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« Previous Page Table of Contents Next Page »bailan bien, por lo menos a su modo, y me he quedado atónito al contemplar sus con– torsiones Es muy raro que un Mosqui1o bai– le. En sus "sekroes" (festividades nalivas),
se limilan a desfilar con paso majestuoso en un semicírculo, uno iras orro, cantando en
voz alta y rudamenle. En la Navidad, sin
embargo, se alegral' de una manera l'nuy es–
pecial, danzando, iocando los tambores y
cantanclo de una manera admirable dentro de su propio estilo. Algunos de ellos pueden dar el redoble de :tambores igual que un lam– borilero Inglés, habiendo aprendido a ha–
cerlo en Belice; y siendo que les gusia, se ha
vuelto costumbre general en toda la Costa.
En las reuniones nocturnas, los Sarrtbos invariablemenie no se mezclan, sino que se
limilan a conlelTlplar a los bailarines con
prudencia y a escuchar con aparente deleite a los tambolileros, emiiiendo sonidos de aprobación ocasionalmente, lo cual conven–
ce a los observadores del interés que imnan
en las presen!aciones; si no Luera por eso,
cualquiera diría que todo lo ven con indife–
rencia, porque sus rostros no reflejan ningu–
na emoción. En una ocasión los Mosqnitos, sin cosa alguna que les llamara la atención, mantuvieron U11a gran seriedad pOI un gran
rafo, hasta que finahnente un Caribe dió un
pilazo con una caña, y exclamó: "Coosu", con
lo cual quería decir que el sonido era como el aullido del ,. curassow", el resultado
fué un esfallido de carcajadas unánime; al
l'epetir la palabra, Se escuchó abo grito, más
fuerte y más prolongado qne el pl"hnero; se
desataron las lenguas, y dural,te unos mo–
inenlos se produjo algo corno Babel, I:spaJlol, Inglés, MosquHo, Caribe, Poyer. y Wankee, en
una sola jerigonza, que solo cesó al co:m.e:n– zar de nuevo los tamborileros.
Teniendo negocios pendien1es en Truji– Ho, me dirigí allá en un "doTe~¡", hipn~ado
por Sambas. Nos hicim;os a la mar con una blisa favorable, pasando rápidamente por la bella playa, que parecía ser un solo conjun· to de verde. Cuando hubimos dejado atrás
a Sel"eboyer, el vien10 se nos hizo a popa, y
por lo ianto corrimos viento en popa., pero cnando ya hab1.an10S pasado ele Lymas, corno a 15 nTillas de la Gosfa, se produjo una repen– iina calma, el "dorey" se ladeó hacia el bar
lovento y empezó a llenarse rápidan-lente, de
modo que en dos O 1res segundos iodos cle–
birnos habelnos encol11..endaclo a Dios I-Ia–
bíalTIOS perdido toda esperanza, cuando una violel,la ráfaga de vienio sopló nll€sÍras ve–
las y nos enderezó. Toda esfa escena no du
ró rnhs de un cua,..to ele minuto. Un poqui.fo
de agua nos hahría echado a pique porque
en la fOlrC1a que )a embarcación estaba esfi–
bada, se habría hundido COlno una piedra. Achicarnos el agua, con un sentin"liento de gratitud por habernos "alvado Mi compañe· ro se encontraba enfermo en el momento de nuestro percance, y ahora yacía sobre un montón de zarzaparrilla, estaba completa-
más afprtunados pero más débiles compañe– ros. Es algo sorprendenle que no importa lo elTIbriagados que hayan estado la noche
anlerior, a la mañana siguienie parecen co– rno si nada hubiera sucedido. He visto a un
hon1bre, capitán enfre ellos, ingerir, durante
el curso del día, por lo menOS tres pinlas de
behida espiliíosa fuerle, sin manifestar]a me– nor señal de intoxicación.
Unas poca::; nlÍllas al Este de LiUle Rock, está situado English Town. Este sitio ante–
liolmen1.e estuvo ocupado por los Ingleses,
de quienes obtuvo su nOl:nbre. Al llegar los
Caribes a sus co::3Jas, se aprovecharon de lo
que había quedado, y ahora una próspera al–
dea se yergue por entre las ruinas Me agra–
ció "lUcho su siluadón y las huellas que des– cubrí de la esladía del hombre blanco en esa
legión; a saber, los nUlTIerOSOS árboles de
frutas frescas y aron1.áli cas, tan necesarias en
los clünas cálidos, lales corno el mango, gua– nábanas, limas, eic
Desde aquí hacia el Occidenie, casi has–
ia llegar a las :montañas "que tocan las nu–
bes" de Trujillo, el tet'reno es rnonlañoso, y
con las dispersas aldeas Caribes a intervalos
irregulm'es ea algo agradable. En dirección
al oriente se encuen1ran cuairo aldeas. Sere–
boyer, Punta "Zachary Lyon", Río "Zachary Lyon", y "Cape TIiver", iodos con muchos ha– bitantes y viviendas. En Sereboyer hay una pequefm ensenada, en la que pueden nave–
riar las e"!11.barcaciones baslante protegidas de
la brisa del mar y de los vienlos del Nor-Es±e,
y duranie esus vien Los pueden desen1.barcar
(~tú:: carqas con facilidad. Los ríos "Zachar y.
Lyon" y "Cape" son corrientes de poca im.– portencia; en la época seGa sus Clesemboca·
duras Se ven obstruídas por la arena y en la época lluviosa, el Ílnpeiu de la corriente hace
canales.
Las diversiones noctulnas ele esa gente, en
época de irabajo en For± Wellington, son
la danza y el canto. Se reunen con sus an–
torchas de pino de tea, y pasan tinas horas en 1 uidosa algarabía, un barril de halÍna va.
do, con 11n ex:l.remo cuhierfo bjen ajusfado
con piel de venado, y clavado con estaqui–
llas, BirvE-) de tambor bajo; el liplisonan!e se
hace cle un trozo de barnbú, como de dos pies y (, pulqadas de largo, cubierto de una
rnanera shL\ila'C; eslos se iocan con las pal.,
lnas de las manos, y el resultado es una ntú–
slca extraordinaria, siendo resaltada su ra–
reza, cuando va acompañada de algún tipo
saleroso que toca con dos holillos sobre una
cc'ja o caldera vacía. Al poco raio de empe–
zarse la luúsicét, hace su aparición 11n baila–
lÍn, quien después de retol"Cer el cuerpo en
todas las tormas posibles, dando saltos brus–
cos, avanza y refrocede afecladarnente, y des–
pués de doblarse de un lado hasta casi caer
~J suelo ,lira coces con gran energía, y por uJiimo gira, hace una reverencia y se retira;
otro 10 repone: y así continúa hasta que lo
dos están agoiados. Algunos de los Caribes
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