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que la castidad no sea una viriud entre ellos. La poligamia es común siendo el rey el que pone el ejemplo por el número de sus espo–

sar3 f pareciendo ser de la miSn'1R upinión

de 'Lancelo±, JlAh, quince esposas es nada", Las esposas más recientes y jóvenes son sienl–

pl"e inferiores a la priITlera

Hace algunos años la viruela acabó con

:muchos, pero ú1±imarrten±e han escapado de

su visita. Parece que ésta región estuvo en

un iiempo densalTIente poblada, y iué debi· do a esia terrible enfermedad, y no a las gue–

rras in±ernas

r

que se atribuye la reducción

en población La desirucción de la viruela entre los Indios en lTIuchas partes del globo,

eS algo notorio. Los nafivos parecen suscep– tibles a las fiebres, pero no de carácter peJi–

groSO La disenteria, diarrea, tubercu]osis, y

enfermedades inflamatorias del intestino son

rnuy frecuentes, corno es de esperarse, eonsi–

derando las cantidades de frutas y vegelales,

y las grandes cantidactes de cazabe an,argo

y "Inushla" que conSUlnen A veces hay bro–

fes de sarampión en el pueblo, viéndose casi iodos los niños cOrJ!agiados de un día para otro, y a veces con consecuencias fatales. Una

enfenTIedad de los ojos, conocida corno "un–

kri-bi-kun-" fatnbién es común, pero no pro–

duce ceguera, aunque el dolor es muy gran– de y lTIuchos sufren agudamente sin poder soportar los rayos de luz. No se sabe a que

se debe esía ceguera parcial, pero a los blan– cos no los afecta. Los nativos están sujetos

a dolmes de muela, debido al uso habitual

de la caña de azúcar, pero sus dieules son

blancos sin necesidad de hacer uso del pali– llo de dientes (1), que se da en la provincia;

los nativos, sin ernbargo, ignoran que posea

virtud alguna

Los niños sufren n1.ucho de parásitos, con

los abdómenes a veces crecidos hasta un .ta– maño enorme. Es±o debe ser el resuHado del

consumo diario de plátanos maduros, bana– nos, y airas cosas asadas, que convierten en

una especie de "mushla" que beben l' de la

ausencía o el uso insuficiente de la sal. Los

Sambas, cuando no pueden obtener la sal de

los Ingleses, hierven agua de mar, y extraen

la sal, pero obtienen muy poca, a pesar de que se .meten a mil trabajos para hacerlo. Los doclores nativos no tienen método algu–

no de curar ninguna enfermedad positiva; sus costumbres ridículas, en la H1.ayoría de

los casos, aniquilan todo el beneficio que sus

laíces y hierbas podrían producir Los Soo–

keahs (doC±ores nativos), son mirados con mucho respeto y afecto, y todo lo que orde– nan es ejecutado con la exaC±l±ud más sor– prenc;Ien±e. Yo he conocido ca.s.os, de los po–

bres 19norantes, que al aconse]arselos e] 800–

~eah, permanecen en la costa expuestos a la

ln±emperie por dos, tres y cuairo días, fro-

1 (1) El palillo de dientes es usado por los neglOS de las ISq

as de las Indias Occidentales pala blanquea! y consel val'

SUs dientes sanos

landa SllS cuerpos con sangre, absieniéndose

de alhneuios necesarios, iodo para curar al–

gún leve dolor. La ausencia de desvalidos y

lelardados ITtenlales es l1lUY asombrosa.

HU1TIbold± aiéibuye el hecho de que los habi–

Jantes de clirnas cálidos tienen el cuerpo rnás

esbelto y bien forITlado que los de regiones

templadas, a la influencia de la luz y del ca– lor

Las afecciones sifílílicas ahora prevalecen hasta cierto punto enlre los nativos. No hay

duda de que a medída que la gente Se rela–

ciona más con los colonizadores Ingleses, sus coslun..bres y nociones supersticiosas van a ir desapareciendo paulafinamente; y si la edu–

cación se exliende a las generaciones jóve–

nes, con el Hempo llegarán a ser olvidadas. El

ley y algunos de su5 jefes han hecho haB±an–

te para acabar con la influencia de los soo–

keahs, enVIando a la gen1e, en caso de en– lermedad, en busca de los Ingleses, que les harían bien; y ITluchas veces han ido a la co–

lonia en ForJ Wellington, buscando al "En– glis Seker", (Fisico Inglés), preguniando qué

ins±r l1cciones debían seguir, las cuales obe– decían in1.plícitarnen±e. Ocurrieron varios ca– sos serios, que desafiaron los conocirnien.l:os

del sookeah, y que los Ingleses pudieron cu–

rar sin mucha dificultad

Las lnujeres Sartl.bas, cuando esián jóve– nes, y anJes ele haberse sometido a los duros trabajos de la vida, son muchas veces gua· pas y bien proporcionadas. Los niños son rnuy in±eresanles, y enire más cercana la vin– culación con ]a sangre ludia, ll""lás bonito y

más claró el color de la piel; las facciones,

sin embarg-o, son más Rgradables mientras más es la vinculación con los San..bos. Rara~

rnellle Ge ven niños .feos, y desvalidos nunca;

por tanto es de ±emelse que sigan la horrible

costumbl e de deshacerse de los niños defor.. rHes al nacer; son muy reservados al hablar de esas cosas, y raramente se les puede sa~

car la verdad Yo dí trabajo a un hombre que lenía pateia (torcimiento congénito del

pié), pero nunca supe por qué aforiunada razón lo dejaron vivir.

Las nifias son iornadas como esposas a una fierna edad, a veces desposadas desde la cuna

l

en ]a siguiente manera: los padres cuidan de la niña hasta que ±iene doce o tre-– ce años, mientras el fuluro esposo hace rega-– los de telas, eoHares, caza, pesca, y otras co– sas corno pago, hasta que la reclama; y esta reclamación nunca es lahusada, o los padres

tendrian que devolver el valor de los regalos,

y quizás dos o tres veces más que su valor.

Al momento del parlo, la mujer enlra en un ranchilo preparado para ella en la parte más cahTIa del bosque, donde pennanecen dos

lunas, aparradas de la visia de iodos, excep..

ío los de la familia. Después de esto Se las

considera purificadas, y se les permite 1Ylez~

clarse con sus amistades. Mientras la mujer

eslá internada en el rancho, a nadie es per–

milido pasar por barlovento, ni siquiera al

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