This is a SEO version of RC_1965_12_N63. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »único empleado En él se hallaba, cuando una tarde oyó que tocaban a generala Al enterarse que el Presidente de la República, Don Manuel José Arce, pedía voluntarios con urgencia para defender el ~sta
do/ invudido en esos momentos por un ejército salva– doreño/ Juan Ignacio 110 esperó más salió corriendo,
dejando la tienda abandonqdo, sin cuidarse de cerrar
las puertas, y se fue a presentar al Cuartel Yo no
abandonó la canela militar hast,a su muerte, hábiendo
tomado porte en todas las campañas de Carrera En la de lo Arada mandaba una columno con el grado de Coronel, y conquistó en esa batalla los entorchodos de Brigadier Ya siendo Gene, al, fue nombrado Corre– gidor de QuezaltenclIlgo y posteliormente de la Anti– gua En esta última Ieconstruyó en su maYal porte el Palacio de los Capitones Generales Un plimo her– mano suyo, hijo del tío que le confió su tienda en Guatemala, Y que llevaba el mismo nombre de Juan Ignacio, resultó una bala pel eJido, peOl que un lobo
andante, un libera Ión, rojo de ideas y de costumbles
1 amó parte en el atentado cantta COI rera en la Ca–
tedral, cuando la conspiración de los Diéguez, estuvo
pI eso por este motivo unas cuantas semanas, salió de
la cáleel con fianza de Don Joaquín Durán, Y al poco tiempo se fue de Guatemalo para no volver Aunque el padre de este Juan Ignacio no lográ nunca que for–
mara un hogar, no por eso nos dejó sin semilla en la
perSono de Don Felipe Hernández h igoyen, padre del que fue Director de la Polida del Plesidenle Orellana Y más torde Ministro de Fomehto del General Chacán Don Daniel Hernández Figueroa
Averiguudo que Don Juan Ferrnín de Aycineno,
Caballero del Orden de Santiago Y prime, Marqués de
Aycineno¡ sí tenía sangre azul, nos queda por saber
algo de su vida Nació el 7 de Julio de 1729, yola edad de diez Y nueve años dispuso venirse a México en busco de fortuna Sus padres, ounque pobres, lo– graron reunirle una suma de cuatrocientos duros El viaje era tan COlO, que Don Juan Fermíh llegó a Méxi– co con una onza de oro por todo capital Hombre de empuje Y decidido a triunfar, no le hacia ascos a nin– guna clase de trabajos En el capítulo segundo de esta obra hemos descrHo, con palabros de Gage, cómo hizo la base de su gran fortuna Don Sebostián de Za– baletas En forma muy parecida procedió Don Juan
Fel min, sin más auxilio que unos sétecientos pesos fa–
cilitados por su hermano mayor, y con la diferencia de que Aycinena no invirtió el plOducto de sus fletes en
tiel faS sino en mercancías para traficar por su propia
cuenta Por el año de 1753 vino por la primera vez a
Guatemala con un cargamento de mercader íos, que
ha de haber realizado tan ventajosamente, que dos años después decidió radicarse en la capitol de este reino Poseía entonces un caudal de ochenta mil pe– sos, adquirido en el corto espacio de 7 años ¡Ya sólo por esta hazaña me recia el marquesado! En Guatemala puso un gran almacén, no de tapadillo co– mo los que tenlan los nobles en el interior de sus cosas, sino con puertas abiertas a la calle Sus negocios marchaban viento, en popa cuando éontrojo sus pri" meras ,?upcias cqn I,ma dama _muy qistjnRuido c!e la
sociedad guatemalteca, Doña Ana Carrillo y Gál vez descendiente del Capitán conquistador Hernán Corri: 110 Tenía esta doma un hermano algo anormal y los dos eran los Lmicos herederos de Don Bartolom,; de
Gálvez, el hombre más rico, a la sazón, del reino de
Guatemala A la muerte de Don Bortolomé le siguió muy pronto la del hermano de Doña Ana, quedando
ésta corno única heredera, de suerte que toda aquella gran fOltuna pasó a manos de Don Juan rermín Con
esto herencia, ya no hubo en Guatemala hombre más
Iieo que el futuro Marqués De este primer matri.
monio sobrevivieron dos hijos varones¡ Don Vicente y
Don José El primero heledó el Título y el segundo homble muy distinguido, fue llamado a Madrid por~
ocupdr un puesto en el Consejo de Indias Como tal
Consejero vivió en la Corte hasta sus últimos días
Don Juan F ermín conlJajo segundos nupcias con Doña Micaela Noxera y Mencos, dama de la primera noble– za de Guatemala y aún de España, pues el primer Naxera que vino aquí era hermano o sobrino del Du–
que de Nax8lo De este matrimonio quedaron Doña
Maria Bernorda, Doña María Josefa y Doña Micaela Por segunda vez enviudó Don Juan Fermín y por ter–
cera vez contrujo motrimonío, cefebrando este último
con Doña Iv\icaela Piñal y Muñoz, también de lo más granado de lu sociedad guatemalteca y con la ventaja de ser muy bello Fue ésta la primera Marquesa de
Ayc..inel1C1, y de su matrimonio con Don Juan Fermín
nació Doña María Teresa, célebre en nuestra historia
por el concepto de santa que adquirió en el Convento de Sonla Teresa y por los milagros que se le atribuye– ron, "explotados por los serviles para perjudicar a los libelOlés", según dice Don Lorenzo Montúfar Tam–
bién nociel6n de este matrimonio Don Mariono, Que
fue Jefe del Estado, Don Miguel, f1aile dominico, Don Ignacio, COI regidor casi perpetuo de Guatemala, y dos– más que murieron jóvenes, Don Juan Fermín y Don
José María
El primer Marqués de Aycinena murió el 3 de Abr il de 1796 El 11 de JUlio de ese mismo año se
cdebraron solemnísimos funerales en la iglesia de las
RR MM Capuchinos Los hijos del Marqués hieie"
ron c.onstruir una Pira tan monumental, que a última
hora, celoso el Capitán General de aquel alarde de los criollos, dictó un bando prohibiendo que los súbditos de Su Majestad honraran a sus muertos con pompas que sólo eran dignas de los príncipes, y hubo que echOl abajo la famosa Pira No por eso se dejó de celeblOr el funeral Ocupá la cátedra sagrada el Dr Don Manuel Angel de Toledo, quien pronunció una oración fúnebre muy notable De ella extr actamas el siguiente párrafo, que confil ma parte de lo que hemos dicho respecto a las larguezas de Don Juan Fermín. "La magnífíca Portada, el suntuoso Cimborrio y Pro–
cesionario, con que a costa de muchos miles adornó
la Iglesia Parroquial de Ciga, lugar de su bautismo,
etc
fI
Y en otro pórrafo hace referencia a la modestia del Marqués en estos términos /lOe este conocimiento nacía aquella ronfesÍón humífde de sus escaseces en el principio de su giro en el comercial de aquí
l Ja mo~
delación en los sucesos prósperos, etc
ti
Más explí–
cita, o más indiscreta, fue la oración fúnebre de FI ay José Mariano Vidaurre, de la que entresacamos lo que
This is a SEO version of RC_1965_12_N63. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »