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cíal estaba ausente. Nos lnirarOll COll Ul1 BSOU\'

bro callado, las mujeres se limitaron a mirar durante pocos minuios a esJos ltOlnbres blan– coS, de quienes quizás habían oído hablar mucho, para luego reanudar su machaqueo,

cocÍlnien:lo y ba:timienio. El "oulung" es

una bebida que no Se puede desdeñar en un día cálido, por aquellos a quienes no les cho– ca un sabor bastante ácido. Después de la

segunda vez que lo saborié, lo buscaba con

deleite. El pan que fabrican también es agrio pero hasta eso me gustaba. Lstá hecho de cazabe machacado en forma de un rollo que mide de 15 a 16 pulgadas de largo, y

del grueso más o

ITlel1.OS de la muñeca de

un hornbre. Está envuelio en varias napas de hojas, y se calienta despacio hasta que es– tá bien tosiado; cuando se come fresco (aca, bada de hacer) es muy sabroso, adquiriendo el sabor agrio al ser guardado El iecho de paja de la casa está muy bien hecho con ho–

jas de "cola de golondl ina", hasia los 4 pies

del suelo, de lnodo que la lluvia, por violen– ia que sea, no los molesta, Son JanlOsas por su nitidez.

El punto fué muy bien escogido, y a unaS pocas yardas de la casa, bajando por un ca– mino inclinado, estaba una fuente de agua,

que rOlmaba ntllchas caiaralas en su curso,

saltando sobre las grandes piedras que abun–

daban. Aquí, mientras pennanecíamos sen–

tados, nuestros oídos absorbían el suave mur· mullo del agua, y conlemplamos con IJran

safisracci6n las verdes colinas, el -deo pJuma–

je de los pájaros que pasaban, y escuchan-lOs

a les parlanchines ITlOllOS que 11 enaban el

bosque con sus chillidos Pude ver alre– dedor de la casa muchas aves de corral, unos

cuantos patos, pavos, y cerdos, y se puede obtener buena caza haciendo Ull poco de es~

fuerzo, El pecarí, que habita los sitios €lIlas y secos, a menudo cae aquí bajo la desire– za y asiucia superiores del hombre. "Los Wa– ¡ries" (aira especie de animal como el peca–

rí) no se pueden conseguir en las nlontañas

Poyer, de modo que los Indios a veces fienen que fonnar un grupo, y bajar a uno de los

caminos de cacella en el Black River, o a ofros siiios que es sabido que suelen frecuen–

faro Pocos iienen rifles; simplemente se aro

man con lanza y con arcos y flechas, y rara.. menie regresan sIn su buen abastecimiento

de carne asada.

Después de saborear un par de aves, un

poco de cazabe y plátanos, cocoa, y jugo de caña cocido preparado para nosotros por esa amable gente, nos dispusimos a reposar.

Temprano en la mañana, mientras me en–

Contraba en xni hamaca, una India tímida– mente me locó, diciendo "Inglis", y al mis– mo tiempo obsequiándome un pan caliente, bIen envuelto en hojas frescas; oha al mo– ;ytento llegó hacia mí con un recipiente de

oulung", y así continuó hasta que tenía co– rno ires o cuairo recipientes de "oulung", y

cuafro panes grandes. A mi vez, yo les hice

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presenle de un pOCJo de labaCJo, a1g unélS élgU– jas y sal, y le dí una navaja a la esposa del ohcial Poco después fuí agradablemenle

sorprendido al ver que regresaban los hOIn–

bres de las plantaciones, cargados de caüa

de azúcar, plálanos, cacao, elc., que noso– Ü'os muy salisÍecllos aceptamos a cambio de

1.l.i.10S cuantos ganchos, agujas, etc.

Al preguniarles, me enteré de que había oha aldea con"la a las 15 rnillas, a juzgar por la velocidad con que viajan en una hora, y

en dirección a la región Española. Antes de

nuestra partida, varios Indios l1ega}·on de la

aldea vecina, habiendo sido avisados de

nueslra llegada, porlanda 2.Blzaparrilla para

cambial.~la por "Osnaburg"; pero como no te~

UíalTIOS eso, ni ninguna oira clase de tela, se

v~cron obligados a regresar con 811 carga.

Según lo que pude obsell1a\', puedo de–

cir sin l:enlor a equivocarme que el terreno tlue rodea las coljnas Poyer es bien fértil, y

el clima saludable en exceso. Hay pocos mosquiios. Hay varios plantíos de plátano en las cercanías del Río Polyer, algunas ue las cuales aún no han sido descubiertas por los Sambas, de las cuale" los Indios obtienen

grandes beneficios. Plantain River abunda en plantaciones silvesires, al igual que los

ft10n PoJyer y Black abunc.lan en bananos.

Después de pennanecer un tiempo con los lndios, hicilTlOS lo mejor que pudin1.os pa~

)'a bajar por el río. Nosotros sabíamos que

ascender una con:ien1e rápida era cosa difí–

ciJ

r

pero descenderla era peligroso; el lTtayor

cuidado se necesilaba para evi.l:ar las proiu– bE:ranciqs, y para pasar las cascadas en un

bote estrecho. El recorrido de la colonia de For! WelJington al Errlba\'cadero, conira la

corriente, le lleva 11'03 días y m.edio a un pi–

panIe con una tripulación de seis hornbres, pe) o elel I:nlbarcadero, siguiendo el curso de

la coniente, a For! Wel1ingJ'on, tarda corno

dí.a y n"ledio solamente

Las bandadas de chocoyos verdes y "co–

las anlarillas", en Black River, no se pueden

ponderar; bandada iras bandada pasando

sobre nueshas cabezas, y posándose a la

puesta del sol en algún árbol grande de es–

parcidas ramas; en. verdad, en una ocasión,

.ta) fué el número que se insialó en un árbol

en la parte iraSel& de nues1ro campamento, que una gran rama se quebró, y el ruido que

siguió fué algo que causaba risa, ±al alboro– io, gLÍtos y alaridos, yo nunca anies había

o'.do en lTl.l vida, l' sin duda que perecieron m.uchos; no los íuimos a recoger, porque no teníamos ningún deseo de saborear un plato

de loras duras y huesudos "colas axnarillas".

SIn enlbargo son .muy apreciadas por los na– livos. Por la mañana, muy a nuesiro enfa– do, mienilas veíamos como bandaaa tras handada ernprendían el vuelo, vimos a va–

rios "quahnos" que habían pasado la noche en el rllis1\ tO árbol, pe> o qne ya estaban lejos elel alcanze de nuestros disparos cuando nos dispusimos a dispararles. Los pericos siem-

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