This is a SEO version of RC_1965_12_N63. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »las genies, apelé a la ~oledad de mi esiancia y
púseme El pensar en aquella muy galana mu-jer ..
No sólo a pensar, sino a soñar y luego a
describir e~ un soneto el sueño que soñara:
Almas y corazones con dolor, a quienes llega n"li decir presente
(y cada cual responda lo que siente).
salud en su señor, .f.I\le es el Amor
Las esh ellas :fenían resplandor el más adarnanl.ino y más polente cuando Bdvino el Am.or súb.iiéllnellie en fonua tal que me llenó de horror
ParE:cíarne alegre Amor llevando mi. corazón y el cuerpo de mi ~mada
cubierla con un lienzo y dorroifando
La dosperló
In,
corazón, sBnglando, dió C01tto nutri.ción a mi admada Después le ví marcharse sollozando
Dante como lodo joven caballero floren– tino se dedicó naturalmente a la poesía. To– da Italia se dedicaba a ella. La poesía del
SU\~ de Francia había muerto cuando los lro–
vadores desaparecieron, huyendo hacia el
sur. Los cantos de arr)or sazonaban las po–
lémicas filosóficas en ia Universidad de Bo– lonia, y se esparcieron ·como fuego hasta Si– cilia La misma fe religiosa de la época era avivada por el canto. San Francisco de Asís,
en su propia, alegre y apasionada poesía,
como juglar del Señor, cantaba al "hermano
sol", a la. "helmana luna y hermanas estre– llas", al "hermano viento" y al "hermano
fuego·'. "Las Florecillas" de San Francisco, el "Cántico del Sol", rompen con sus dulces tonos y sus ritmos la mOnoionía del canto gregoriano
El más importante artista de la ép,?ca era Guido Guinicelli, de Bolonia, a qlllen Dante alabó más tarde. Guido había aisla– do el soneto, separándolo de la "canzone", una elaborada é intrincada forma, y trajo a la póesía italiana ese nuevo estilo que daba a los ojos, al corazón y al alma la voz con que expresarse junios. Los poetas de la, P~o
venza habían cantado a Cristo con la flauta de Pan y el apetito de Baco. Usaban la men– ie para inventar las novedades de su "nla– nera". En la Toscana de Dante los poetas
usaron esas novedades a la "ma±eria" del
verso.
Otro Guido, Guido Cavalcanii, al princi– pio amigo de Dante, después su enemigo, era el guía de los jóvenes que cultivaban el cán–
10 amoroso en Florencia.
Beairiz fne la inspiración de Danie en los numerosos poemas que le dedicó y que luego reunió tejiéndolos en una narración en prosa que él tituló "La Vida Nueva". Era el homenaje póstumo de Dante a Beatriz que había muerto y el poeta la sintió en lo más profundo de su ser.
Aunque Dante dedicaba la mayor parte de su tiempo a sueños, suspiros y sorietos,
también tenía tiempo para las actividades fí– sicas de los jóvenes de su época... Muchos pasajes del gran poema que habría de escri_ bir, describen cómo lanzó 1ft jabalina a Un jabalí, cómo llevaba el halcón en el puño cómo conocía .el arte de la caballería. Ma~
Dante fue también, además de poeta, solda_ do, fiesIero y político. Como soldado se dis_ tinguió en la baialla de Campaldmo (1289l. Asistía a las fiesias que celebraban los triun_ fos de Florencia. Como político figuraba en– tre los seis principales priores de la "bella cittá" que él amaba tanto. . Como güelfo, Dante figuró con el misrno bnllo y entusias_ mo que tenía como poeta. Y como en el amor y la poesí,;-, Dante fue, como político, vehemenie y egolSta. Una vez, cuando se ha– blaba de la necesidad de enviar un embaja_
dor a una misión importante, exclamó: "Si yo
voy, quién se queda? Si me quedo, quién
va?''' Dante pertenecía a una vieja familia
ai:istocráiica, odiaba a los nuevos ricos de la
ciudad y no dudaba de su propia habilidad para mandar.
No hay duda que esta altiva opinión de
sí mismo le atrajo la ira de sus enemigos, al
punto que cuando llegó el momento del de– sastre para el partido de los güelfos, cuando en 1301 los franceses, con Carlos de Valois a la cabeza, impusieron a los gibelinos en el poder de la ciudad~ ~ante Alighieri f~~ con– denado "in absenha , pnmero a exlllO por dos años, y luego a ser quemado vivo. Cuan– do más tarde se le oÍreció el perrniso de vol– ver a la ciudad a condición que se sometie– ra a una especie de penitencia pública como la de los herejes confesos, replicó altivamen– te: "No, no es esta la vía que me ha de lle– var a Florencia. Si no hay otro camino que
ese que me abren, no volveré nunca a Flo– rencia, y yo íambién "dejaré loda esperan-
za".
En los diez años transcurridos entre la muerte de Beatriz y el comienzo de su exilio, Dante permaneció fiel a su dama. Es verda? que se casó con Genlma di Manuetto Donail: de distinguida familia, con la que procre.o tres hijos y una hija. ¡Mas Gemma era so– lamente la esposa! El amor de Dante por Bea– triz era ideal, por lo tanto, permitía las exi– gencias diarias de la vida doméstica Su de–
terminación de inm.ortalizar su anlor en un
gran poema épico fue lomando forma en el
exilio. _ ,
Para distraer su a1ormentado espíritu, para restañar su lacerado orgullo y calm",r
su ardiente ira, noche a noche por espacIO
de 20 años Dante trabajó en su gran obra
"J~a Comedia",
Es duro y amargo el pan del exilio, y el que Dante comía era más amargo aun por la melancolía que sufría conslantemente Y
la altivez de su incorregible carácter. "Es d~
ra la subida de los peldaños de patronos", ci¡– jo una vez. Igual decía Esquilo, su herma– no distante, del tirano Herión. Cuenta pe-
-32-
This is a SEO version of RC_1965_12_N63. Click here to view full version
« Previous Page Table of Contents Next Page »