 y la :tierra fir.rne navegalnos¡ dejando an1plio es– pacio para qne pncl,sl an pasar n\uc:lta!3 01n.'18
en'lbarcac:iones en valia.s clirecci.ones. Pasa~
lnos la alelea Cmibe de SJann C1eek, corno a
25 miJJas de Be1ice, y v.hnos con mucha snr~
presa el gran ntuneró de viviendas, entre las cuales habla hasta una iglenia, y oiras cosas
de que daban mueshas de su próspera condi-
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y nrdenanzas contra ello, y aunque pusie– ran un cordón de tropas para bloquear las fronteras, lo cual es imposible bajo Ins con–
diciones presentes, sin iomal# en cuenia las
dHicuUades que presenta la topografía, el
c:on.trabando aún continuará.
Aunque la faHa de buenos puertos en Black River es una barrera para el comercio, esta dificultad se podría solucionar de la si– guiente n"mnera: Estableciendo un almacén o depósito en un lugar adecuado en el extre– mo occidental de Roatán¡ y, lan pronto como se recibieran los producios procedentes del
inJerior, enviarlos en botes de vela al alma–
cén, de allí podrían ser enviados a Inglate–
Ira direc.tamente, o a Belice, para de Belice
ser enviados a Inglaterra, evilando de esta
manera la necesidad de mandar embarcacio–
nes para el envío de los producios direcia– mente de Black River, excepto en las épocas cuando es imposible hacerlo debido al mal tiempo.
Trujillo, en manos de cualquiera olro
poder que no fuera el que lo controla ahora, llegaría a ser un lugar de considerable in,– poriancia, su espléndida bahía se manten– d.ía repleta de embarcaciones, donde ahOla
se ven pocas, y el comercio florecería en vez
de conlinuar en la decadencia en que se en–
cuentra actualmente. Varias pelsonas en
Trujillo me informaron, que si los Ingleses se establecían definitivamente en Black Ri– ver, ellos también se establecerían allí; enlre
ellos eq±aban dos propietarios de negocios,.
CO"l experiencia en el comercio con el inte
rior, que parecían darse cuenla exacla de la ventajosa situación de Black Rivel' para el
c01.nercio.
, Después de permanecer por ),ln tiempo en.Trujillo, y al no encontrar erribarcación rumbo a Inglaterra, decidí seguir a Belice. Afoltunadamente la goleta "Rosella", de Re– lice; llegó con su propietario a bordo. Es!a
embarcación viaja conslantelnente eu±re los
dos puedos (Trujillo y Delice), deteniéndose también en el viejo cayo de Coxon; el pasaje ela de 15 dólares. El propietario del Rosella, el Sr. W "al enterarse de mi intención, y de la intención de mis compañeros de ir a Belice, nos ofreció pasaje gratis si íban,os
haSTa cerca de Deep River, para pasar vien–
do sus corles de caoba. Al llegar al Ernbar– cadera, nos abrirnos paso entre los troncos que ya estaban listos para ser puestos a bor– do, O que acaban de ser codados, rnuchos de ellos estaban casi completamente deslruldos
por los gusanos, y vimos con salpresa los da–
ños que tan diminutos animalitos habían
causado; al examinar la parte exterior pare–
cía que solo teína un monlón de pequeii.os huequifos en el interior, pero al ablirla, se encontraban grBl1des cavidades y huecos,
que casi arruinaban los froncos más grandes,
gue eran los más útiles, dejando los peque– nos que no son tan útiles.
El Domingo tuvimos la oprtunidad
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