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« Previous Page Table of Contents Next Page »Clan. Su situación cerca de Belice es un fac– tor de importancia que favorece a los Cari– bes, porque alli encuentran mercado para sus productos, y pueden obtener los ariícu– los que necesitan a un precio mucho :más ra– zonable que al que los pueden obtener sus a:migos de Trujillo, etc.
1.1ega:mos a Belice por la noche, y a la mañana siguiente pudi:mos ver toda la aldea desde la cubierta de la goleta. La casa del Superintendente y el Palacio de Justicia que– daban :muy visibles, y en conjunto, la vista era :muy bonita, con el sol brillando sobre los tejados de las casas. Había varias embar–
caciones ancladas, en su mayoría para car–
gar caoba, pequeñas goletas, y el H. M. S. Electra, que tenía :muy buena apariencia, a juzgar por lo bien dispuesto de sus mástiles y lo tieso de su aparejo.
Belize (o BeliGe I loma su nomb, e de un viejo bucanero Inglés de apellido Wallis, y
bien se puede considerar corno terreno In–
glés pues está construído sobre astillas de caoba, y la :mayoría de los barcos que paran allí, lo hacen para cargar palo de Campe– che, caoba, etc. La región es pantanosa, de modo que no hay que :maravillarse de que sea :muy :malsano y que abunden las Hebres. Si no fuera por la brisa del :mar, este lugar sería inhabitable. Muchas fa:milias tienen casas en los cayos, como a 10 ó 15 :millas de dislancia, que sol' el Cayo de San Jorge, el Cayo Inglés, (en el cual hay un farol, etc.
Los Criollos de Belice como se les llama, son negros nacidos en Belice de una raza muy buena. Los hmubres son fuertes y atlé– fícos, y se dedican a cortar caoba, estando considerados iguales a los Caribes en ese res– pecto, según tengo entendido. Los soldados del 2' reginlÍenlo W. 1., estacionados en Beli–
ce, Son en su mayoría Africanos, tomados por
los Ingleses de los Españoles que hacen el tráfico de negros para venderlos corno escla– vos, y se conducen de una manera muy loa– ble. Era costumb,e de los comerciantes de Belice, tomar a los Africanos capturados y guardarlos COITIO aprendices dos o tres años
dándoles casa, vestido y sustento, después de
lo cual quedaban libres. Hoy día, según ten– go entendido, los comerciantes se niegan a lomar ,uás, porque ya tienen demasiados. Si se pudieran conseguir algunos, y ser envia– dos a Black River, sería bueno, pOlque no solo trabajarían bien, sinO que si a: cada uno de ellos Se le diera una parcela de tierra; en pocos meses cultivarían más granos para la fabricación de pan de lo que ellos necesitan para su propio consumo, y se convertirían en buenos agricultores, a un bajo casio.
A menudo he conversado con los Afri– canos, y a pesar de que su orgullo es absur– do, y los intentos que hacen para dar prue– bas de que son grandes hombres son ridícu– los, nunca se olvidan de mencionar con sentimiento de gratitud a los Ingleses que los libraron de la esclavitud, y que les dieron
vestido y sustento. Uno de ellos me dijo, que al ser tomados de manos de los Españo_ les por los Ingleses, pensó que sus nuevos dueños lo querían para engordarlo y des– pués matarlo. Al desembarcar en Belice pronto perdió esa idea. Sucedió que hubo un duelo, y uno de los combatientes fué he– rido de gravedad, y al ser llevado a su lecho de muerte, los pobres Africanos no pudieron menos que pensar que los Ingleses eran en
verdad una gente sumamente rara, que pri–
mero ponían sus vidas en peligro para res– calarlos de la esclavitud, y luego se dispara_ ban unos contra otros.
La comunicación entre Inglaterra y Black River, vía Belice, en la actualidad no funciona, y :mieniras no se hagan arreglos para relUediar la situación, los colonizado_
res se encontrarán con que sus carias lardan
lUucho para llegarles de Belice. De Belice las carias son enviadas a Trujillo, y de Tru– jillo a Black River. Yo tuistuo he sabido de
casos en que las carjas se quedan tres, cua–
tro y hasta cinco semanas en Black River, obstruyendo de esia lUanera la circulación. Esto se puede rem.ediar a muy bajo costo. Por doce dólares lUensuales Se puede con– tratar a un Caribe digno de confianza para que viaje de Black River a Belice y de regre– so a lo largo de la costa, cada 16 ó 18 dias, según se convenga, y así se evitarían todas las demoras
Pocos días después de mi llegada a Beli– ce sufrí de un ataque de fiebre, y durante algunos días estuve sufriendo terriblemente, pero pronto tue curé debido al tratamiento activo que me dió el buen docior (tui toca– yo 1, que fuá llatuado para atendertue, con la ayuda de la enfertuera Criolla lilUpia, bien vestida y atenta.
Belice tuuchas veces se ve atacado de fie– bres perniciosas, que no existen en la Costa Mosquita. Cuando hay un brote de cual– quier enEerlUedad tualigna en Belice, los hotubres Mosquitos, que se encuentran en Belice en ese tuOlUento trabajando como ca– zadores, pescadores o tuozos, intuediatamen– te abandonan el irabajo y etuprenden el re– greso a sus casas, donde saben que no les alacará la enfertuedad.
En el puerto estaba un bergantín Nor– teamericano con destino a Nueva York lla– mado el "Florida Blanca", en él tomé mi pasaje, y a los quince días de navegar llega– tuOS a esa noble ciudad; lo único que ocurrió durante la travesía fué un fuerte veutarrón de 48 horas, a la al±ura de Cabo Ha±±eras, el cual nos obligó a refugiarnos; y por un mo– ,uenlo durante el curso de la tortuenta, se vieron como 12 Ó 14 bolas de fuego palidu– cho hacer blanco sobre varios puntos del apa– rejo. Después de pertuanecer unos cuantos días en Nueva York, .tomé pasaje a bordo del trasatlántico "Roscius", y a los 22 ¿iaés llegatuos a 1.iverpool, y pronto tue encon~r
en cotupañía de mi familia.
FI N
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